Las 1.300 familias que pidieron acoger a ucranianos aún no tienen a ninguno

Para ello, primero tienen que ser consideradas idóneas y eso es algo que analiza el Ministerio de Inclusión. «Su idoneidad la da el Ministerio aunque aún no se ha acogido a nadie por parte de estas familias», asegura la Consejería de Sanidad. «No ha sido necesario», añade.

Estas casi 1.300 familias extremeñas respondieron al llamamiento de la Junta para acoger a ucranianos (había que rellenar un formulario en su página web) y muchas de ellas aún no saben nada sobre el punto en el que se encuentra este proceso. Ni siquiera conocen quién se pondrá en contacto con ellos o cuándo.

Hay que matizar que hasta mediados de marzo la Junta se encargó de hacer la valoración de las familias que querían acoger a menores, pero desde entonces, según aclara la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, es el Ministerio de Inclusión el que se está llevando a cabo todo el proceso, ya sean menores o adultos.

Para ello el Ministerio está poniendo en marcha diversas acciones con el objetivo de derivar a los ucranianos que llegan por los cauces oficiales.

Por ejemplo, está desarrollando un programa de acogimiento que permite gestionar una bolsa de familias, entre ellas las extremeñas que ya se han ofrecido a acoger. Lo hacen a través de una red de mediadores sociales que verifican la idoneidad de las viviendas ofrecidas. Este programa se desarrolla en colaboración con los servicios sociales municipales.

A ello se suma otro por parte del Ministerio, con la creación de Centros de Recepción, Atención y Derivación en Madrid, Barcelona, Alicante y Málaga para ofrecer acogida de emergencia a quienes lo necesiten. Es a esos lugares donde precisamente están llegando más refugiados.

En esos centros se les da una orientación inicial, llevan a cabo los trámites para obtener el permiso de trabajo y residencia en 24 horas, algo que también se realiza en las comisarías habilitadas por el Ministerio del Interior. Finalmente, deciden la derivación de quienes lo necesiten a las plazas más adecuadas disponibles.

Según detalla el Ministerio de Inclusión, la idoneidad de cada familia que ofrezca su disponibilidad para acoger se valora en función de diversos criterios, como el número de personas a las que están en disposición de alojar, las características del domicilio o el plazo temporal durante el cual podrán asegurar su compromiso de acogida, entre otros parámetros.

Las solicitudes validadas se derivan al Ministerio para que se encargue de casar las necesidades de acogida con las familias más adecuadas para cada caso.

Aunque por esa vía oficial, ninguna familia de Extremadura está acogiendo a ucranianos, sí hay otras que ya conviven o han convivido con personas que han huido de la guerra. Y todo gracias a iniciativas de asociaciones o familias particulares que han optado incluso por viajar hasta la frontera con Polonia.

Es lo que hicieron, por ejemplo, Alexander y Nuria, una pareja formada por un ucraniano y una extremeña que recorrieron Europa desde el Jerte para recoger a familiares que intentaban escapar de la ofensiva armada.

Otros como Juan Antonio Cáceres Pajuelo, conocido por su empresa de cáterin en la capital cacereña, tuvo durante cuatro días en su finca a 22 refugiados ucranianos. Llegaron a la capital cacereña en tren y permanecieron en casa de los Cáceres Pajuelo hasta que el protocolo oficial de la Administración les proporcionó otro techo para alojarse en la ciudad.

La mayoría de los ucranianos están siendo acogidos en albergues municipales como el de Olivenza, que los recibe desde la segunda quincena de marzo y puede atender hasta un máximo de 60 personas.

Asimismo, también están pasando ucranianos por el albergue del Revellín en Badajoz, donde hacen parada antes de seguir su viaje a Portugal. Por su parte, el de Cáceres ya ha sido adecentado con el objetivo de servir como un recurso más de ayuda en esta crisis.