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Algunos cambiaban los regalos de Reyes porque Melchor, Gaspar y Baltasar se equivocaron con la talla. Otros son adictos a las rebajas y ... no conciben un enero sin descuentos y también había vecinos con una emergencia como zapatillas deportivas porque el niño las ha roto. Entre todos, esta mañana, han devuelto la vida a las calle comerciales de Extremadura. Durante cuatro horas, de 10.00 a 14.00, los locales de menos de 400 metros han podido abrir, se han formado colas en algunos y ha habido mucho ambiente en general.
La principal razón para acudir a las tiendas ha sido realizar cambios en los regalos. Aunque muchos comercios han anunciado que se ampliaba el periodo para cambiar las prendas, los vecinos tenían miedo a quedarse sin la talla que necesitaban. Es el caso de Mónica Paje, una joven que ocupaba el puesto 38 de la cola para entrar en la tienda Stradivarius de la calle Menacho, en Badajoz. «Me regaló un abrigo mi madre y es una M, me vio muy delgada, pero me va justo y la verdad es que me encanta y espero que lo tengan en L».
La imagen de la calle Menacho contrastaba con la de los días anteriores. Centenares de pacenses han acudido a visitar sus tiendas. Solo cinco de las franquicias tenían sus locales cerrados, algunas por el tamaño como Zara y otros porque han decidido no abrir. Pero los comercios que han reiniciado su actividad han tenido una buena mañana a pesar de ser un día de diario. «Me ha pedido que venga mi hija, que tiene que trabajar y no podía acercarse. Mi nieto ha pegado un estirón y necesita ropa interior», explicaba María Ángeles Martínez, una de las primeras clientas en llegar.
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En Cáceres el ambiente en las calles ha recuperado cierto vigor en el primer día de la desescalada del comercio. El movimiento de personas con bolsas ha sido abundante durante toda la mañana. Los cambios de los regalos de Reyes y la compra de productos en rebajas han generado escenas como las que se han visto en la tienda Stradivarius de la avenida de España, en donde la fila de gente doblaba la esquina y ocupaba la calle doctor Marañón casi al completo.
En Gómez Becerra también podían verse concentraciones de gente en sus puertas. En la tienda de decoración Rosso estaba Sara Delgado junto a su madre. «Hemos venido por las rebajas y por entretenernos un poco, aunque hay bastante gente«. Dolores Bermejo es la dueña de Juguetes Ávila, en esta calle. »Hay bastante afluencia, y no solo para cambios« señalaba mientras controlaba que no hubiera más de 10 personas en el interior del local.
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