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El Festivalino va ya por quince ediciones, no hace más que crecer y es lo más importante que sucede en Pescueza, un pueblito de Cáceres ... con apenas 140 vecinos empadronados. Con la pandemia se suspendieron los conciertos de 2020 y al año siguiente se organizó en otra fecha con una edición de aforo limitado, sillas y mascarillas, nada que ver con lo ocurrido el fin de semana pasado. Como Pescueza, muchos pueblos extremeños esperan recuperar eventos que ha habido que suspender y que en ocasiones eran el gran acontecimiento cultural del año. Ocurre en Monterrubio de la Serena y Montijo con el festival 'Acústicos al fresquito' (julio), con 'Europa Sur' en Alcántara (29,30 de julio), el Suberock de San Vicente de Alcántara (1, 2 de julio), Sonux en Miajadas (6 de agosto) o Contempopranea, desde este año en Olivenza (28-30 de julio), entre otros muchos que se organizan fuera de las grandes poblaciones y que durante un fin de semana revolucionan a la población entera.
La concejala de Cultura de Pescueza, Tina Fernández, calcula que en tres días habrán pasado unas 8.000 personas por su pueblo. «La gente estaba deseando que volviera el Festivalino y colabora desbrozando y cediendo sus huertos como aparcamiento porque saben que es bueno para un pueblo tan envejecido que si no es por estos momentos se muere poco a poco».
Este fin de semana le toca al Guoman, en Guareña (6.800 habitantes), que lleva dos años sin celebrarse por culpa de la pandemia. Este miércoles se presentó en la Diputación de Badajoz un festival que nació hace 20 años como concurso de bandas noveles y que incluye todo tipo de actividades además de música, como circo, artesanía, talleres o cuentacuentos. El alcalde, Abel González, describió el ambiente previo cuando declaró «este año va a ser un festival enorme ante la necesidad de recuperar la normalidad, por lo que auguramos una gran afluencia».
Además, destacó que eventos así suponen «un impulso para la economía local, sobre todo para la hostelería».
Pero mientras el Festivalino y el Guoman dan el pistoletazo de salida, en estas fechas se están cerrando los últimos detalles de otros festivales en pueblos que devuelve a decenas de grupos a los escenarios.
Para Agustín Fuentes, promotor del Contempopranea, este verano es diferente a los dos anteriores porque todo apunta a que volverán los conciertos como antes, sin estar sentados, sin mascarilla y sin separación obligatoria como algunas ediciones especiales que hubo que improvisar camino de la normalidad.
«En 2021 Extremadura –relata Fuentes– fue de las pocas comunidades que no organizó festivales, como sí hicieron Madrid, Valencia o Barcelona, así que llevamos un año de retraso y eso se nota en las ganas de la gente. Lo noté al poner las primeras entradas a la venta y vi la demanda que había. La gente quiere vivir los festivales de siempre y este verano va a haber exceso de eventos. Todos los artistas con los que contacto tienen la agenda apretadísima, igual que los proveedores, no es fácil encontrar fecha libre. Hay que tener en cuenta que el de los festivales ha sido el sector más castigado por la pandemia. La hostelería ha funcionado bajo mínimos, pero los festivales llevan dos años en el dique seco».
El impulso a la economía local que brindan los festivales es obvio, sobre todo cuanto más pequeño es el pueblo. Cuenta José Carlos García, organizador de 'Acústicos al fresquito', que cuando ideó este festival en 2011 en la plaza de Monterrubio de la Serena (2.400 habitantes) pocos lo veían claro. «El alcalde me tachó de loco, pero ahora está encantado». Este festival gratuito que combina actuaciones en Montijo y Monterrubio de la Serena suele ser en julio, pero el año pasado cambió de fecha para sortear el covid y al final fue en diciembre, pero en Monterrubio se suspendió porque el pueblo se cerró por un aumento de contagios y en Montijo se hizo al 50% de aforo, en un teatro y con distancia de seguridad, por lo que para su promotor este 2022 es como renacer. «Lo hago por gusto y hasta hace poco me costaba dinero, es más muchos grupos han llegado a cobrar en aceite de oliva que me cede la denominación de origen y el año pasado incluso hubo grupos extremeños que actuaron gratis para que siguiera adelante», dice este extremeño que en 2016 realizó un homenaje a Manolo Tena y trajo a Mikel Erentxun a Monterrubio.
Según el alcalde de San Vicente de Alcántara (5.400 habitantes), Andrés Hernáiz, «con todos los problemas que tiene ahora la gente recuperar el Suberock este verano genera mucha ilusión», dice. Se trata de un festival que nació de una asociación –Extremasound– y cuyo eslogan es 'Gratos y a la sombra'. El Ayuntamiento pone la mitad del dinero, «pero es una inversión recuperable porque vienen unas dos mil personas, se da a conocer el pueblo y la gente su dinero en los bares y gasolineras», apunta ilusionado el primer edil.
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