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Agentes del Medio Natural de la Junta de Extremadura y miembros del Seprona (el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) investigan si el incendio que comenzó el sábado en San Vicente de Alcántara, y que ya está controlado (se ha aislado, detenido su avance y propagación), aunque no está extinguido, se originó por una barbacoa ilegal.
La sospecha es que un vecino de la zona hizo una barbacoa en su casa de campo, en un porche con techo vegetal. Este ardió, lo que dio inicio el incendio forestal más importante que ha sufrido la comunidad autónoma en lo que va de verano.
De momento es una hipótesis, que técnicos del Infoex (el plan regional de lucha contra los incendios forestales) trasladaron para que lo investiguen agentes del Medio Natural y miembros del Seprona.
Conviene recordar que durante la época de peligro alto de incendios -que comenzó el 1 de junio y presumiblemente acabará el 15 de octubre, aunque se puede alargar si la previsión meteorológica lo aconseja- está prohibido hacer barbacoas en terrenos rurales, y también en urbanos si están a menos de cuatrocientos metros de un terreno forestal. De hecho, la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio recordó ayer a través de sus redes sociales que en estos días no se pueden encender hogueras, barbacoas o similares en espacios abiertos o semiabiertos, lo mismo en el campo que en zonas de influencia forestal, debido al riesgo que entraña la emisión de humo y de pavesas.
El fuego comenzó el sábado poco antes de las cuatro de la tarde en el Valle de Jola, entre San Vicente de Alcántara y Valencia de Alcántara. La mayor parte de los daños se han producido en zonas de pinar alejadas de las áreas habitadas. A pesar de ello fue necesario que se marchasen de sus casas los vecinos de la aldea El Mayadil y desalojar la piscina natural de La Codosera. En este lugar atendieron a siete vecinos por inhalación de humos, dos de ellos fueron trasladados al hospital Infanta Cristina de Badajoz.
Para frenar el incendio se movilizaron una docena de medios aéreos junto a una decena de retenes de diferencias localidades de la región, además de la BRIF (Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales) de Pinofranqueado. También agentes del Medio Natural de la Junta, patrullas de la Guardia Civil y personal de Cruz Roja. Al llegar la noche del sábado, el fuego continuaba activo y los medios aéreos tuvieron que retirarse por falta de visibilidad. Llegaron entonces las horas clave porque las llamas continuaban activas y el viento complicaba las labores de extinción.
Sin embargo, los medios terrestres lograron mantener el perímetro del fuego durante la noche y a primera hora de ayer pudo declararse estabilizado. Eso sí, las altas temperaturas (41,2 grados) y, de nuevo, las rachas de viento, de hasta 33 kilómetros por hora en la comarca, provocaron varias reproducciones en el perímetro.
Mientras los medios aéreos continuaron refrescando la parte central, los efectivos terrestres fueron acudiendo a cada punto donde el humo volvía a surgir en el perímetro. A última hora se dio por controlado, que no extinto. Los medios seguirán en la zona para asegurarla.
Ayer no se produjeron más heridos por inhalación de humos, pero la Cruz Roja tuvo que atender a dos bomberos, uno español y otros portugués, que sufrieron un traumatismo por una caída. Solo fueron contusiones leves.
El Mayadil es una pequeña aldea con ocho viviendas en un paraje precioso del Valle de Jola. Solo se llega por una pista de tierra entre San Vicente de Alcántara y Valencia de Alcántara. La localidad es de la provincia de Badajoz aunque hay una piedra justo a la entrada, dicen los vecinos que marca que eso ya es la provincia de Cáceres. La loma que hay enfrente es Portugal.
En este cruce de fronteras están las ocho viviendas de piedra que contaban con un paisaje único, ya que varios montes de pinares las rodean. Ayer la estampa era muy distinta. El juego calcinó los alrededores e incluso quemó jardines y huertos de esta aldea. Fue la zona en la que el incendio más se acercó a las casas y obligó a los propietarios a desalojar.
Los vecinos, sin embargo, se sentían afortunados. «Gracias a Dios no ha habido daños a las personas ni las casas. Eso es lo importante», dijo ayer Casimira Sánchez, de 78 años, al volver a su casa en El Mayadil. Suele pasar algunas temporadas en la aldea y el sábado después de comer estaba con su marido, Agustín Pachón, de 80 años, cuando notaron el humo. Las llamas estaban en la parte trasera de la localidad. No se lo pensaron. Se reunieron con unos vecinos y se marcharon.
El vecino que llevó en su coche a esta pareja fue Manuel Sosa, que tiene casa en la aldea pero reside en Badajoz, ciudad en la que es conocido porque fue concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento. «Decidimos marcharnos. Luego yo intenté volver y ya no nos dejaron pasar porque el incendio estaba por todas partes. Por la noche pude subir con la Guardia Civil para recoger los medicamentos de los vecinos, que los necesitaban».
Ayer pudieron volver a comprobar que sus viviendas estaban bien a pesar de que las llamas llegaron a rozar varias casas de la aldea. «Ha sido un gran susto», dijo Casimira que no pudo evitar recordar, al ver el humo, el incendio que afectó a este mismo hace 15 años.
En agosto de 2003, exactamente el día 3, las llamas rodearon la localidad de Jola, a unos kilómetros, y los vecinos de El Mayadil tuvieron que levantarse en plena noche. «Recuerdo que estaban mis nietos, que eran pequeños entonces, y tuvimos que salir en plena noche», recuerda esta vecina.
El incendio de 2003 se puede ver en muchos puntos del valle con zonas repobladas en las que los árboles aún no son tan frondosos como en el resto de los montes. Igualmente, los vecinos también quedaron marcados. «Pasamos mucho miedo entonces. Teníamos todas las cosas preparadas para salir corriendo», recordaba ayer Piedad Vaz, vecina de La Codosera. «Ayer, al ver el humo, te vuelves a acordar de todo».
En este caso, sin embargo, no fue necesaria la evacuación. La Cruz Roja, de hecho, tenía preparadas camas para instalar en el polideportivo de La Codosera, donde estaba el centro de coordinación, pero no fue preciso montarlo.
Eso sí, los vecinos de La Codosera vivieron más de un sobresalto. Al ser un valle lleno de casas aisladas, en muchos casos utilizadas por los turistas los fines de semana, al ver el humo temieron que hubiese gente atrapado. No fue así.
También en Valencia de Alcántara sintieron une escalofrío al saber que las llamas volvían a calcinar la zona. El incendio de 2003 fue especialmente duro para esta localidad. Sus vecinos fueron evacuados cuando el fuego ya amenazaba sus calles, se quemaron varias casas y 9.750 héctáreas de su patrimonio natural quedaron arrasadas. Cuentan los residentes de la zona que incluso hubo familias que se reunieron en la plaza del pueblo, abrazados, temiendo morir allí. Hubo muchas críticas entonces porque consideraron que la actuación de la administración fue lenta.
«La gente estaba atemorizada ayer porque enseguida se le vino a la mente el incendio fatídico de 2003», relató ayer el alcalde de Valencia de Alcántara, Alberto Piris. «Pero en este caso la respuesta ha sido rápida y hay que agradecérselo a la Consejería de Agricultura, al Infoex, y también a los bomberos portugueses. Se ha actuado rápidamente».
Ahora los vecinos de San Vicente de Alcántara, La Codosera, El Mayadil, Jola y Valencia de Alcántara solo desean que su paisaje privilegiado se recupere una vez más.
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