Holguera decreta tres días de luto por Semi: «Su muerte es un golpe muy duro para el pueblo»

«Es una noticia terrible, un golpe muy duro para Holguera, todos estamos consternados, era una familia muy querida», resume la alcaldesa, Josefina Calvo. El ayuntamiento de la localidad ha decretado tres días de luto, en señal de duelo por Semi. Desde este lunes y hasta el miércoles, las banderas ondean a media asta en los edificios municipales.

Pero los vecinos esperan a conocer el día y la hora de la celebración del funeral por Semi para dar el último adiós «a una mujer muy buena y querida en el pueblo», afirma Isabel, vecina de la calle 2 de mayo, donde en el número 29 residían madre e hijo y donde la noche del domingo tuvo lugar el trágico suceso, que investiga el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil.

Fuentes judiciales detallan que las actuaciones no estarán finalizadas este martes y que, por tanto, el presunto matricida no pasará a disposición judicial hasta el miércoles. Será entonces cuando preste declaración ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Coria, que es el que estaba de guardia cuando ocurrieron los hechos y el que, por tanto, asume esta causa penal. Hasta que pase a disposición judicial, Francisco Perancho permanecerá en la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres.

«Es una lástima lo que ha ocurrido, Kiko también es un hombre bueno, lo que pasa es que tenía problemas mentales desde que tuvo un accidente cuando era chico, pero en la calle, con los vecinos, siempre ha mantenido una relación correcta y cordial», aseguran Juan y Vicente, vecinos también de la calle 2 de mayo.

Victoria y Anselmo, panaderos ya jubilados de Holguera, recuerdan como si fuera ayer el accidente de Kiko. «Tenía entonces 7 u 8 años, estaba jugando en la calle y le atropelló un coche; el conductor le recogió del suelo y le cogió en brazos», detallan. «Cuando nos vio se cayó de rodillas, no podía más por la pena que tenía». Anselmo fue quien cogió entonces al niño. «Parecía que estaba muerto, pensamos que no iba a sobrevivir». Le llevó sujetándole la cabeza hasta el Hospital de Plasencia. Después le trasladaron a Salamanca y el pequeño sobrevivió.

«Estaba más alterado»

«Pero ya nunca fue el mismo», asegura el matrimonio sin apenas poder contener las lágrimas. Las secuelas físicas y mentales que ese accidente le dejó han marcado desde entonces la vida de Kiko. «Estaba medicado, tenía un tratamiento para la enfermedad que padecía, pero a veces pues estaba más nervioso, sufría algún brote», dicen los vecinos.

Eso creen que debió ocurrir la noche del domingo. «Llevaba unos días un poco más alternado, al parecer tenía problemas para renovar un carné, pero nadie podía imaginar esta tragedia», reconocen Juan y Vicente. Aunque, como ellos, otros vecinos de Holguera aseguran que no era la primera vez que kiko sufría un brote de agresividad. «Cuando vivía su padre, se escuchaban las broncas desde la calle, y también que había más que palabras, que el chico en algún momento le llegó a agredir», explican. «La madre le llevaba mejor o eso parecía; de hecho, al menos en la calle, el hijo estaba pendiente de ella». Pero la noche del domingo acabó con su vida presuntamente, salió de casa, bajó corriendo la calle, llamó a sus amigos y les contó qué había hecho.