Una anciana paseando por Hinojal tras hacer la compra en una mañana tranquila. Jorge Rey

Las 24 horas que Hinojal nunca olvidará

Crimen de Vicente Sánchez. ·

La mañana del 7 de marzo este pueblo de 393 habitantes despertó con la detención de su alguacil, autor confeso de la muerte del hombre de 79 años; HOY hace una radiografía de los hechos

Álvaro Rubio

Cáceres

Domingo, 17 de marzo 2024, 07:56

El 7 de marzo de 2024 será recordado en Hinojal como el día en el que este pueblo de 393 habitantes abandonó su calma. Despertó más temprano de lo habitual. A eso de las ocho de la mañana, sus vecinos ya sabían que algo ... raro pasaba. Dos calles cortadas (la de la Cruz y la del V Centenario) en un municipio en el que 'amanece' tarde y la rutina pasa por comprar el pan en la multitienda, ir a una cita médica en el consultorio, desayunar en el bar Géminis o hacer algún papeleo en el Ayuntamiento.

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Pero ese día, nada fue igual. En la tienda de autoservicio, corrillos entre paisanos. En los alrededores del centro de salud, cámaras de televisión, y en el Consistorio no estaba el alguacil. El hombre de unos 55 años que nada más entrar en el edificio municipal recibía a los vecinos desde un pequeño mostrador no fue a trabajar. En el edificio, la alcaldesa sacaba un café de la maquina antes de atender al Diario HOY.

José María Lindo, que llevaba trabajando en el Ayuntamiento más de tres décadas, el hombre que tenía llaves de todos edificios municipales, el que acompañaba a los obreros, el que anunciaba los bandos o ayudaba a la alcaldesa a tener todo listo para las fiestas populares, había sido detenido por la Guardia Civil por la desaparición de Vicente Sánchez, el anciano de 79 años al que se le perdió la pista a finales de enero.

Los agentes entraban antes de salir el sol en casa de su hermano, en la calle de la Cruz. Aunque tiene una vivienda en Cáceres, dormía allí muchas noches. Le sentaban en una silla y buscaban pruebas por armarios, habitaciones y cajones. Minutos después salía esposado para llevarle a la Comandancia de la Guardia Civil de la capital cacereña, a 25 kilómetros del municipio.

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Agentes del instituto armado durante el registro en la casa donde dormía el detenido, en Hinojal. A la izquierda, sentado, el alguacil José María Lindo. HOY

«Ha sido un mazazo para todos», afirmaba la alcaldesa, María Blanca Vivas. Hoy, diez días después de lo ocurrido, reconoce que han vivido un mes en la incertidumbre. «Ahora que se sabe que hay un detenido y que hay cuerpo, el pueblo está muy afectado. Es algo que no vamos a olvidar nunca, pero seguiremos adelante» dice esperanzada.

Nadie se imaginaba lo que ocurriría después de la detención de Lindo. El viernes, 8 de marzo, la Guardia Civil encontró un cadáver en la dehesa boyal de Hinojal, en una zona denominada Arroyo del Fresno, próxima a la charca La Vaquera y a apenas dos kilómetros del municipio.

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Se trata de un campo al que se accede por un pequeño camino ubicado a la izquierda de la carreta EX-373 en dirección a Talaván desde Hinojal.

La Guardia Civil en el punto donde encontraron el cadáver de Vicente. HOY

Precisamente, en esa zona ya se habían realizado batidas de búsqueda. El detenido, según confirma la primera edil de Hinojal, participó en una de ellas.

Nadie había sospechado de él, excepto la Guardia Civil, que según indica detectó contradicciones en la declaración de Lindo y, durante las investigaciones, «dificultó enormemente las labores indagatorias, pues utilizó información directa que tenía de la propia familia de la víctima».

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El billete de autobús

Pero, cómo llegó hasta allí el cuerpo de Vicente. Según el instituto armado, el 22 de enero, día de la desaparición, Tente, como se le conocía en el pueblo, compró un billete de ida y vuelta de autobús a la capital cacereña para extraer dinero de sus cuentas y en esa misma jornada tomó algo en una cafetería con José María Lindo.

Lo que no se sabe es si llegó a coger ese autobús o fue el alguacil de Hinojal quien le llevó hasta Cáceres. Todo apunta, según el portavoz de la familia de la víctima, José Luis Lancho, a que sí se montó en ese autobús, pues los billetes se sacan en el propio vehículo antes de empezar el viaje. «No es algo que se haga por Internet», asegura Lancho, que también indica que «es probable que la cafetería en la que estuvieron no fuera en Hinojal».

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La cafetería

En el municipio hay cuatro bares: la cervecería Sultana, el Yeni, el bar del pensionista y el Géminis. Vicente, según varias fuentes consultadas, solo frecuentaba el Géminis, cuyo propietario es Lancho y los lunes cierra. El día 22 de enero fue lunes y no pudieron estar allí.

