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José M. Martín, Manuel M. Núñez y Natalia Reigadas
Badajoz | Cáceres
Viernes, 20 de octubre 2023, 21:00
Hasta 120 litros por metro cuadrado dejó el jueves la borrasca Aline a su paso por Extremadura en algunas localidades. En toda la región cayeron ... importantes precipitaciones que causaron numerosos incidentes. Inundaciones en viviendas y garajes, personas atrapadas en vehículos, árboles caídos o un coche que tuvo que ser rescatado del canal del Zújar fueron las más graves.
A lo largo de este viernes, las lluvias abandonaron Extremadura y se fue, poco a poco, recuperando la normalidad. Así lo destacó Abel Bautista, consejero de Interior de la Junta Extremadura, quien insistió en que la región está preparada para poder hacer frente a nuevos fenómenos climáticos que puedan llegar en los próximos días.
Aunque añadió el consejero que los datos que maneja el Ejecutivo extremeño no indican que las precipitaciones anunciadas para el domingo vayan a ser excepcionales.
En la ciudad de Badajoz la zona más afectada por Aline fue el barrio de Las Moreras. En sus calles, este viernes, se respiraba enfado. Mucho enfado.
El agua volvió a entrar, un otoño más, en varias casas y negocios. «Aquí nadie se preocupa por nosotros», aseguró mientras cobraba a una clienta Francisco Marín, propietario de Autoservicio Marín.
A última hora de la tarde de este viernes, las calles continuaban llenas de barro y muchas tapas de las alcantarillas fuera de su sitio. «Fueron los vecinos los que las levantaron y trataron de desatascarlas para que tragaran el agua», afirmaba Yoli González a la puerta de la casa de su madre, una de las más afectadas. «No se hace mantenimiento de los imbornales», se quejaba por teléfono José Luis González, presidente de la Asociación de Vecinos del barrio.
La indignación se palpaba en la zona. «Por aquí no ha pasado nadie del Ayuntamiento; aquí solo vienen a pedir el voto cuando hay elecciones», insistía Marín cerca de mediodía. En su tienda entró el agua, pero como tiene las estanterías algo elevadas del suelo no tuvo excesivos daños. Sin embargo, frente a este comercio, en la calle Padre Fermín Barba, fueron varias las viviendas inundadas. «Nos salía agua por los sumideros de la casa», explicaba Sara Parra con la fregona en la mano.
Estas construcciones dan a dos calles y también recibieron agua desde la rotonda del Camino Madre Vieja, que da acceso al barrio. Precisamente, a esa obra achacan los vecinos buena parte de los problemas, porque es la confluencia de la avenida y las calles Anselmo Arenas López y Padre Fermín Barba donde se acumula el agua. «Desde que abrieron aquí –señalaba a la rotonda Fernando Parra– nos viene el agua desde la avenida de Elvas, desde el campo de fútbol y desde la parte alta del barrio», se quejaba este vecino.
No era el único. Un grupo de personas reunidas en Ultramarinos Guerrero apuntaba en la misma dirección. «Hace falta una solución, no puede ser que esto se repita todos los años; los tubos que sacan el agua hacia el río son pequeños, ya lo avisamos cuando se hizo la obra», decía Sara Miño, desde detrás del mostrador de una tienda que ha sufrido varios desperfectos.
En este caso tenían la opción de dar parte al seguro, como en Talleres Pilo, ubicado en la avenida Málaga. «Se nos inundó el foso donde colocamos los coches y nos salía agua por los baños», detallaba Francisco Javier Cortés, responsable del negocio, que lamentaba la falta de previsión por parte del Ayuntamiento. «Cerraron la puerta del parque del río, que tiene una chapa en la parte de abajo que impedía evacuar agua. Fueron unos vecinos los que la abrieron y a partir de ahí el nivel empezó a bajar», afirmaba.
A lo largo de este viernes los parques, no solo el del Guadiana, fueron reabriendo. El Ayuntamiento desactivó el plan de emergencias que se puso en marcha debido a la borrasca y abrió los espacios públicos cerrados por el riesgo de que la lluvia y el viento tirase los árboles.
Lejos de las casas se quedó el agua en las casas aisladas de Gévora. El nivel del río no subió tanto como se temía y no llegó a las construcciones. «No hemos tenido que irnos, hemos pasado aquí la noche y la cosa ha estado tranquila», comentaba Ana belén García, que señalaba un montón de maleza que habían retirado de la cuneta del camino para facilitar la salida del agua. «Desde la crecida del río del año pasado aquí nadie ha venido a limpiar nada», criticaba.
También pasaron la noche en su casa los vecinos más próximos a la rotonda. «Pasaron los municipales a decirnos que era mejor evacuar, pero el río estaba en su cauce; no nos hemos ido», declaraba Pedro Traver, que culpa de las crecidas a la suciedad del río. «Lo que tiene que hacer Confederación es limpiarlo para evitar problemas», concluía.
Sí tuvieron que dejar sus viviendas algunos vecinos de esta zona y de Valdebótoa. El alcalde, Ignacio Gragera, confirmó que todos los que fueron evacuadas regresaron ayer a sus casas.
En la ciudad de Cáceres, el equipo de Gobierno local ha encargado un informe a los técnicos municipales para conocer las razones del elevado número de árboles afectados por el temporal. En total, se cayeron alrededor de un centenar de ejemplares.
Ángel Orgaz, el portavoz del Ejecutivo que preside Rafael Mateos, informó tras la Junta de Gobierno que muchos árboles fueron arrancados por el viento de raíz y esto es algo que «nos ha llamado mucho la atención».
En apenas ocho horas, desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, cayeron 64 litros por metro cuadrado en la capital cacereña y las tres de la tarde se produjeron rachas de viento de 75 kilómetros por hora.
En un primer análisis desde los servicios técnicos se indicó que «había muchas hojas en las copas de los árboles acumuladas lo que unido a la inestabilidad del suelo provocó que algunos árboles cayeran de raíz», según avanzó Orgaz.
Los espacios verdes que tienen cierre perimetral retomaron temprano la normalidad y volvieron a abrirse desde primera hora de la mañana de este viernes.
Los agentes abrieron partes sobre un total de seis vehículos afectados por caída de ramas. A su vez, se contabilizaron cuatro accidentes de tráfico. En uno de ellos, un coche atravesó la mediana de la avenida del Ferrocarril.
Otra de las imágenes más vistas en las últimas horas fue la de balsas de agua, lo que llevó a inutilizar carriles en arterias como la avenida de Alemania, convertida en un auténtico río a la altura del parque José María Saponi hacia las diez de la mañana. También se vio afectada Ronda de Vadillo, cerca del solar de Iberdrola. El concejal portavoz explicó que el propio alcalde había dado el lunes instrucciones para limpiar de hojas los imbornales y esa operación se ejecutó, pero no se ha podido evitar que se produzcan atascos.
Desde el Consistorio se quiso agradecer la colaboración ciudadana, ya que los avisos de los propios vecinos a través de redes sociales facilitaron la labor de los servicios públicos.
Con la lluvia de las últimas jornadas, el pantano que abastece a la ciudad, el del Guadiloba, ha ganado 1,3 hectómetros cúbicos y ya se sitúa al 65 por ciento de su capacidad. Durante unas horas se cortó el bombeo desde el Almonte para evitar daños en las bombas por el efecto de arrastre de la lluvia. Ya se ha recuperado de nuevo el trasvase.
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