La desaparición del montañero catalán de 45 años José Antonio Martínez López, casado con una extremeña y al que se le perdió la pista en torno al pico Calvitero (Cáceres), eleva a 29 el número de desaparecidos en Extremadura, según el último informe del Ministerio ... del Interior. La lista incluye una mayoría de casos sin trasfondo delictivo o accidental, y atribuidos a una variedad de causas, entre las que destacan las huidas voluntarias y los suicidios en los que no se encuentra el cadáver. Pero en esta relación hay también nombres conocidos que suscitaron en su día un interés que las familias intentan mantener.
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Entre los casos más conocidos está el de Francisca Cadenas Márquez, a quien se vio por última vez el 9 de mayo de 2017 en Hornachos, su pueblo. Ella tenía entonces 59 años. Al cumplirse el quinto aniversario de su desaparición, unos trescientos de sus vecinos se manifestaron para pedir que se la siga buscando.
Que no se ceje en el empeño de dar con ellos es el deseo compartido por quienes tienen un familiar o amigo sobre el que no saben ni siquiera si está vivo. Merche Gasco, la pareja del montañero desaparecido el pasado 29 de diciembre en la sierra de Candelario y Béjar (Salamanca), confía en que se reactive la búsqueda. La Guardia Civil, el 112 de Castilla y León y decenas de voluntarios peinaron la zona de alta montaña y sus alrededores durante varios días, sin éxito. Estas tareas se suspendieron el 14 de enero por las previsiones meteorológicas desfavorables donde se cree que está el montañero. Ese lugar es el Calvitero o Torreón, el pico más alto de Extremadura (2.399 metros) y que era el punto final de la ruta que Martínez inició en la plataforma El Travieso de Candelario.
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«Es muy importante y muy de agradecer –apunta Merche Gasco, natural de Ceclavín– que haya quien se acuerde de que hay personas desaparecidas». «Yo lo digo –sigue– por la parte que me toca, pero estoy segura de que piensan igual todas las familias que están pasando o han pasado por lo mismo. Todos los desaparecidos tienen detrás familias que sufren sin descanso». Ella expresa su «profundo agradecimiento» a quienes han buscado a su pareja y reclama a los políticos «empatía, sensibilidad y medios». También cree que los protocolos de actuación son mejorables. «En la búsqueda de José Antonio –apunta– habría hecho falta más coordinación entre los participantes desde el minuto cero».
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También se pudo actuar mejor en las primeras horas tras conocerse la desaparición de Francisca Cadenas, según exponía en este diario en septiembre de 2020 su hijo José Antonio Meneses. Él lamentaba la falta de formación específica en desaparecidos entre quienes iniciaron el dispositivo de búsqueda, que en las primeras horas, las más importantes siempre, consistió en poco más que mantener en la zona a una pareja de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, según detallaba Meneses.
José Antonio Meneses
Hijo de Francisca Cadenas
«Esa falta de medios en las primeras horas explica en gran modo que casi seis años después sigamos esperando», apunta ahora el joven, que tiene 28 años. «Me parece una falta de respeto que se dilate tanto el poner todos los medios a disposición de la búsqueda», se queja Meneses, que cree que «si la persona desaparecida hubiera sido alguien conocido, se habrían puesto más medios».
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Salvador Serrano
Yerno de Rosalía Cáceres
Él explica que la Benemérita informa periódicamente a su hermano de cómo van las investigaciones, pero a él le gustaría que esa comunicación no se limitara a un intermediario. «A mí me gustaría poder hablar con ellos, creo que eso me ayudaría incluso más que ir a un psicólogo», dice. «Porque lo que sufre la familia de un desaparecido es un calvario, una tortura psicológica que no se aplaca con el paso del tiempo».
Según el último informe 'Personas desaparecidas en España', con datos del año 2021, de las 29 en la región, 20 son hombres. Este análisis oficial especifica también que en ese ejercicio se denunciaron en la comunidad 187 desapariciones, lo que equivale a una cada menos de 48 horas. Este dato refrenda que la mayoría de ellas se resuelven, dado que las 29 búsquedas activas que hay en la actualidad son un dato acumulado que incluye expedientes abiertos hace años.
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Uno de los más recientes es el de Rosalía Cáceres Gómez, que falta de su casa de Bohonal de Ibor desde el 25 de mayo de 2020. Tenía entonces 74 años. Salió a pasear como solía hacer y ya no regresó. «La Guardia Civil cree que sufrió un accidente, pero nosotros estamos convencidos de que alguien le hizo algo», afirma Salvador Serrano, yerno de la desaparecida y que ejerce de contacto de la familia con los medios de comunicación.
«Las leyes vigentes –reflexiona– permiten al culpable de una desaparición eludir la acción de la justicia si el cuerpo no se encuentra, y esto explica muchas de esas búsquedas que siguen activas». «La zona en la que la Guardia Civil cree que mi suegra desapareció ya se ha pateado por activa y por pasiva, y nosotros poco más podemos hacer ya. Para cambiar su estrategia, nos piden alguna prueba que avale nuestra tesis de que intervino una tercera persona, pero no la tenemos, ni medios para intentar conseguirla», amplía el portavoz de la familia.
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Merche Gasco
Pareja de José Antonio Martínez
Los suyos, dicen, «tienen asumido al cien por cien la realidad de lo que seguramente ha ocurrido, lo cual no quita para que a medida que pasa el tiempo vayas siendo más consciente de lo que supone la pérdida». «En Navidad falta alguien a la mesa y en el fondo no sabes por qué –explica Serrano–. No tienes un sitio al que llevar flores. No sabes qué le pasó, si sufrió o no. Es una pérdida que no se acaba de asumir porque no has pasado un duelo, estás en una especie de limbo que es más doloroso aún que la pérdida en sí. La vida te cambia totalmente. Entre los familiares a veces se extiende una sensación como de culpabilidad por retomar sus vidas. Todavía hoy te acuestas y les das vueltas al cómo y al porqué».
Esa herida sin cerrar la conocen también las familias de Hernán Elia Mosquera Cajía y Diego Cascos Cano, los otros dos residentes en Extremadura con ficha en la web SOS Desaparecidos, una de las referentes en este campo. Mosquera (64 años cuando desapareció) falta de su casa en Don Benito desde el 10 de agosto del año 2019. De Cascos no se sabe nada desde hace más de una década. En concreto, desde el 1 de diciembre de 2009. Tenía en ese momento 82 años. En su pueblo, Campanario, era conocido como 'el sastre', por su profesión.
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