Viernes, 9 de abril 2021, 07:32
La mayoría con 60 años, algunas piteras en el historial sanitario y el dilema interno de si se están exponiendo a una reacción mortal al vacunarse con AstraZeneca con tal de evitar un coronavirus del que, de momento, se han salvado.
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Un centenar ... de personas estrenó ayer el nuevo 'vacunódromo' en Badajoz, ubicado en el edificio de usos múltiples del campus universitario y que será, junto al Palacio de Congresos, los únicos puntos de la campaña en la ciudad. Las 85 personas citadas recibieron la primera dosis de la AstraZeneca entre las dudas generadas en los últimos días por los posibles efectos secundarios y una jornada después de la tormenta mediática por las decisiones de las comunidades autónomas.
Una de ellas fue Rosa Silveira, que se mostró a favor de la inoculación. «Más daño hace el virus que la vacuna. Te tomas una aspirina y te puede pasar otra cosa. Ote cae la maceta desde el balcón. La médico me dijo que podía, me la he puesto», explica esta mujer de 60 años que acudió con su informe médico bajo el brazo.
«Ahora siento miedo, pero estoy bien», decía en una de las frases que más repetían una vez abandonada la sala de observación en la que se veían muchas sillas vacías.
El SES tiene previsto llegar a unas 500 personas en cada turno de mañana y tarde, pero ayer solo citaron a 200 entre los dos. El motivo fue que esperaron a tener una decisión sobre AstraZeneca antes de citar. De hecho, a todos los consultados los avisaron en la tarde del miércoles.
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Como a María Teresa Alves, que dudó hasta el último momento. «He tenido mucho miedo, pero no me queda más remedio que ponérmela por las consecuencias que me puedan venir», dice esta taxista de 60 años que cree que sin la inyección cae en la «discriminación social». «Si no te la pones, te discriminas porque no puedes ir a ningún sitio ni te dan el carné de vacunación», dice.
Más feliz se veía a María Teresa Rodríguez, una mujer de 65 años que no dudó ni un solo momento sobre la dosis. «Tengo un hijo con parálisis cerebral y a mi marido con alzhéimer, ambos vacunados, y a mí me daba miedo salir a la calle y llevar el virus a casa. Siempre salgo a comprar sobre las tres de la tarde por encontrar el súper más libre por miedo de contagiarles. No he tenido miedo nunca, salvo ponerme mala y no poder atender a mi familia. Ahora tengo un alivio personal».
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Carlos Melado, gasolinero de 60 años, planteó ayer sus dudas. «Tuve un infarto en 2014 y un ictus en 2011, pero me han dicho que no hay problemas. He dudado mucho porque estaban cambiando mucho y nos tienen loca a la población».
Milagros Noriego, sin embargo, ni lo dudó. «He venido nerviosa por lo que dice la tele, pero hay que ponérsela porque es lo que nos toca. Tengo tres stents y fui a mi centro de salud a preguntar esta mañana, me hicieron la prueba del Sintrom y cuando me dijeron que podría vacunarme no lo he dudado. Me la he puesto y que sea lo que Dios quiera».
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