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Frenazo al proyecto para dotar de restaurante a los palacios de congresos de Mérida y Plasencia. La Junta de Extremadura presidida por el PSOE anunció hace dos años ... que habilitaría esos espacios, e incluso concretó la inversión y los plazos y contrató los proyectos arquitectónicos, pero el actual Gobierno regional, liderado por el PP, descarta ejecutar estas propuestas por el momento.
La Dirección General de Turismo explica que esas inversiones «se están estudiando y analizando en profundidad», pero que «en cualquier caso, no está en los planes de la Junta a corto plazo abordarlas». Es decir, que las dos iniciativas se paralizan, pese a que contaban con dotación presupuestaria y el horizonte del año 2024, o sea, el actual, para que estuvieran funcionando.
En concreto, se reservaban para estos espacios gastronómicos 450.000 euros del Plan Territorial de Sostenibilidad Turística de Extremadura 2021, dotado con 27 millones de euros de los llamados fondos Covid, según detalló en febrero del año 2022 Francisco Martín, entonces director general de Turismo.
Él concretó también que se habían elegido los palacios de la capital autonómica y Plasencia por ser ciudades ubicadas en el corredor del Camino Mozárabe-Vía de la Plata, que contaba con un plan de actuación específico para su puesta en valor. Además, anticipó que se estaba estudiando la posibilidad de dotar también con este mismo servicio al palacio de congresos Manuel Rojas, en Badajoz.
Las propuestas en tramitación, que eran las de Mérida y Plasencia, pasaban por que esos restaurantes ofrecieran cocina de vanguardia basada en productos extremeños. Estaba por definir si sería la propia administración regional quien los gestionara o si se adjudicarían a empresas externas, siguiendo el modelo más extendido en España.
Lo común en otras comunidades autónomas es que sus palacios congresuales ofrezcan servicio de restauración, en algunos casos restaurantes que en sí mismos constituyen un motivo de visita y son un foco de atracción de turistas y también para la población local y de la zona.
Extremadura, sin embargo, ha apostado por un modelo en el que ninguno de estos palacios –hay cinco, ubicados en Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia y Villanueva de la Serena– tiene oferta hostelera, de modo que los congresistas o el público de los conciertos o cualquier otro tipo de cita cultural que acogen estos espacios, se ve obligado a buscar fuera un sitio para comer, cenar o picar algo. Los restaurantes previstos en Mérida y Plasencia venían a corregir este déficit, pero de momento deberán esperar.
A esta realidad que diferenciaba a Extremadura de las demás regiones se refería la consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deporte en una entrevista con HOY el pasado octubre. A la pregunta de qué había sobre los proyectos de espacios gastronómicos en Mérida, Plasencia y Badajoz, Victoria Bazaga, que también es portavoz de la Junta, respondía que había «que ver qué hay de todas las cosas que se anunciaron, qué estamos a tiempo de hacer, por los plazos europeos, porque hay trámites que no nos podemos saltar y me da miedo perder siete millones».
«Fuera de Extremadura –añadía la consejera–, cualquier palacio de congresos está abierto todos los días, con oferta gastronómica y seguramente alguna pequeña tienda, una exposición, algo que haga al edificio atractivo y rentable. Un palacio de congresos no puede estar cerrado más de trescientos días al año. Y hay que dotarlos de personal».
De momento, ni el de Mérida ni el de Plasencia tendrán restaurante, pese a que en los dos casos existe ya un proyecto arquitectónico que detalla la reforma que sería preciso realizar en las instalaciones para que pudieran albergar cocina, salón, aseos y el resto de la infraestructura necesaria. La Junta contrató estos proyectos como contratos menores, y pagó entre los dos unos 16.000 euros.
El Saona del Palacio de Congresos de Madrid, el del su equivalente en Córdoba, llamado 'Horno de Mel', el de Valencia que gestiona Gourmet Catering & Eventos, el de Málaga que lleva Grupo Lezama... Son algunos ejemplos de palacios de congresos españoles con servicio de restauración, una oferta de la que carecen los cinco extremeños. Y ello pese a que en su diseño arquitectónico, contemplan espacios concebidos para este tipo de negocios. En este punto hay que recordar que la región sí destaca por el diseño arquitectónico de algunos de sus palacios de congresos, en particular el de Plasencia. Lo concibió el estudio Selgascano (Lucía Cano y José Selgas) y fue finalista en los premios de la UE Mies van der Rohe de arquitectura.
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