Martes, 22 de octubre 2019
La Junta de Extremadura deja en manos del Gobierno la decisión sobre el trazado de la A-43, la autovía que unirá Badajoz con Valencia a través de Castilla-La Mancha y que tiene pendiente la conexión entre Mérida y Ciudad Real.
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Sobre la mesa hay dos opciones. Por un lado, la norte, que consiste en el desdoblamiento de la N-430 y que defienden poblaciones de la comarca de la Siberia, como Herrera del Duque. Es la solución que demandan los municipios de una carretera congestionada por el tráfico pesado hasta Ciudad Real.
Por otro, la sur, que compartiría trazado con la N-430 entre Mérida y Villanueva de la Serena-Don Benito y que, antes de llegar a Navalvillar de Pela, viraría hacia Campanario, Castuera y Cabeza del Buey hasta llegar a Puertollano y de ahí a Ciudad Real por autovía, donde arranca la A-43. Es lo que apoyan los municipios de la Serena y lo que prefiere el Gobierno manchego, ya que daría servicio a una zona deprimida. En función del trazado final, supondría en torno a 50 kilómetros más de recorrido que la opción norte.
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El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, abogó la semana pasada por una solución pactada entre el Gobierno y las dos comunidades autónomas implicadas. Sin embargo, la Junta no está dispuesta a decantarse por uno u otro trazado, lo que dejaría la decisión en manos del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
La portavoz de la Junta de Extremadura, Isabel Gil Rosiña, apuntó este martes que el Gobierno regional no se va a posicionar por ninguna opción, sino que dialogará con Fomento «para impulsar todas las infraestructuras viarias que están pendientes».
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Gil Rosiña entendió las reivindicaciones de los alcaldes, pero añadió que la elección del trazado definitivo se hará «en la mesa del Gobierno de España» y que la Junta de Extremadura velará «por el interés general, que es como se tienen que tomar las decisiones cuando no van a gustar a todas las partes implicadas».
La portavoz regional precisó que la Junta no se decantará por ningún trazado «en este momento», y que espera que el Gobierno le convoque para, con Castilla-La Mancha, estudiar la opción más adecuada.
Hace menos de un mes se aprobó por unanimidad en la Asamblea una propuesta para que la N-430 se convirtiera en autovía. Este martes las posturas no fueron tan rotundas.
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Lara Garlito, portavoz del Grupo Socialista, recalcó que el PSOE planteó que esa propuesta se extendiera a otras carreteras pendientes de mejora y subrayó que el partido que sustenta al Gobiernose muestra a favor «de toda la movilidad, conectividad y comunicación que pueda tener nuestra región».
La portavoz popular, Cristina Teniente, recalcó que corresponde al Gobierno tomar una decisión sobre el trazado con criterios técnicos, pero también debe velar «por que no se produzca el aislamiento de ninguna comarca». Por ese motivo, pidió que se valore la posibilidad de adecuar dos infraestructuras distintas.
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Cayetano Polo, de Ciudadanos, expuso que el desdoblamiento de la N-430 es necesario «por cuestiones de seguridad y desarrollo socioeconómico», pero sin olvidar que las comarcas situadas al sur de la carretera «tengan la posibilidad, con unas infraestructuras adecuadas, de conectarse a ese eje y a otros».
Por su parte, la portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, expuso que «no hay que entrar en luchas territoriales ni comarcales». Según dijo, nadie puede dudar de la necesidad de mejorar la carretera N-430, pero «entiendo que la gente de la Serena también tiene necesidades».
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