Así hemos narrado la manita del Barça al Valencia
El consejero de Gestión Forestal, Ignacio Higuero, exmilitante de Vox, junto a la presidenta de la Junta, María Guardiola. J. M. ROMERO

No habrá ni moción de censura ni cuestión de confianza en Extremadura

Tanto el PSOE como la propia Guardiola descartan recurrir a las iniciativas parlamentarias que pueden quitar la Presidencia de la Junta

Domingo, 21 de julio 2024, 09:00

La ruptura del acuerdo entre PP y Vox deja a la región con un gobierno en minoría en la Asamblea de Extremadura, un escenario de debilidad que abre la puerta a que otras formaciones consigan los apoyos necesarios para acceder a la Presidencia de ... la Junta. Para ello, el Reglamento de la Cámara recoge los resortes habituales en el parlamentarismo, la moción de censura y la cuestión de confianza. Sin embargo, el reparto de fuerzas que salió de las elecciones autonómicas del pasado año complica cualquiera de estas salidas.

Publicidad

El instrumento más conocido es el de la moción de censura. En la democracia extremeña se han presentado dos y las dos se perdieron, una de AP en 1987 frente a un Rodríguez Ibarra con mayoría absoluta y la que presentó el socialista Fernández Vara en 2014 al Gobierno en minoría de José Antonio Monago. En ambos casos ya se sabía de antemano que no contaban con los apoyos necesarios, pero este instrumento también puede servir para impulsar al candidato del partido de la oposición al situarle como alternativa de gobierno. De hecho, a Fernández Vara le permitió volver a convertirse en protagonista de la política regional y un año después logró la victoria en los comicios autonómicos.

El Estatuto de Autonomía establece que para presentar una moción de censura se necesita como mínimo el 15% de los miembros de la Asamblea. El Parlamento regional cuenta con 65 diputados, por lo que se necesitarían al menos diez. Por tanto, ni Vox, con cinco, ni Unidas por Extremadura, con cuatro, pueden promover esta iniciativa. Sólo el PSOE, con 28 (los mismos que el PP), tiene esa opción.

Para salir adelante se requiere mayoría absoluta, una cifra que se alcanza con el voto a favor de al menos 33 diputados. De esa forma, si el PSOE impulsara una moción de censura, para que fuese aprobada debería contar con el apoyo de Vox. Y ninguna de estas formaciones quiere saber nada de la otra. De ahí que el secretario general de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, haya descartado promover una iniciativa que tendría pocos visos de prosperar y que daría aún más inestabilidad a la región.

Publicidad

Además, la moción de censura debe incluir un candidato alternativo a la Presidencia de la Junta, que sería investido en caso de que la propuesta recibiera los apoyos necesarios. Y como el Estatuto de Autonomía recoge que el presidente debe ser un diputado de la Asamblea, Miguel Ángel Gallardo no podría ser ese candidato, ya que no es parlamentario autonómico. Por lo tanto, tampoco tendría mucho sentido para su partido.

Junto a esto, para presentar una nueva moción de censura habría que esperar al menos un año. Recurrir ahora a esa opción sería jugar (y perder) una carta que quizás tenga más sentido en los próximos meses. Aunque el escenario seguirá siendo el mismo.

Publicidad

Cuestión de confianza

Ante la negativa del PSOE a impulsar una moción de censura, la portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, ha pedido que sea la propia María Guardiola quien se exponga a una cuestión de confianza para saber con qué apoyos cuenta. Algo aún más improbable, ya que supondría poner en peligro la Presidencia de la Junta para el PP.

La cuestión se puede presentar sobre una declaración de política general o sobre un problema sectorial o específico que puede afectar al cumplimiento del programa electoral del candidato que fue investido presidente. Tras el debate correspondiente, la confianza se considera otorgada cuando vote a favor la mayoría simple de los miembros de la Asamblea. En el reparto actual, la presidenta popular necesitaría a Vox ante un eventual rechazo por parte de PSOE y Unidas por Extremadura.

Publicidad

Pero en caso de que se niegue la confianza no habría nuevas elecciones. Guardiola debería presentar su dimisión y se celebraría en un plazo de quince días un nuevo pleno para la elección de un nuevo presidente de la Junta. Para ello, se seguiría el procedimiento habitual, con la presentación de un candidato que, en caso de no lograr mayoría absoluta, debería recibir el apoyo de la mayoría simple de la Cámara. Si no resulta elegido se pueden recurrir a otros nombres. Y sólo en caso de que ninguno prospere se disolvería la Asamblea y se convocarían nuevos comicios.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad