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«¡Que venga el Rey! ¡Que venga en Lamborghini!», gritan los escolares de Jaraíz de La Vera y Cuacos de Yuste a las puertas del ... monasterio de San Jerónimo. Son las once y cuarto de la mañana, y falta algo más de media hora para que asome Felipe VI, el protagonista de cada mes de mayo en esta esquina verdísima del norte extremeño que el emperador Carlos V eligió para retirarse. «¿Vienes también las hijas?, pregunta boli y papel en mano una de las alumnas del instituto de Cuacos. A la respuesta de que no vienen porque tienen colegio le sigue una repregunta con cierta miga: «¿Ellas también van al colegio»?
Puede que no haya niños en Extremadura que sepan más sobre la monarquía española que los de Cuacos de Yuste y Jaraíz de La Vera. Porque cada año desde hace ya quince, el Rey de España –o en su lugar alguien relevante de la Corona–, viaja hasta aquí para presidir la entrega del premio europeo Carlos V, el galardón que concede la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste.
Todo en esta cita gira en torno al monarca, con lo que eso supone de protocolo y despliegue de seguridad. Añádesele a esto la presencia en el acto de la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxel Batet, o de Carlos Lesmes, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo. Y de once embajadores europeos (los de Austria, Croacia, Francia, Estonia, Países Bajos, Portugal, Italia, Bélgica, Eslovenia, Chipre y Finlandia). Durante un par de horas, el monasterio de Yuste se transmuta en una pequeña Bruselas pero más bonita.
Este año, el galardón ha recaído en el Foro Europeo de la Discapacidad, una oenegé que acaba de cumplir 25 años defendiendo los intereses de más de cien millones de personas con discapacidad en Europa. En total, el Foro representa a aproximadamente el 15% de la población comunitaria, según detalló el Rey en un discurso que puso en el centro a Europa y la guerra en Ucrania.
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«Ante el horror que asola Ucrania en estos momentos -situó Felipe VI-, queremos y necesitamos reivindicar nuevamente, con la fortaleza de nuestras convicciones, valores como la paz, la cooperación y la solidaridad». «En estos tiempos cruciales que vivimos -añadió-, en los que el mundo se está convirtiendo en un escenario tan complejo para nuestro modelo europeo, que realmente lo pone a prueba hasta en sus mismos cimientos, necesitamos justamente la mejor versión de Europa».
Y a ese trabajo, resaltaron las autoridades, contribuye Extremadura a través de la Fundación Academia Europea de Iberoamericana de Yuste, que este año celebra su treinta aniversario. En opinión de Felipe VI, la entidad es «reflejo de una Extremadura europea, iberoamericana y transfronteriza que lleva décadas tendiendo puentes entre Europa e Iberoamérica». «Es -añadió el monarca- una de las mejores bisagras entre dos continentes, dos regiones que comparten idiomas, cultura, historia y afectos».
Europa, Ucrania y discapacidad fueron las tres palabras más repetidas en los discursos, también el del presidente de la Junta, que comenzó citando a Pablo Neruda e incluyó en su intervención menciones a Tostoi y Sartre. «Europa es más que una demarcación territorial, mucho más que la extensión de 27 estados miembros. Europa es una forma de vivir», reivindicó Guillermo Fernández Vara, convencido de que el premio entregado este miércoles «contribuye a una Europa más inclusiva, más social, más justa e igualitaria».
En esta línea, el presidente extremeño recordó que 2022 es el Año Europeo de la Juventud y destacó el papel de los jóvenes «en la construcción de un futuro mejor, más inclusivo, más ecológico y digital».
También, claro, habló de Ucrania, cuya guerra definió como «una anomalía en Europa que no cabe en nuestro entendimiento». «En este relato histórico -contextualizó Vara-, no podemos ponernos de perfil, porque esta invasión no es la guerra de Ucrania, sino una guerra en Ucrania, que está irradiando sus devastadoras consecuencias a toda Europa y el mundo». «Primero la pandemia de covid-19 y luego esta guerra nos deben hacer reflexionar sobre los retos que Europa debe enfrentar», añadió el presidente de la Junta, que cree que en la tesitura actual, «hay una única respuesta: más y mejor Europa».
