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Manuela Rubio. :: HOY

«Lo que más influye es el estilo de vida»

Manuela Rubio Subdirectora de atención primaria del Servicio Extremeño de Salud ·

«Un 25% de la esperanza de vida tiene que ver con la atención sanitaria a la población, y un 15% con la genética individual»

A.A.

Sábado, 2 de noviembre 2019, 08:50

-La diferencia entre el pueblo extremeño con la esperanza de vida más alta y el que presenta la más baja es de casi diez años (son 86 años en Montehermoso y 76,5 en Losar de La Vera, según datos del Instituto de Estadística de Extremadura). ¿Hay causas de índole sanitaria que puedan ayudar a explicar esta diferencia?

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-En absoluto. Desde la aprobación de la Ley General de Sanidad en 1986 se consolidó el modelo sanitario español con las características de accesibilidad, universalidad y equidad, para dar asistencia a la población en términos similares independientemente del lugar de residencia. El SES organiza la asistencia sanitaria a la población desde la atención primaria, que ofrece asistencia sanitaria primaria, accesibilidad y cohesión social, y desde el ámbito hospitalario, donde se ofrecen tratamientos complejos. Losar de la Vera pertenece al área de salud de Navalmoral y Montehermoso, al área de salud de Plasencia, y no existen diferencias en las prestaciones sanitarias y en la cartera de servicios que se ofrecen en ambas localidades. Con todo eso, podemos presumir de que España tiene la esperanza de vida más alta de toda la Unión Europea.

-En líneas generales, ¿qué factores influyen en que la esperanza de vida sea mayor o menor?

«Los factores relacionados con el medioambiente influyen en un 10%»

-Hasta 1981 se pensaba que el factor principal era el acceso a los sistemas sanitarios. Sin embargo, en 1981 el informe Lalonde -de Marc Lalonde, exministro de salud y bienestar de Canadá que fue un hito para el pensamiento de la salud pública moderna, al aclarar que las políticas de salud no se debían ceñir al sistema sanitario- advirtió que el impacto del sistema sanitario sobre la salud de las personas se mueve en torno a un discreto 20-25%. El principal factor que influye en la esperanza de vida son los estilos de vida de la población, que suponen hasta un 50%. Después están los servicios sanitarios que se ofertan a esa población, que suponen un 25%. No es lo mismo un servicio sanitario universal, gratuito y accesible como el de nuestro país a los de, por ejemplo, Estados Unidos, donde la población sin seguro médico privado tiene acceso a una cartera de servicios muy básica. Y otros factores que influyen en la esperanza de vida son la información genética que arrastramos de nuestros ancestros (15%) y los factores relacionados con el medio ambiente (10%). Por tanto, el desarrollo económico, social, cultural y medioambiental es un factor determinante para impulsar la calidad de vida de las sociedades y, por ende, la salud de las personas. Los determinantes sociales de la salud, que tanto influyen en la esperanza de vida, son las circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud. Comprenden los comportamientos y los estilos de vida saludables, los ingresos y la posición social, la educación, el trabajo y las condiciones laborales, el acceso a servicios sanitarios adecuados y los entornos físicos. Combinados todos ellos, crean distintas condiciones de vida que ejercen un claro impacto sobre la salud. Estos determinantes sociales de la salud explican la mayor parte de las diferencias injustas y evitables observadas en y entre los países y entre las diferentes poblaciones e incluso entre barrios, en lo que respecta a la situación sanitaria. También explican por qué dentro de un mismo país pueden existir diferencias enormes en el estado de salud, estrechamente vinculadas con el grado de desfavorecimiento social. Por ejemplo, en Glasgow, en el barrio de Calton, la esperanza de vida de los varones al nacer es de 54 años, mientras que en Lenzie, a unos pocos kilómetros de distancia, es de 82 años. Y Michel Marmot, presidente de la Comisión sobre determinantes de la salud de la Organización Mundial de la Salud, afirma que «si los determinantes de la salud son mayoritariamente sociales, las soluciones deberán ser sociales». O dicho de otro modo: «Influye más el código postal que el código genético en la salud de una población».

-¿Podemos hacer algo cada uno de nosotros, a título particular, por aumentar nuestra esperanza de vida, o es algo que 'nos viene dado' y sobre lo que poco o nada podemos intervenir'?

-Por supuesto. Si el 50% son condiciones o estilos de vida, en la manera en que cada persona influimos en esas condiciones, mejoraremos nuestra calidad y esperanza de vida. En este sentido, la Carta de Otawa para la promoción de la salud describe cómo es el proceso de capacitación de las personas y comunidades para que ellas tengan control sobre los determinantes que influyen en su salud. La promoción de la salud es realizada por la gente y junto con ella, sin que se le imponga ni se le entregue. Amplía la capacidad de las personas para actuar y la de los grupos, organizaciones o comunidades para influir en los factores determinantes de la salud. Uno de los retos de los sistemas sanitarios y de la política sanitaria en general, es inculcar a la población la responsabilidad del autocuidado para mantenernos más sanos durante más tiempo.

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