Miércoles, 28 de febrero 2018, 07:56
Molero Maza es una pequeña almazara familiar situada en Lobón. Un día se les ocurrió que una buena forma de diversificar su aceite era venderlo bajo otro formato, como una especie de mermelada para untar, añadiéndole además espirulina, un alga conocida por sus virtudes antioxidantes.
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Pero, ¿cómo puede embarcarse una empresa de solo cuatro empleados en un proyecto semejante? La respuesta se llama Reinova. Se trata de un proyecto transfronterizo cofinanciado con fondos europeos, cuyo objetivo es promover la innovación en las microempresas del sector agroalimentario y abrirles de ese modo las puertas de los mercados europeos.
En el caso concreto de Molero Maza fue una investigadora, Ana Serrano, la que les ayudó para conseguir su producto, que ya está en el mercado aunque por el momento de forma incipiente.
Participan en esta idea un total de once entidades portugueses y cinco españolas especializadas en el apoyo a la innovación y el espíritu emprendedor en el sector agroalimentario. Extremadura está representada en la vertiente de innovación por el Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (Ctaex), de capital privado y dedicado a I+D; y por la Cámara de Comercio de Badajoz, que se ocupa de todo lo relacionado con la gestión empresarial.
El mecanismo es sencillo. Cualquier empresa agroalimentaria que tenga una idea de innovación puede acudir a Reinova para que le ayude a desarrollarla. Así lo han hecho ya cuarenta pequeños negocios. El apoyo que reciben es doble, por un lado les aportan los conocimientos y el desarrollo tecnológico para que su producto sea una realidad. Por otro lado, también son apoyados en lo relativo a la parte empresarial, cómo vender, dónde hacerlo, cómo exportar...
En el caso de Molero Maza, su mermelada ya está acabada y se vende, aunque por el momento a una escala muy pequeña. Cuenta Luz Marina Montero, responsable de calidad de esta pyme, que están estudiando la manera de ampliar su mercado, e incluso de exportar.
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Reinova fue presentado ayer en sociedad en las instalaciones de Ctaex en Badajoz. Además de la mermelada, que es el producto más avanzado, se habló de otros cinco proyectos que se encuentran todavía en la fase de desarrollo. Por ejemplo, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl, de capital público) está trabajando en la posibilidad de mantener las propiedades de la leche de oveja cruda; esto es sin someterla al proceso de pasteurización que es tan común.
Otra de las ideas presentadas es una barrita de proteínas con polen apadrinada por el Instituto Politécnico de Leiria (Portugal).Se trata de un producto natural pensado para personas que practican deporte o tienen déficit de proteínas.
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