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Juani Delgado atiende a Benito Sánchez en el bar de Benquerencia. Sobre la barra, un paquete para un vecino. DAVID PALMA
Vivir en la Extremadura vaciada: «El día que cierre el bar, se acabó el pueblo»
Vivir en la Extremadura vaciada

«El día que cierre el bar, se acabó el pueblo»

En la Extremadura que se vacía hay municipios donde solo un negocio abre a diario: el bar, que a la vez es panadería, paquetería, hogar del pensionista, comercio y auténtico eje de la vida social

Sábado, 9 de octubre 2021, 20:49

El bar de Benquerencia, famoso porque los domingos pides una caña y te ponen un huevo frito y unas patatas asadas, es también hogar del pensionista y panadería y tienda de conveniencia y punto de recogida de paquetes, por eso hay uno de Amazon en ... una esquina de la barra, junto a la puerta. No es para Juani Delgado, 59 años, «la última persona que nació en este pueblo», según cuenta ella entre que sirve un café, despacha unas barras de pan y limpia las mesas de la terraza. Ese envío del gigante mundial de las compras es para un vecino, un joven que no hace mucho dejó Madrid y se instaló en esta plácida esquina extremeña. El repartidor debió llamar a su puerta, y como no estaba en casa, pues lo dejó donde Juani. Es lo normal aquí, donde «el bar tiene una parte de labor social», define quien lo regenta desde hace tres décadas. «El día que cierre, se acabó el pueblo», certifica cayado en mano Benito Sánchez, 65 años, recién jubilado tras una vida como pastor. «Es el principal aliciente que tenemos –amplía el hombre–. Es el alma del pueblo. Si no hay bar, no hay nada, no viene nadie». Queda claro: en la Extremadura que se vacía, el bar no es solo el bar.

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