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Viajeros afectados por la avería del tren Madrid-Badajoz, este viernes. C. Extremadura
«Ahora somos pocos los que cogemos el tren, pero menos habrá en estas condiciones»

«Ahora somos pocos los que cogemos el tren, pero menos habrá en estas condiciones»

HOY realiza gran parte de la ruta Badajoz-Madrid en los dos tipos de ferrocarriles diésel que circulan por la región y que apenas superan los 155 km/h como máximo

Viernes, 21 de julio 2017

Miércoles día 19. Son las ocho y dos minutos. Una decena de pasajeros espera en la estación de tren de Mérida para hacer el viaje Badajoz-Madrid. Llega el convoy cuatro minutos tarde desde que salió de la barriada pacense de San Fernando con una veintena de usuarios aproximadamente. Estará en Madrid cinco horas y media después (Renfe fija cinco horas y veintidós minutos pero al menos se acumularon diez minutos de retraso hasta Talavera de la Reina). El viaje fue normal, eterno pero normal. Lo mejor que se puede decir de una ruta salpicada de incidentes. Un ejemplo para muchos de la situación del tren extremeño.

A falta de una alta velocidad que no está ni se la espera a corto plazo en Extremadura, sobre el tren convencional, sobre sus servicios y su necesidad de mejora, se dirige la mirada de las personas que todavía siguen creyendo en el ferrocarril como medio de transporte. Como Nerea, de 23 años, y Pablo, de 24. Ella barcelonesa, él de Badajoz. Una pareja de novios que usan el tren con cierta frecuencia cada año. El miércoles pasado se montaron en Badajoz para llegar a Madrid aunque su destino final era Barcelona.

«Cogeremos el AVE en Madrid para Barcelona porque no hay ahora una conexión decente desde Extremadura hasta Barcelona», dice Pablo, que ha estudiado Bellas Artes y se gana la vida básicamente como pintor. «Es una vergüenza lo de los trenes en Extremadura», resume.

Para sobrellevar el desplazamiento a Madrid la pareja se entretiene viendo primero la serie Vikingos desde su ordenador portátil. «Al menos este tren tiene enchufe», enfatiza Pablo. Se refiere al modelo S-599, el tren diésel que llega a Madrid y que convive por los raíles extremeños con el S-598, de peores prestaciones.

Dos modelos, malas vías

Después de ver Vikingos, Pablo coge un libro y lee. Se trata de El aroma del tiempo, del filósofo y ensayista surcoreano Byung Chul Han. Una obra «sobre el arte de demorarse». Le sobra tiempo para leerlo porque en su trayecto el tren, tras salir de Badajoz y continuar por Mérida, pasa por Cáceres (a una hora desde la capital regional), Cañaveral, Mirabel, Monfragüe (dos estaciones situadas en el entorno de Plasencia), Navalmoral de la Mata, Oropesa de Toledo, Talavera, Torrijos, Leganés y Madrid.

El S-599 no puede ir a más de 160 kilómetros por hora. No hace falta en la práctica esa limitación porque apenas alcanza los 155 kilómetros en contados tramos extremeños. En otros tantos la velocidad máxima se sitúa entre los 50 y 70 kilómetros por hora por el estado de la vía.

Una avería en el tren entre Mérida y Madrid obliga a bajar a sus 160 pasajeros en Torrijos. L.F

La demora no le inquieta mucho a María, jubilada cacereña, para elegir el tren como medio de transporte. Suele utilizarlo para ir de Cáceres a Talavera de la Reina y viceversa. La estación manchega es la que mejor le viene después de estar en La Adrada (Ávila) para ver a un hijo.

El miércoles cogió el tren Madrid-Llerena en Talavera para ir a su domicilio cacereño. Un S-598. Sin enchufe, sin pantalla informativa en el techo (necesaria para saber dónde estamos) y con un traqueteo constante que convierte el viaje en una carrera de obstáculos especialmente entre Talavera de la Reina y Navalmoral y entre El Carrascalejo y Aljucén.

Además, el gasoil con el que se mueve el aparato penetra dentro de los vagones y su mareante olor acompaña durante todo el recorrido al viajero. Comparado con este modelo, el S-599 parece casi un AVE.

«He oído algo de problemas del tren desde Extremadura, de gente que se ha quedado tirada, pero es que me viene muy bien cogerlo. Mire. Soy pensionista y pago menos, 12 euros (descuento del 50% del billete)», argumenta la cacereña.

«En nuestras vías tenemos estructuras ferroviarias del siglo XIX, del XX y del XXI, pero sin electrificar nada, y unos trenes diésel que sin ser viejos no pueden dar más de sí y acumulan falta de mantenimiento», relata a HOY un maquinista con vasta experiencia profesional.

«Sin velocidad alta, tampoco hay un buen mantenimiento y tenemos muchos tramos de vías en malas condiciones para el tren convencional», clama Ángel Caballero, presidente de la Asociación Extremeña Amigos del Ferrocarril. Entre Castuera y Cabeza del Buey, por ejemplo, hay 24 kilómetros en los que no se puede ir a más de 50 km/h y entre Usagre y Llerena, a no más de 60.

«Me encanta el tren, pero sale más barato y tardo menos en coger desde aquí un avión y viajar a Praga que un viaje en tren de Badajoz a Madrid en estos momentos», incide Nerea. «Seremos pocos los que lo cojamos ahora pero menos serán si lo seguimos teniendo en estas condiciones», concluye Pablo.

El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, publicó en la tarde de ayer, en su cuenta de Facebook, un mensaje en el que anunciaba la convocatoria para «la próxima semana del Pacto por el Ferrocarril con grupos políticos y agentes sociales, para proponer y decidir una actuación que ponga fin a la injusta situación que estamos sufriendo».

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