De este modo, por el momento, no se ha confirmado ni la cafetería en la que estuvieron ni si fue Lindo quien llevó a Vicente hasta Cáceres en su coche. De ser así, no habría sido la primera vez que lo hacía porque Vicente no tenía carnet de conducir y, desde el pasado verano, era habitual que le llevara a distintos puntos. «Iban a Talaván, a los toros, a Montehermoso, a donde él quería», comentaba a este diario la primera edil. Coinciden en ello familiares y vecinos.

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Lo que sí asegura la investigación de la benemérita es que ese día Vicente sacó dinero del banco y el alguacil de Hinojal le robó 2.000 euros. Además, se apropió de su documentación personal y sus cartillas de ahorro y, tras estrangularle y ocultar el cuerpo, realizó diferentes operaciones bancarias, según el relato de los hechos publicado por la benemérita tras levantarse el secreto de sumario del caso.

La confesión

Apenas 24 horas después de la detención del alguacil, Lindo confesó ser el autor de la muerte de Vicente Sánchez y llevó a los agentes de la Guardia Civil hasta el punto exacto en el que se encontraba el cadáver.

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El cuerpo sin vida ya ha sido devuelto a la familia, después de que el Instituto de Medicina Legal haya realizado todas la pruebas. Este sábado se celebró su funeral.

El trabajo ha sido arduo porque el cuerpo fue encontrado tiempo después de su muerte. De hecho, la denuncia la pusieron los familiares el día 30 de enero después de echarle en falta y comprobar que no estaba en casa, que no se había llevado el móvil y que la cama estaba sin hacer.

Fue Lancho quien dio la voz de alarma. Cogió unas escaleras de albañiles y saltó por la parte trasera de la casa de Vicente para ver si se encontraba dentro, pero allí ya no estaba. La puerta del corral estaba abierta y llamó a la Guardia Civil, según relató Tirsa, la hermana de Vicente.

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Vicente vivía en el número 76 de la calle La Laguna, de Hinojal. HOY

Ella, al igual que el sobrino de Vicente, Javier Flores, ya sospechaban que algo raro había pasado. «Mi tío es muy escrupuloso y suele dejar la cama hecha y todo limpio, pero esta vez lo dejó como si se hubiera ido con prisa», contaba Javier el 5 de febrero. No descartaba que «le hubieran sacado de casa engañado».

Por aquel entonces, todo eran dudas. Nada arrojaba luz en torno a la desaparición de Vicente. A él, en Hinojal, lo definían como «un hombre de rutinas muy marcadas, que se tomaba alguna cerveza en el bar Géminis y que iba a Cáceres al centro comercial Ruta de la Plata y a algunos bares a echar la quiniela».

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La incertidumbre se ha mezclado durante este tiempo con los rumores, sobre todo los que han girado en torno a la lotería que le tocó a Vicente. «A mi tío se lo han llevado por dinero», ya apuntaba Javier a principios del mes de febrero.

La lotería

Se trata de una hipótesis que ha sobrevolado en el pueblo estas semanas. A Vicente le tocó un millón de euros hace ocho años, según las fuentes consultadas.

El móvil del crimen (la Guardia Civil apunta al económico) se determinará cuando José María Lindo sea juzgado. Por el momento está en prisión provisional sin fianza, tal y como decretó la jueza del Juzgado de Instrucción nº3 de Cáceres por los presuntos delitos de homicidio, robo con violencia y estafa.

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«El pueblo está muy afectado. No lo vamos a olvidar nunca, pero seguiremos adelante»

María Blanca Vivas

Alcaldesa de Hinojal

La cárcel cacereña ha activado el protocolo antisuicidio y Lindo está acompañado en todo momento por un interno preparado para estos casos. «Es habitual cuando las personas entran por primera vez en prisión por supuestos delitos tan graves», apuntan desde el centro penitenciario.

La defensa del alguacil alegará que padece una patología grave de adicción al juego y que estaba en tratamiento por ello. De este modo, espera que eso sea considerado como un atenuante cuando se celebre el juicio, además del reconocimiento de los hechos.

La defensa espera que sea juzgado por homicidio y no por asesinato como considera la Fiscalía. «No ha habido ni alevosía ni premeditación», asegura la abogada de la defensa.

«Tras el funeral de Vicente vamos a empezar el primer duelo; luego vendrá el proceso judicial»

José Luis Lancho

Portavoz de la familia

Por su parte, la familia está valorando si personarse como acusación particular, aunque primero está intentado recuperarse de todo lo sucedido. «Estamos cansados. Tras el funeral vamos a empezar el primer duelo; luego ya llegará el proceso judicial», dice Lancho.

El Ayuntamiento, por su parte, también está intentando volver a la normalidad poco a poco. De hecho, ya busca un operario de servicios múltiples que desempeñe parte de las funciones que realizaba José María Lindo.

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Esa es la prueba más clara de que el municipio quiere recuperar su rutina tras un mes trágico, que no haya corrillos en la multitienda, que las cámaras de televisión dejen de sacar planos de sus calles, realizar trámites en el Ayuntamiento y tomar una cerveza en el bar Géminis, como hacían sus vecinos antes de que despertaran sobresaltados el 7 de marzo de 2024.

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