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Diario HOY, en el centro de la tragedia

Pedro y José: «¿Pañales, fregonas, detergente? Lo que la gente nos va pidiendo nosotros se lo traemos»

Un periodista de HOY acompaña a una brigada de voluntarios liderada por dos hermanos extremeños en 4x4 que llevan lo que necesitan a los mayores del pueblo de valenciano de Algemesí, arrasado por el agua

Viernes, 8 de noviembre 2024, 07:31

Probablemente dentro de un año ni se hablen, o quizás en noviembre de 2025 queden por estas fechas en alguna playa de Valencia. O a lo mejor la semana que viene, antes de regresar a sus casas más delgados, hasta se hacen de recuerdo unas ... camisetas iguales con algún lema. Pondría algo así como 'Héroes de la pala'.

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Parecen amigos de toda la vida, pero se acaban de conocer. Ninguno de ellos sabe cómo acabará este grupo de voluntarios con un par de extremeños al frente de manera espontánea, igual que desconocen su plan para mañana. «Vamos improvisando según nos va diciendo la gente lo que va necesitando y nosotros se lo traemos», decía ayer jueves Pedro Torres, un pacense de 42 años que ya empieza a moverse con soltura, decisión y una sonrisa cuando hace falta ante la desgracia más grande en la España reciente.

Dice que de la riada de Badajoz tiene recuerdos vagos porque era muy chico. La de finales de este mes de octubre se le va a grabar a fuego. El lunes Pedro se presentó en un todoterreno en la zona de cero de Valencia con su hermano José, de 40. Y así, fluyendo, como se dice ahora, sin escuchar instrucciones oficiales, solo guiándose por el sentido común, van arreglando poco a poco un destrozo material, y también moral, sin precedentes en este país.

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Ahora ya son casi veinte y han formado una especie de patrulla ciudadana llegados cada uno de un punto de España. Se les van sumando amigos de amigos. Ayer por la tarde, por ejemplo, llegaron dos de Valverde de Leganés, Juan y Lorena, que es enfermera y después de nueve horas de viaje se fue directa a atender a una abuela de Algemesí que necesitaba antibióticos.

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Entre el resto de la cuadrilla hay varios son estudiantes de la Universidad de Gandía, como Samuel y Lara; Maite es de un pueblito de Valencia; 'Oso' llegó desde Sabadell, Alfredo es militar en Madrid pero está estos días ejerciendo como civil esperando que lo movilicen, Diego, Santi, Juan que es valenciano... y así hasta quince voluntarios de entre 20 y 42 años. A principios de semana crearon su grupo de wasap para ser más eficaces: 'Los héroes de la pala' lo han bautizado. Cinco días después han estrenado unos walkie talkies que les han dejado cada minuto perfeccionan su modus operandi.

Pedro con una señora este jueves en Algemesí. JLG

Él no lo dice, pero es Pedro el que se ha hecho con las riendas. Por su empuje y porque el extremeño se ha traído un 4x4 valiosísimo en este lugar. Así lidera un convoy ciudadano que lo mismo reparte mochos de fregonas que botas de goma, chuches para los niños que un abrazo a una señora. El Land Rover Defender de sus sueños lleva 1.500 kilómetros en cinco días y gracias a su snorkel para vadear ríos coge atajos y debido a su pequeño tamaño penetra por las callejuelas del barrio más antiguo de Algemesí, una población que eligió ayudar porque tiene allí una amiga que le dijo que había mucha gente mayor desatendida, ya que los camiones no podían acercarse y quedó desabastecida.

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Pedro pertenece hace cuatro años a un grupo nacional que se llama SOS 4x4 (en Extremadura hay unos 300 miembros, calcula) dedicados en cualquier momento a atender una emergencia porque alguien se queda atascado. La máxima es 'Entramos juntos salimos juntos', están conectados y desde ahí empezó a atender las primeras misiones en Valencia adjudicándose esta zona.

«La baca nos está dando mucho juego -reconoce a estas alturas de la semana-. El primer día metimos un metro de cajas de comida en el techo», dice al volante de su coche, tan cargado por dentro que Samuel y Lara van por fuera sobre los estribos agarrados a esa baca. Son compañeros de clase y se lo están pasando en grande ayudando entre el barro estos días.

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«Simbiosis civil-militar»

Ahora se ve alguna sonrisa de esperanza. Pero la historia de los dos hermanos extremeños en la zona cero de Valencia empezó hace ya cinco días cuando el panorama era desolador y la organización inexistente. «El domingo llegaron Diego, Santi y Juan y empezaron a clasificar lo que había en la nave de este polígono de las afueras. En las primeras salidas a repartir por las calles casi no se podía pasar y teníamos que esperar a que el Ayuntamiento liberara la Polivalent, que es una sala en el centro del Algemesí, algo así como un punto de recogida oficial, pero notábamos que no llegaban las cosas al pueblo, así que en cuanto llegaron estos chicos de Badajoz (Pedro y José), empezamos a cargar coches y a llevar las cosas por la vía directa, sin preguntar nada más que a los vecinos. Es que hay personas mayores que si no les llevas las cosas a la puerta de casa no saben ni qué hacer. No están para esperar. Así que los roles se han invertido un poco y los militares que han venido después se han quedado organizando en cajas y rotulando las cosas que van llegando para que nosotros cojamos lo que se necesita según nos van diciendo los vecinos. Ha estado guay la simbiosis civil-militar que se ha creado», describía ayer Samuel, 20 años, pelo rizado y alborotado, estudiante de 'teleco', con cazadora de chándal del C.D. Namasté, -dice que es un equipo de basket de Albacete- y que cada vez que vuelve a la nave industrial le va diciendo a un sargento llegado de Canarias qué necesita y él le indica dónde está. Samuel y sus compañeras de clase lo cogen y lo meten en el Land Rover de Pedro o en la C-15 de 'Oso', con cresta y pendiente y que ha rotulado su vehículo blanco con un 'Amunt Valencia' (Ánimo Valencia). Los militares lo llaman de usted.

