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Juan José García camina por las aguas. También lo hace Asun Padrós. A pocos metros de ellos dos técnicos de la empresa Elecnor cambian paneles ... solares subidos a un módulo de forma circular como si fuera un nenúfar. El módulo y la peculiar instalación fotovoltaica están situados sobre las amansadas aguas del río Pizarroso que forman la presa de Sierra Brava, en la localidad cacereña de Zorita (1.267 vecinos). García es el responsable de la planta solar fotovoltaica flotante de Sierra Brava y Padrós la gerente de proyectos de Innovación de Acciona Energía. Los dos, junto a un equipo de HOY, acuden al embalse de Sierra Brava, para comprobar cómo se desarrolla un proyecto pionero en España que el sector de las renovables desarrolla en territorio extremeño.
Extremadura es referente en la industria y la investigación en el sector de la energía 'verde' y más con proyectos como el que se asienta en la presa de Sierra Brava. La comunidad autónoma es la primera productora de energía fotovoltaica del país, con 6.410 megavatios. Pero casi todos son a través de plantas solares clásicas, las terrestres. La de Sierra Brava es la única de España que produce y vende energía a través de lo que generan módulos solares flotantes situados sobre un pantano.
Comparte la característica de ser una infraestructura productora de energía (genera al año electricidad para el consumo de 1.000 hogares) con el hecho de ser concebida como «un demostrador tecnológico orientado a analizar las soluciones más idóneas» para optimizar la producción energética en espacios acuáticos.
En embalses y en el mar porque de hecho la ampliación de módulos realizadas en Sierra Brava se pueden ubicar en entornos marinos, no solo en embalses.
El de Sierra Brava, perteneciente a la cuenca hidrográfica del Guadiana en la provincia cacereña, está a rebosar. Ahora acoge 191 hectómetros cúbicos sobre 233 posibles, al 82% de su capacidad máxima.
Se trata de una presa ideada para el regadío extremeño y un espacio privilegiado, dicen los lugareños, para la práctica de la pesca deportiva.
«De aquí han salido las carpas más grandes de España porque esta presa es fantástica», reseña el alcalde de Zorita, Jerónimo Ruiz. La localidad tiene en Sierra Brava posiblemente a su mejor reclamo turístico y de ocio.
El regidor señala que la fotovoltaica flotante no afecta ni a la pesca ni al suministro habitual de agua para cada campaña de regadío. «Lo que más afecta es la sequía. El año pasado estaba el embalse al 11% y la fotovoltaica estaba casi sobre tierra», añade.
Sobre Sierra Brava, la multinacional energética Acciona puso en marcha, en julio de 2020, una instalación fotovoltaica flotante con cinco módulos solares. En febrero de este año empezó a ampliarla con uno sexto que empezará producir energía en esta semana.
Son en total seis campos o plataformas flotantes, de 3.770 módulos y con una capacidad de 1.375 kW (kilovatios). La parte que se ha ampliado es una estructura circular formada por una membrana hidroelástica que tiene 770 módulos. Al ubicarse sobre plataformas flotantes están sujetos a bloques de hormigón que van de 4 a 7 toneladas de peso en función de sus características.
«Es un proyecto pionero e innovador. Es la primera planta solar conectada a la red en España por tecnología fotovoltaica flotante», reseña Padrós antes de enumerar que con estas infraestructuras flotantes se da un paso de gigante a la hora de aprovechar las superficies acuáticas para energía limpia.
La fotovoltaica flotante, incide, presenta algunas ventajas respecto a la tradicional terrestre. Por ejemplo, tiene mayor rendimiento porque la cercanía del agua refrigera los paneles y son más eficientes, además son zonas planas y sin sombras. También reduce la evaporación del agua y protege su calidad en zonas embalsadas «al proteger del crecimiento desmedido de algas y cianobacterias».