Fernández Vara quiso poner nombre a los premiados, y citó al maestro Rodrigo, Beethoven, el matemático Nash o el bailaor flamenco cacereño Enrique El Cojo, «ejemplos que nos muestran que las distintas discapacidades tienen muchas capacidades». Todas las personas con discapacidad, las famosas y las anónimas, capitalizaron el discurso de Ioannis Vardakastanis, presidente del Foro Europeo de la Discapacidad.
Su intervención no eludió las críticas a las numerosas cuentas pendientes que la Unión Europea tiene con el colectivo al que él representa. «La UE aún no tiene una legislación horizontal sobre la igualdad de trato, y más de la mitad de las personas con discapacidad en Europa se sienten discriminadas», concretó Vardakastanis. «Las mujeres con discapacidad -continuó- se enfrentan a una discriminación aún mayor en todos los ámbitos de la vida, y todavía en algunos países de la UE sufren prácticas terribles como la esterilización forzada». «Solo el 50,8% de las personas con discapacidad -concretó el portavoz de los galardonados- tienen empleo, en comparación con el 75% de las personas sin discapacidad, y la tasa de abandono escolar es considerablemente mayor entre los estudiantes con discapacidad».
Y no solo esto. Además, el responsable del Foro aludió a, «la libertad de circulación, que todavía no es una realidad para muchas personas con discapacidad», pues muchas «no pueden acceder al transporte, a veces se les niega el embarque en aviones y su discapacidad no se reconoce en todos los estados miembros».
Una situación que se ha vuelto todavía más difícil en Ucrania, donde «la violenta guerra vuelve a poner a las personas con discapacidad en un mayor riesgo para sus vidas», afirmó Vardakastanis. «Al igual que en la pandemia -explicó-, la situación se agrava para quienes viven en instituciones y no pueden escapar de la guerra. Sabemos que hoy en día muchos ucranianos con discapacidad que han permanecido en el país se enfrentan a situaciones sin alimentos, agua y medicamentos esenciales, sin personal que los apoye, sin acceso a la ayuda humanitaria y a refugio durante los bombardeos». «Y las personas con discapacidad que lograron huir de Ucrania -concluyó la voz de los premiados- llegan a la UE en situaciones extremadamente precarias, con centros de acogida que no son accesibles para ellos, y en muchos casos llegan sin las tecnologías y el apoyo más básico».
El rostro y la historia que sintetiza las vidas de las personas con discapacidad fueron los de Maribel Cáceres Cabanillas, extremeña con discapacidad intelectual que preside la primera asociación española de mujeres con discapacidad intelectual y además es vicepresidenta de Plena Inclusión España. Ella contó su paso por el centro especial de empleo de Plena Inclusión Badajoz y también por el de Montijo. «Hasta ser lo que soy ahora, mi dedicación se ha centrado primero en conseguir ser una persona totalmente empoderada, que toma sus propias decisiones y vive su vida de forma independiente», explicó la joven en un discurso emotivo y reivindicativo. «Queremos vivir en comunidad -dijo-, trabajar en comunidad, disfrutar del ocio en comunidad, juntos, iguales y con los mismos derechos que las personas sin discapacidad». «Las barreras -terminó Maribel Cáceres- pueden desaparecer si se quiere, si se lucha y si hay una voluntad firme de que todas las personas seamos individuos con personalidades diferentes pero iguales en derechos y oportunidades».
La música de Anam Camerata y la soprano María del Mar Machado Morán puso fin a un acto que este año se ha acercado a su fecha de celebración tradicional, que es el 9 de mayo, Día de Europa. Por cuestiones de agenda, la XV edición del premio se ha retrasado dos días, nada en comparación con los cinco meses de la vez anterior, cuando el coronavirus obligó a posponerlo hasta octubre. Este año, además, Felipe VI no regresó a Madrid tras la ceremonia, sino que volvió al monasterio de Carlos V por la tarde, para presidir la reunión de Patronato de la Fundación. Solo dos horas después, el monarca inauguró en Plasencia la exposición 'Las Edades del Hombre'. Y este jueves visitará Pinofranqueado, para conmemorar el centenario del viaje de su bisabuelo Felipe VI a la comarca. Lo hará acompañado por la reina Letizia Ortiz.
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