Extremadura cuenta con cuatro yacimientos mineros de tierras raras

En Extremadura hay constancia de cuatro yacimientos con indicios de tener metales en tierras raras. Según el trabajo 'Recursos mineros de Extremadura, las rocas y minerales industriales, encargado por la Consejería para la Transición Ecológica y publicado en 2019, se sitúan en las localidades pacenses de Barcarrota y Burguillos del Cerro (dos yacimientos), y en una cacereña, Alía.

El trabajo fue elaborado por la empresa Técnicas Mineras de Santa Marta, del que el geólogo Francisco Javier Fernández Amo es su referente. «Los metales que se hallan dentro de los minerales que están en las tierras raras gozan ahora del máximo interés por el protagonismo de Trump aunque desde hace tiempo son muy codiciados», explica a HOY.

La Comisión Europea los tiene situados en su punto de mira desde hace años. Y, sobre todo, China, la gran dominadora mundial: gestiona un tercio de las explotaciones de tierras raras del planeta, con presencia en Asia, África y Sudamérica, remarca Fernández Amo.

La explicación es sencilla. Son fundamentales para la industria tecnológica.

«Son necesarias, sobre todo, para la fabricación de vehículos híbridos y pantallas planas y, en general, en la industria electrónica», empieza a enumerar el geólogo. Otra aplicación para la que se necesitan tierras raras son las lámparas de bajo consumo.

«Para cada lámpara se necesitan al menos cinco gramos de tierras raras. Con la tendencia actual en el consumo de este tipo de lámparas, el desarrollo minero de estas sustancias está creciendo exponencialmente en todo el mundo».

 

Las tierras raras también se emplean en la fabricación de equipos de sonido, pilas de combustible, imanes permanentes, catalizadores... También para fabricar en materiales ópticos: luminiscentes, láseres, pigmentos y fibra óptica.

Igualmente para catalizadores, para el proceso del refino del petróleo... y hasta en la medicina. En las aplicaciones en medicina las tierras raras se emplean en ensayos inmunológicos como agentes anticoagulantes, antiinflamatorios y antimicrobianos.

«Hay indicios de yacimientos con tierras raras en cuatro ubicaciones pero falta mucho por investigar en Extremadura, que es una tierra con una inmensa riqueza mineral. Con muchísimo recursos que ahora, como las tierras raras o el litio, por ejemplo, son imprescindibles para la sociedad», reseña el experto.

«Nos falta mucha investigación minera», insiste. «Hay que dar un impulso porque la minería es fundamental. Y compatible desde luego con el medio ambiente. Sería ahora un momento extraordinario para hacerlo. Hay mucho desconocimiento sobre la minería y una imagen negra que la vincula con lo que pasó en Aznalcóllar y eso no es así. Hoy hay extracciones prácticamente sin impacto medioambiental», añade Francisco Fernández Amo.

 

HOY avanzó el pasado septiembre que la Junta de Extremadura había concedido a finales de la primavera permiso de investigación minera para una amplia zona del este de la provincia cacereña.

Se autoriza en alrededor de 49.500 hectáreas (1.980 cuadrículas mineras) en los términos de Almaraz, Belvís de Monroy, Berrocalejo, Bohonal de Ibor, Campillo de Deleitosa, Casas de Miravete, Castañar de Ibor, Deleitosa, El Gordo, Fresnedoso de Ibor, Garvín, Higuera, Mesas de Ibor, Navalmoral de la Mata, Peraleda de la Mata, Peraleda de San Román, Romangordo, Saucedilla, Valdehúncar y Valdelacasa de Tajo.

Para ser exactos, el permiso de exploración concedido por la Administración regional es para analizar si hay suficiente niobio, itrio, litio, flúor, cesio, tántalo y tierras raras como para plantearse una hipotética explotación de los recursos. La vigencia del permiso es por un año, con posibilidad de prórroga. La empresa promotora es Janus Energy Exploraciones, constituida en 2022 en Gerona.