Igualmente aprovecha un espacio no agrícola. Por último es compatible con la energía hidráulica, «haciendo más eficiente el sistema: se aprovecha el nudo de conexión a la red de las centrales hidroeléctricas y se puede inyectar energía fotovoltaica cuando no se turbine agua», remarca a HOY la gerente de proyectos de Innovación de Acciona Energía.
En cuanto a los posibles contras, «el mayor desconocimiento de la respuesta de la solar flotante en comparación con la solar terrestre», se señala desde la compañía, que resalta que para poner un proyecto de este tipo hay que superar exigentes requisitos ambientales y administrativos tanto por parte de las confederaciones hidrográficas como por las administraciones regionales.
La especial planta fotovoltaica de Acciona se sitúa en la orilla sur del embalse de Sierra Brava, terminado de construir en 1996. Ocupa 1.650 hectáreas de superficie, pero la planta fotovoltaica flotante apenas copa el 0,07% de la superficie de la presa.
Este proyecto permite probar en un embalse diversos tipos de paneles solares, inclinaciones y sistemas de flotación de manera combinada, argumenta Juan José García.
«Entre los elementos más novedosos destacan la instalación de paneles bifaciales, módulos cuya superficie posterior es transparente para permitir la incidencia de luz sobre la cara posterior, instalados con diferentes inclinaciones (30, 45 y 90 grados), a fin de comparar su rendimiento», reseña.
«Este nenúfar llevará la energía fotovoltaica flotante al mar», apuntala Asun Padrós mientras atisba como dos operarios cambian dos módulos dañados en el sexto conjunto de paneles solares instalados en la presa de Zorita. El que tiene forma de nenúfar.
Aparte del formato circular, tiene otro elemento en común: una delgada membrana hidroelástica de menos de dos milímetros de grosor donde se ubican hasta 770 paneles.
Son paneles de doble cristal que se apoyan directamente sobre la membrana, aprovechando al máximo la refrigeración del agua y permitiendo que se pueda caminar sobre ellos, facilitando las labores de mantenimiento del sistema, explica Juan José García a este diario.
Esta membrana consta de un sistema propio de amarre y anclajes al fondo que le proporciona mayor flexibilidad y resistencia ante el fuerte oleaje –unas olas de hasta 12 metros de altura– y las rachas de viento –hasta 275 kilómetros por hora–.
Esta característica «es lo que permite que, además de simplificar su sistema de amarre al fondo en presas y embalses, la energía solar fotovoltaica flotante pueda dar el salto al mar», añaden desde Acciona Energía.
Las condiciones del mar abierto son mucho más imprevisibles y difíciles que las de un embalse, sí, pero el medio marino «podría ofrecer una superficie muy extensa para la energía solar en la mitigación del cambio climático», asegura la empresa energética.
EN SU CONTEXTO
3.770 módulos solares flotan sobre el embalse de Sierra Brava, en Zorita, para producir energía y experimentar cómo se puede llevar la fotovoltaica flotante a superficies de agua, sobre todo las marinas.
0,07% es el porcentaje ocupado por la instalación fotovoltaica de la superficie total que abarca la presa, sobre el río Pizarroso. Un espacio muy pequeño que no afecta a la pesca ni al regadío de la cuenca del Guadiana.
275 km/h pueden soportar como rachas de viento esos módulos flotantes, que igualmente son capaces de aguantar sin desprenderse olas de 12 metros. Están sujetos por bloques de hormigón de 4 a 6 toneladas.
En el próximo 2025 Acciona pondrá en funcionamiento en Logrosán, cerca de Zorita, la tercera planta de biomasa de Extremadura . Las otras dos están en Miajadas y en Mérida. La biomasa de Logrosán, de 49,9 megavatios de potencia, generará electricidad limpia equivalente al consumo de más de cien mil hogares, utilizando como materia prima residuos forestales y agrícolas del campo extremeño. Está creando 400 empleos directos en su fase de construcción y más de 900 (entre directos, indirectos e inducidos) durante su vida útil operativa. La nueva instalación una vez conectada a la red transformará unas 270.000 toneladas anuales de residuos forestales y agrícolas en energía limpia.
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