El extremeño José Torres y 'Oso'. HOY

Antes ropa, luego comida, ahora detergente

El primer día era ropa lo que se necesitaba, luego fue comida y este jueves urgían fregonas, pañales y, sobre todo, detergente. «Nosotros vamos improvisando, es lo mejor. Nos dicen que hace falta esto y tratamos de encontrarlo», recalca Lara a su lado. «Mira, con un rollo me basta y con esto otro también, el resto déjalo para el que lo necesite. A mí escuchar esto el primer día me mató», reconoce Pedro, que ya venía blandito desde Extremadura cuando su sobrina le entregó unos juguetes para los niños que veía por la tele.

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La gente les da las gracias y algún que otro abrazo cuando pasan por las calles en hilera gritando lo que traen -¡papel de cocina, pañales, fregonaaaas...!- con sus cuatro coches: el 4x4, la C-15, una 'pick-up' y un Volvo. Y así funciona parte del despliegue que acapara la actualidad nacional y que intenta sacar de la pesadilla a miles de valencianos víctimas de la mayor catástrofe natural que todos recuerdan.

Repartiendo chuches a un niño de Algemesí. JLG

«No pongas héroes de la pala', que suena muy vanidoso, hay más gente haciendo esto. Si acaso Los de la pala», pide un miembro de esta cuadrilla de chavales. Este jueves decía Pedro, de Badajoz, que Algemesí es algo menos mediática que Paiporta o Catarroja porque la cifra de muertos ha sido menor, pero igualmente fue arrasada por el agua hace ahora diez días. Las marcas marrones en las plantas bajas, por encima de la cintura, dan la medida del desastre, y los muebles y electromésticos inservibles apilados contra las fachadas sugieren que pasarán meses, quizás años, hasta recobrar la rutina. Mientras, los vecinos celebran que ha vuelto el todoterreno de Pedro y su cuadrilla cargado con bienes de primera necesidad.

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El pacense, que trabaja en una casa de apuestas, pidió a su jefe vacaciones de repente y este no dudó. Lleva aquí desde el lunes, empiezan a conocerlo de vista y lo que le piden él lo va trayendo. En el más solidario sentido de la palabra es un conseguidor de los que tanta falta hacen estos días en los alrededores de Valencia, sembrado aún de de coches que estaban a la deriva hace poco más de una semana y se han detenido al azar en cuanto ha bajado el nivel del agua. «En ese ponen una marca que significa que ha sido revisado y no hay un cadáver dentro. En otros coches el dueño pone un papel para que no lo desguacen o lo arrastren porque cree que aún funcionará. El otro día había un hombre vagando y le dice si necesitaba algo, pero solo me preguntó si había visto un Twingo blanco por la zona. Al principio impresiona, luego te vas acostumbrando al paisaje».

Samuel y Pedro cargan material en las instalacioens de la Fira de Valencia. HOY

Lo cuenta camino de la Fira de Valencia, un recinto que es como 20 veces el Ifeba pacense y donde se ha empezado a centralizar las miles y miles de donaciones que van llegando de toda España. Este extremeño es responsable directo de un tráiler que acaba de aliviar a gran parte de Algemesí. «Resulta que puse en mi Instagram que hacía falta detergente de lavadora y una empresa de Cáceres, Herma, lo ve y habla con la empresa de transportes con la que trabaja, Transnoriega, de Almendralejo a cuyo dueño conozco. Uno le dice al otro, ¿yo compro detergente y tú pones el camión y el chófer para Valencia? Dicen que sí, me llama mi amigo y me da el teléfono de Raquel, que coordina la llegada de donaciones a la Fira, luego llamo yo al chófer para que me informe de a qué hora va a llegar y hace un rato me acaba de llamar, así que vamos para allá». ¿Raquel?, sí. ¿Eres Pedro?, sí. Ahí está el detergente, 24 toneladas han llegado. Y entonces la improvisada brigada de la pala se pone a cargar los cuatro coches y en menos de una hora desaparece la mercancía entre los brazos de los vecinos de Algemesí. Están alucinando porque ayer les dijeron que hacía falta detergente en sus casas y ellos solos han apañado cuatro coches llenos, unos 500 litros. «Lo que nos pidan mañana pues nos ponemos a ello, no hay otra», zanja Pedro saltando del techo de su todoterreno.

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