Romerías

La Extremadura rural se echa al campo para disfrutar de San Isidro

En Villafranca de los Barros (12.366 habitantes) se vive una de las romerías más multitudinarias de Extremadura. Alrededor de cien casetas están en la pradera de San Isidro, un terreno alomado al que se accede desde la antigua N-630. Se ha convertido en otro pueblo a 4 kilómetros del casco urbano villafranqués. La imagen del santo partió a las 10.30 horas en procesión desde la iglesia de Nuestra Señora del Valle, en pleno centro, para llegar al recinto romero. La misa, que habitualmente se celebraba en su pequeña pero coqueta ermita, se ha hecho este año bajo una gran carpa, junto a las casetas. Hay alrededor de cien.

El grupo local 'Voces y cuerdas', formado por unos 25 componentes, participó en la Eucaristía para alegría de la feligresía. «Son maravillosos. Dan un aire a Los Sabandeños», decía un matrimonio de jubilados en mitad de la calle principal de la pradera. A sus lados, a diestra y siniestra, casetas -muchas, en realidad, tiendas de campaña más o menos reforzadas, algunas de ellas tumbadas por el viento del día anterior- en los que se empezó a congregar el personal con ganas de fiesta.

«El jamón va a caer en cuestión de minutos. Ya le dimos buena cuenta ayer tarde», contaba a HOY Carlos Carrillo mientras sonrelia, cuchillo jamonero en mano, junto a un lustroso jamón ibérico a punto de terminar su corte. A su lado Antonio Salamanca se encargaba del queso. Son dos de la familia y amigos que desde 2008 montan la caseta llamada 'Pa grande, la mía' en la pradera de San Isidro de Villafranca.

Caballistas, mujeres vestidas de flamenca y un olor permanente de carne asada a la brasa han inundado la zona. Algo no muy diferente a lo vivido en otros pueblos extremeños.

En Valencia de Alcántara (5.236 vecinos, mancomunidad de la Sierra de San Pedro), su San Isidro es diferente. En este pueblo cacereño pegado a la frontera con Portugal se viven una de las romerías isidriles más peculiares y vistosas de la región. Es una de las dos que tiene la declaración de fiesta de interés turístico.

El 'San Isidro' valenciano es urbano porque toda la celebración se desarrolla por sus calles y plazas. Es su hecho diferencial. No hay una finca comunal o privada, ni praderas en las que congregarse.

Tras una misa al aire libre en el parque de España, desfilan carrozas engalanadas y preparadas imitando a eras, cocinas de campos, huertas o majadas. Hay premios para las más detallistas. En ellas se sube vecinos vestidos de campesinos o ganaderos. Tampoco faltan los caballistas. Y las parejas a caballo que vayan ataviadas con el traje típico regional y asistan a la procesión del santo serán gratificadas.

La otra romería con declaración de interés turístico regional es la de Fuente de Cantos (4.638 vecinos, comarca de Tentudía). En la pradera de San Isidro, a 7 kilómetros del pueblo, unas 140 casetas de grupos de amigos y familias (antes de la pandemia y en sus mejores años llegaron a ser más de 240) están abiertas a todo el mundo. No se paga por la comida ni por la bebida que se consume y el acceso a las mismas es libre.

Monesterio, Los Santos de Maimona, Fuente del Maestre o Malpartida de Cáceres son otros municipios donde San Isidro se vive con intensidad y participación. Caiga en fin de semana o en mitad de la misma. El 15 de mayo es día de fiesta. Por San Isidro. Por el campo.