

Secciones
Servicios
Destacamos
La capitana Aurora Vicente (38 años) tiene bajo su mando a 145 agentes de la Guardia Civil, todos los de la compañía de Plasencia, que ... extiende su radio de acción al Valle del Jerte, el del Ambroz y Las Hurdes. Y la inspectora Patricia Borrero es la número dos de la comisaría de la Policía Nacional placentina. O sea, dos mujeres en puestos directivos, una realidad que contrasta con esta otra: la representación femenina en la Benemérita en Extremadura es del 5,7% (164 de 2.872 agentes), y del 9,8% en la Policía Nacional (116 de 1.178).
«Es cierto que el porcentaje de presencia femenina en la Policía Nacional en la región es bajo, pero los datos nacionales dicen que la tendencia es un aumento año tras año», apunta la inspectora Borrero. «De hecho –sigue–, en torno al 40% de quienes se han incorporado a la Escuela Nacional de Policía en la escala ejecutiva en los últimos años han sido mujeres, y casi el 30% en la escala básica, por lo que en un año estaremos ante una situación mucho más paritaria».
«Los datos –valora Aurora Vicente– demuestran que tenemos que seguir trabajando para conseguir atraer a más mujeres a la Guardia Civil, y sobre todo a las provincias extremeñas, donde el porcentaje está por debajo de la media nacional, que es del 9%». «Entre los años 2017 y 2019, la presencia femenina en la Guardia Civil se ha incrementado en dos puntos, al pasar del 7,5% al 9,5%, lo que indica que aún hay mucho camino por recorrer para conseguir una igualdad real», añade la capitana, que nació en Cáceres y se formó en la Academia General Militar de Zaragoza.
De allí fue destinada a Chiclana de la Frontera como teniente adjunta, más tarde ejerció como jefa de puesto en El Ejido, y de ahí pasó a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Badajoz, para más tarde incorporarse a la Escuela de Tráfico con sede en Mérida, como instructora. En junio cumplirá un año al frente de la compañía de Plasencia, cuyo Ayuntamiento ha reconocido su labor entregándole este 8 de marzo la distinción 'Mujer extraordinaria'.
«Aunque el Día de la Mujer es todos los días, creo que señalar una fecha concreta permite visibilizar todo lo que no se conoce o no se ve», reflexiona la capitana. «Si no tenemos conocimiento de determinadas situaciones –sigue–, no es posible empatizar con las personas que las sufren en su día a día. Y si no se conoce, difícilmente se va a poder dar una solución. Este día invita a la reflexión y a la concienciación».
Comparte opinión Patricia Borrero, para quien «celebrar el Día de la Mujer es una forma importante de reconocer los logros alcanzados en materia de igualdad de género, y una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que aún quedan por lograr».
Ninguna de las dos cree haberlo tenido más difícil que sus compañeros. «He tenido las mismas oportunidades que ellos –afirma la inspectora–, tanto al ingresar en la Policía Nacional como al optar a otro puesto, ya que los criterios de selección son objetivos». «No he tenido nunca la sensación de que me perjudicara ser mujer, me he tenido que esforzar y sacrificar como todos, teniendo en cuenta mis fortalezas y debilidades», apunta Aurora Vicente, que tiene claro que en la Benemérita, «ya está normalizado que la mujer es una más».
«Sin embargo –añade–, sí que es cierto que sobre todo en los comienzos, al estar en una profesión cuyo porcentaje de mujeres sigue siendo muy inferior al de los hombres, me he sentido más observada, en el sentido de que cualquier hecho, positivo o negativo, era más visible. Por ejemplo, en la provincia de Cáceres soy la única oficial, y con decir 'la capitán', todo el mundo me pone nombre, apellidos y cara. Sin embargo, si dices 'el capitán', hay que preguntar 'qué capitán'».
Borrero asegura que no percibe un trato distinto en su día a día profesional, y que a lo largo de su carrera, si en algún momento puntual no ha estado conforme con alguna situación relacionada con la igualdad de género y ha entendido que debía corregirse, «me he encontrado con la libertad de poder expresar mi disconformidad», aclara. En cuanto al trabajo que queda por hacer en el campo de la igualdad, la inspectora refiere «la necesidad de una mayor implicación de los hombres en las cargas familiares, para que las mujeres puedan desarrollarse plenamente en lo profesional».
La capitana destaca que en la Benemérita «se ha avanzado mucho en los últimos años, sobre todo desde la elaboración del primer Plan de Igualdad en el año 2019, que permitió realizar un estudio de la situación inicial y a partir de ahí, trabajar en áreas como la captación del talento femenino para aumentar el número de mujeres que quieran ingresar, o aplicar la perspectiva de género en el acceso y promoción».
«Sin embargo –continúa–, estamos aún muy lejos de alcanzar el 50/50, que sería el reflejo de la sociedad a la que servimos». Además, cree necesario incidir en la conciliación familiar. «A mí me gusta mucho hablar de corresponsabilidad, que es nuestro principal talón de Aquiles –reflexiona–. Numerosos estudios concluyen que el tiempo dedicado a las tareas domésticas y de cuidados de familiares sigue siendo muy superior en el caso de las mujeres frente a los hombres». «Y aquí –concluye–, me gustaría hacer una pequeña matización, porque creo que es un área donde hay que involucrar también mucho a la mujer para hacernos conscientes de la situación y ser capaces de soltar las responsabilidades que muchas veces nos imponemos a nosotras mismas».
«El 8 de marzo es un día para conmemorar a las mujeres que lucharon y luchan por la igualdad de género, para dar visibilidad y para reivindicar el papel de la mujer en la sociedad». Es la reflexión de Sandra Molano, cabo de Infantería en la Oficina de Relaciones Institucionales del Centro de Formación de Tropas (Cefot) número 1 de Cáceres. En el Ejército en el año 2003, hasta 2021 estuvo en la Academia de Infantería de Toledo. «Yo no he sentido que me perjudicara ser mujer, he tenido las mismas oportunidades de progresión que mis compañeros, y los mismos derechos y obligaciones, porque en las Fuerzas Armadas, la integración de la mujer es plena», apunta. «Es obvio que hombres y mujeres somos físicamente diferentes, pero eso no significa que no podamos hacer el trabajo». No obstante, cree que «quedan bastantes cosas por hacer, una de las más importantes la educación y concienciación de las nuevas generaciones, para que haya cambios reales cuando sean adultas, y esto es una responsabilidad familiar y social». Comparados con su generación, «los jóvenes de ahora –opina la cabo Molano– están más concienciados sobre la importancia de la igualdad de género».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.