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A Gema Silveira le cuesta enfrentarse a las imágenes de los primeros momentos de la covid. Su padre, Bernardo, murió el 31 de ... marzo de 2020. Cuando están a punto de cumplirse cinco años, lo recuerda y espera que sirva para que no se olvide a quienes fallecieron solos y sin despedidas.
De hecho, ella y sus cinco hermanos han estado llevando, durante mucho tiempo, un ramo de flores a la plaza de Colón de Cáceres, el rincón de la ciudad en el que su padre pasaba las tardes. Era su particular forma de recordarle y así lo han estado haciendo durante cuatro años. «Dejamos de llevar flores porque en la valla en la que las poníamos hubo varios accidentes y la quitaron», comenta Gema. «No poder estar con él justo en los días que más te necesitaba es algo que no he superado», reconoce.
Cuando murió no pudieron despedirle como les hubiera gustado. «Evito pensar en aquellos días. Fueron momentos muy duros. No tuve la oportunidad de estar con él; no pude despedirme de mi padre».
Por aquel entonces no se permitía la entrada a los hospitales y muchas familias vieron cómo sus seres queridos se marchaban para siempre sin un adiós. Le cuesta no emocionarse cuando revive esos instantes. «Cuando falleció no pudimos juntarnos ni la familia, ni siquiera pudimos hacer un entierro. Ya más tarde, en verano, celebramos una misa para despedirnos de algún modo. Era todo muy inhumano. Sé que cuando él estaba ingresado preguntaba por nosotros, pero no podíamos ir a verle», comenta.
En su caso, Bernardo ingresó poco antes de que se decretara el estado de alarma. Tras varios días en el hospital le dieron el alta, pero en casa volvió a encontrarse mal. A finales de marzo se intentaba agarrar a la vida con muchas dificultades para respirar. Así que le volvieron a ingresar. «No mejoraba y tenía insuficiencia respiratoria. Una noche que me quedé con éltuve que llamar Urgencias y entró en la octava planta del Hospital San Pedro de Alcántara, que estaba destinada solo a pacientes con covid», detalla Gema, aún con un nudo en la garganta.
«Cuando falleció, la funeraria simplemente nos avisó de que iban a sacar su ataúd y lo pudimos ver de lejos», recuerda Gema, que también contó su historia en HOY cuando se cumplieron dos años del inicio de la covid.
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