Alburquerque, la historia de un despropósito

La historia que el Diario HOY puso en todos los hogares extremeños sobre Alburquerque no es más que la punta de lanza de lo que durante años llevan viviendo muchos alburquerqueños, rehenes por parte de sus dirigentes locales.

La historia reciente de este pueblo pasa por un alcalde socialista condenado por amenazar en los medios de comunicación locales con desvelar la vida privada de una señora de la localidad.

De nuevo, ante el silencio feminista, esta condena fue revocada merced a un indulto parcial del presidente feminista, Pedro Sánchez, que entendió que este tipo de actuaciones contra la mujer no son tan malas cuando las realiza un alcalde de su partido.

El PSOE extremeño, una vez indultado, lo volvió a presentar encabezando sus listas en Alburquerque pero la impugnación del PP en el pueblo fue atendida por la Junta Electoral y no le dejaron encabezar las listas.

Nuestras investigaciones no han parado de dar con irregularidades de gestión, administrativas y de procedimiento con un resultado claro: El impago de salarios y las amenazas.

Porque el corolario de todo, el final de todo, es la ruina, es el desastre, es la bancarrota de un Ayuntamiento que podemos demostrar que llegó a hacer más de 900 contrataciones en un año, cuadriplicando las de localidades de igual tamaño, que solo en 2016 acumuló sanciones en la Seguridad Social por irregularidades laborales por más de 3 millones de euros, y que gasta el 60% de su presupuesto de 5,5 millones de euros en este personal, cuadrando los presupuestos con ingresos ficticios.

No hay mayor política social que el empleo, pero sobre todo no hay política más justa que pagar esos empleos. Ofrecer trabajo para conseguir un voto es degradar al máximo nuestra profesión de políticos, es jugar con las vidas y las ilusiones de la gente que tiene que comer, que tiene que vestirse y que tiene que pagar los libros de sus hijos.

Por eso yo insto al PSOE a tomar medidas, a liberar a Alburquerque de ese problema que ellos están generando, a ponerse de parte de los trabajadores, a buscar soluciones a medio plazo y a mirar por el futuro del pueblo. En eso nos encontrarán siempre. En conseguir un pueblo mejor y más próspero nos pondremos siempre de acuerdo. En aceptar caciquismos, en que un condenado por la justicia reciba a los vecinos como si fuera el alcalde usurpando las funciones de la legítimamente votada, en que niegue este extremo cuando la propia alcaldesa lo reafirmaba dos días antes, en que amenace a la policía local o la tenga haciendo servicios en precario, en dividir al pueblo y poner pegatinas, en arruinar e hipotecar el futuro de miles de extremeños que viven allí... en eso nos tendrán enfrente, como nos tienen, con todas las armas que el Estado de Derecho y la política pone a nuestra disposición. En el nombre de Alburquerque. En el nombre de la libertad. En el nombre de la decencia.