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«Las zambullidas en la piscina, lo que de toda la vida ha sido tirarse de cabeza es lo que predomina en nuestro hospital. Este ... año hemos tenido hasta ocho pacientes en total, convendría advertir de esto». A las puertas del verano quien avisa es el doctor Antonio Juan Pastor, director del Hospital de Parapléjicos de Toledo, la referencia en España en cuando a lesiones medulares.
Allí ingresaron el año pasado 22 extremeños de un total de 266 nuevos pacientes con lesión medular procedentes de distintas comunidades autónomas, siendo Extremadura la cuarta región que más casos registró. 61 pacientes proceden de Castilla-La Mancha, 19 de Andalucía, 3 de Aragón, 1 de Asturias, 2 de Baleares, 5 de Cantabria, 30 de Castilla-León, 1 de Ceuta, 22 de Extremadura, 2 de La Rioja, 70 de Madrid, 4 de Melilla, 14 de Murcia, 4 de Navarra, 7 de País Vasco y 13 de Valencia.
De los 22 procedentes de Extremadura, siete fueron mujeres y 15 hombres. Y de estos 22 ingresados nueve lo hicieron por causas no traumáticas, mayormente tumores en este caso, aunque lo que predomina en este apartado son las enfermedades osteodegenerativas. Causas vasculares, mielitis (afección neurológica poco frecuente pero grave) o incluso complicaciones quirúrgicas también suelen estar detrás estas paraplejias no traumáticas.
En las traumáticas, esto es, un golpe que daña la vértebra y esto afecta a la médula ósea, los 13 restantes fue por accidente deportivo en dos casos, accidente de tráfico en tres y en ocho ocasiones por caídas.
Sobre esta última causa, que es la que predomina en España por delante de los accidentes de tráfico, el doctor Antonio Juan Pastor también es muy claro con el fin de evitar lesiones irreversibles en gente mayor que piensa que sigue conservando la misma agilidad de cuando eran jóvenes.
De los 22 extremeños ingresados el año pasado en Toledo la media de edad fue de 55 años. Entre ellos hay un menor, pero casi la mitad (diez personas en total) tenían más de 60 años. «Las caídas a una edad avanzada son más frecuentes de lo que parece y algunas pueden acabar en una lesión medular incluso cayendo desde la propia altura, no hace falta precipitarse por una ventana. Me refiero a que vamos cumpliendo años y pensamos que seguimos habilitados para hacer de todo y podamos desde una escalera en el huerto o nos subimos en algo para alcanzar una estantería y caer desde esa propia altura, que no es demasiada, puede causar una lesión medular», advierte el director médico del Hospital de Parapléjicos de Toledo.
A este centro de referencia, que existe desde 1974, llega cualquier persona que lo pida a través de su médico si el sistema sanitario de su comunidad autónoma lo autoriza.
El plan que allí se lleva a cabo se resume en rehabilitación física, soporte psicológico, rehabilitación complementaria para ocio (deportes o adaptación del coche, por ejemplo), y terapia ocupacional, para lo cual hay un apartamento adaptado donde se aprende a acostarse, ducharse y otras rutinas.
El punto fuerte no obstante es la rehabilitación, ya que los pacientes suelen llegar operados ya de su comunidad de origen e incluso con el tratamiento inicial pues en algunas (no es el caso de Extremadura) existen unidades específicas de lesión medular.
Según explica, «lo normal –prosigue Antonio Juan Pastor– es una primera fase de hospitalización que incluye salidas a domicilio de más o menos tiempo en función de la lesión, por lo que la estancias son muchas intermitentes con el fin de que el paciente salga a una preadaptación».
El abanico de lesiones es muy amplio, pero la estancia media en Toledo es de 140 días antes de volver, a ser posible con el domicilio ya adaptado para empezar con la realidad de lo que muchos reconocen que es una nueva vida.
Solo en 2022, la Oficina Técnica Técnica de Accesibilidad de Extremadura (Otaex), que depende de Apamex, realizó 66 estudios para adaptar viviendas, lo que incluye además zonas comunes como portales o ascensores exteriores.
Además, recibieron 243 consultas el año pasado y 477 personas recibieron información sobre las ayudas de la Junta de Extremadura para poder llevar a cabo estas obras, explica Jesús Gumiel, de Apamex, quien explica que muchos de esos planos sirven para edificios colindantes, por lo que se pueden acometer varias actuaciones con el mismo proyecto.
Juan Luis vive en Badajoz, tiene 46 años y se acuerda perfectamente cómo el 12 de octubre de 1991, en una parcela de fiesta con los amigos se tiró a una piscina sin percatarse de la poca profundidad. El impacto le afectó a la médula y lo dejó desde entonces en silla de ruedas sin movilidad en las piernas y parte de sus manos. De aquello hace ya más de treinta años. «Cuando me ingresaron en el hospital de Toledo vi que esto pasaba bastante tanto en ríos, piscinas como playas donde rompen olas grandes y me sorprendió. No es la caída en sí, porque no tenía brecha en la cabeza, pero sí caí con el cuello torcido y noté un crujido. Las zambullidas suelen desembocar en lesiones más graves que, por ejemplo, los accidentes de tráfico», relata. Desde entonces, cuando tenía solo 15 años, ha ido encaminando su vida hacia la normalidad. Terminó el Bachillerato a distancia, igual que Ingeniería Informática mientras aprendía a manejar teclados especiales, a comer o a asearse, pero los inicios no fueron fáciles. «Estaba en Toledo y, para empezar, no podía volver a mi casa porque había que reformarla. Luego dependía de la silla y de ayudas. Desde 1991 esto ha mejorado, pero sigue siendo la propia familia la que saca esto adelante, que en mi caso tuvo que ampliar la hipoteca para costear la reforma de la casa. Además, cuando hace unos años llegaron los recortes lo notamos mucho». Juan Luis trabaja de administrativo en Servicios Sociales del Ayuntamiento de Badajoz, pero pone como ejemplo que, aun habiendo ayudas, una silla para un parapléjico suele costar sobre 5.000 euros que tienes que adelantar. La Junta te da hasta un tope y ahora tarda pocos meses, pero antes eran años de espera y quien no tiene ese dinero es un problema», dice. Taxis adaptados apenas hay en Badajoz, igual que autoescuelas con vehículos especiales, lamenta. En su caso, no puede vivir solo porque no es completamente autónomo, así que depende de su madre, que ya tiene 74 años y a quien, gracias la Ley de Dependencia, pagan 283 euros. «Esa cantidad está congelada desde 2012 pese a la inflación y ella tiene que estar pendiente de mí 24 horas, así que cuando no puede debe venir alguna de mis dos hermanas. Intenté contratar a una persona, pero no podía pagarla», cuenta. A través del Sepad tiene derecho a dos sesiones de fisio en Cocemfe a la semana, pero se tiene que pagar su gimnasio porque depende de sus brazos y esa sobrecarga ya le ocasiona lesiones cuyo tratamiento debe costear él. Juan Luis dice que la terapia ocupacional es muy útil porque aporta trucos y técnicas en el día a día para desenvolverte con rutinas como asearse, subir a la cama o montarse en un coche, pero solo se la concedieron tres años y ya no tiene derecho a ella cuando la considera «fundamental». Para este pacense afectado por una lesión medular hay cosas que han mejorado, como playas accesibles – «antes era una odisea, te cargabas la silla»– o, en el caso de Badajoz, líneas de autobús adaptadas, pero cree que faltan bordillos por rebajar y mucho camino por recorrer para que lesiones crónicas como la suya no terminen afectando a toda su red familiar.
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