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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
Lola Romero, junto a su hijos, desde su ventana. E. D.
«Estamos pasando aquí nuestra luna de miel»

«Estamos pasando aquí nuestra luna de miel»

Lola Romero vive en Valencia de las Torres, un pueblo de la Campiña Sur de poco más de 500 habitantes aislado tras sumar 95 casos positivos

Domingo, 6 de septiembre 2020, 08:39

El reloj marca las nueve de la mañana. Es septiembre, pero Valencia de las Torres vuelve a vivir en mayo. Este pequeño municipio de la Campiña Sur ha retrocedido en el tiempo, en concreto, a la fase 2 de la desescalada y al aislamiento social después de acumular en pocos días, desde el 24 de agosto, más de 95 positivos en una población de poco más de 500 habitantes. Cifras que hicieron saltar todas las alarmas y aislar el municipio controlando las entradas y salidas con un puesto permanente de Guardia Civil. «Empieza por un contacto positivo de un fin de semana con un test que se realiza en una clínica privada y a partir de ese positivo empezamos a sumar contactos con una eclosión fortísima porque eran casi todos positivos. Algo exponencial, que nos ha llevado a la situación actual», lamenta Rubén Romero, médico en el consultorio del pueblo.

Las manijas del reloj avanzan y en apenas quince minutos comenzará una nueva jornada de pruebas PCR para descartar posibles contagios entre los contactos estrechos de los positivos ya confirmados. Empieza de nuevo la rutina para Rubén, junto a las enfermeras Julia y Manuela. Estos meses no han servido para olvidarse de su protección: guantes, calzas, batas, mascarillas, pantallas... Todo lo necesario para enfrentarse de nuevo a la primera línea. «Son muchísimas horas de trabajo, muchísimas horas sin dormir, preocupación y algo de miedo», reconoce Rubén, «pero es nuestra profesión. Nos hacemos nuestras propias PCR al menos una vez a la semana para protegernos nosotros, al resto y a nuestras propias familias».

Este facultativo jamás habría imaginado vivir esta situación en su pueblo, donde le ha sorprendido la rapidez de propagación del virus, por eso entiende que la única manera de frenarlo es el aislamiento. «Nos ha extrañado a todos por el número excesivo y por la cercanía entre los pueblos, era el miedo que teníamos también con Llera, que tiene mucha conexión con Valencia, y ha ido subiendo en menos cantidad por ahora, pero ha llegado».

Lola Romero, vecina de la localidad, cuenta que los contagios han golpeado de lleno a su familia, después de que su marido y sus dos hijos hayan dado positivo coincidiendo con su luna de miel. «Nos casamos el día 17 de agosto y estamos pasando aquí la luna de miel, es decir, el permiso de matrimonio. Yo me incorporaba el día 1, pero hemos tenido que pedir la baja hasta que no tengamos negativo», lamenta desde la ventana de su vivienda, acompañada de sus dos pequeños. «Ten cuidado con el bicho», dice el más pequeño.

Suman ya quince días de encierro después de realizarse la primera prueba y a la espera de los resultados de la segunda. «Empezamos con unos síntomas tan parecidos a un resfriado que eso es lo que nos dijo el médico, pero a los dos o tres días perdí el olfato y eso fue lo que ya nos hizo pensar que sí tenía que ver con el virus», relata. Además de la pérdida de olfato, también tenían algún dolor de cabeza, «los niños tuvieron un día y medio de fiebre, nosotros un dolor de espalda que habíamos achacado a los entrenamientos. Rezando para dar negativo porque primero nos la hacen a nosotros y dependiendo del resultado ya se la hacen a los niños para no hacerles pasar por el trago».

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