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Aceitunas negras, conservas de tomate y tabaco. Son los productos extremeños que más se exportan a Rusia y a Ucrania. Estos mercados representan poco más ... del 1,1% de las ventas de Extremadura en el extranjero, pero en 2021 fueron 26,8 millones de euros.
Con la invasión de Rusia de territorio ucraniano, esas exportaciones quedan en el aire. Las más comprometidas son las que se hacen a Ucrania, donde están presentes cerca de una treintena de empresas extremeñas. El año pasado vendieron 7,6 millones de euros, más de cinco de ellos de conservas de aceitunas negras y el resto, principalmente, de tabaco y de aceite de oliva.
Esos productos llegan hasta Ucrania, sobre todo, desde la provincia de Cáceres, donde este mercado supone un 1,4% del total de sus exportaciones, con 6,9 millones de euros. Mientras que a nivel regional, ese porcentaje se reduce hasta el 0,3%. Desde la provincia de Badajoz apenas se vendieron 0,6 millones, la mayor parte de corcho aglomerado, según detalla Ramón Montero de Espinosa, director territorial de ICEX en Extremadura
El mercado de ucraniano es muy importante para las empresas que exportan aceitunas negras. «Esa zona supone el 15% de nuestra facturación y estaba en crecimiento», asegura Elena Carrera, directora de exportación de Plasoliva, que vende conservas de aceituna desde Plasencia. Esta compañía también tiene relaciones comerciales en Bielorrusia, país que hace frontera tanto con Rusia como con Ucrania y que están utilizando las tropas rusas para entrar en territorio ucraniano. «El panorama es, principalmente, de incertidumbre», detalla Carrera.
Sí tiene pinta de que habrá negocios que terminarán por no concretarse. «La semana pasada empezamos a negociar con un empresario ucraniano interesado en comprar aceitunas negras», expone Eufrasio Merino, gerente de Aceitunas Merino, empresa instalada en Moraleja (Cáceres). Todo apunta a que la operación no se completará. «Aunque si finalmente nos hace el pedido y nos indica el modo de entrega, le enviaremos el producto; no se puede cerrar el país a la alimentación», entiende Merino, que actualmente no vende nada ni en Rusia ni en Ucrania.
Los principales problemas para las empresas extremeñas ante la crisis vienen provocados por la inseguridad para cobrar. «El transporte está asegurado, pero las compañías aseguradoras no nos aseguran las ventas por lo que corremos un riesgo importante», añade la directora de exportación de Plasoliva.
Además, la inestabilidad de la moneda en una zona de conflicto supone que las empresas extremeñas se vean obligadas a renegociar los contratos. «Eso nos dificulta mucho la tarea», insiste Carrera, que detalla que pese a que piden prepagos a los importadores en muchos casos no tienen liquidez suficiente para hacerlo. «Suponemos que se paralizarán muchas operaciones y nos obligará a trabajar para reforzar otros mercados», concluye la directora de exportación de Plasoliva.
Las ventas extremeñas a Rusia son mucho más importantes, pese a que se redujeron a partir del año 2014 con el veto ruso a la fruta de hueso, y corren menos riesgo. En 2021 se vendieron 19,2 millones de euros, una cifra que se mueve a la baja en los últimos años. En 2019 fueron 22,8 millones de euros y en 2017, casi 26 millones.
En la actualidad 44 empresas extremeñas venden sus productos en Rusia y las conservas y salsas de tomate, que suman 13,5 millones de euros, y el tabaco lideran las exportaciones, tal y como explica el director territorial de ICEX en Extremadura.
Las relaciones comerciales de Extremadura con Rusia también se extienden a las importaciones y, como pasa con las exportaciones, se han enfriado en los últimos años. En 2021 la región compró productos rusos por un valor cercano a los siete millones de euros. Se trata de una cifra -aunque superior a la registrada en 2020 y 2019- todavía alejada de los cerca de nueve millones que se compraron en 2017. «La partida mayoritaria tanto en 2020 como en 2021 fue la de desperdicios de hierro y acero, que coparon casi el 100 % de las importaciones extremeñas», expone el director territorial del ICEX. Es decir, sobre todo se importó chatarra, que se dedica en la región a la producción de acero.
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