Yahya Benaouda cuando estaba en Talayuela. HOY

La Policía afirma que el líder islámico de Talayuela pedía a sus fieles fingir que estaban integrados

Banaouda, que niega las acusaciones, se encuentra en Marruecos cumpliendo la expulsión de 10 años ratificada por la Audiencia Nacional

Sergio Lorenzo

Cáceres

Martes, 13 de diciembre 2022, 07:20

El informe que realizó el Servicio de Inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía sobre el líder islámico de Talayuela expulsado, señala que Yahya Benaouda, en sus sermones en la mezquita, señalaba que los musulmanes debían tener una doble manera de comportarse en su vida ... diaria. Predicaba que en las relaciones con los españoles se mostraran aparentemente occidentalizados e integrados en la sociedad, pero que su comportamiento real en su vida diaria y en el interior de sus casas debía ser diferente. Decía que las mujeres no debían salir solas de casa, que desde niñas tenían que usar la vestimenta islámica, y que no trabajaran fuera del hogar. Denostaba los valores democráticos occidentales y propugnaba la aplicación de la sharia (la ley islámica) por encima del ordenamiento legal español, así como la segregación de la mujer. Este es el informe que sirvió para que el Secretario de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, resolviera que era necesario echarle de España.

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No usar bancos

«En sus charlas –indica el informe policial–, proscribe el saludo a las mujeres no musulmanas, la celebración de fiestas no islámicas y la utilización de la banca convencional». Se recalca que en el año 2012 contrató a un egipcio para ejercer como imán, cuando esta persona había dejado la ciudad de Burgos tras ser denunciado por los fieles al propagar un discurso radical. En el 2017 propició que fuera líder islámico de otra comunidad religiosa. Dos años después, en 2019, fue expulsado a Egipto.

Este informe policial es el que ha utilizado también la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional, para confirmar la decisión del Ministerio de Interior de expulsar a Benaouda durante diez años de territorio nacional.

El líder islámico de Talayuela fue investigado por la Comisaría General de Información, conocida como 'la policía secreta' del Servicio de Inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía. Según los agentes, Yahya Benaouda invitó a que fueran a Talayuela grupos de saudíes para expandir la corriente radical wahabita. Estos grupos promueven, en sus charlas a hombres y mujeres por separado, la obligatoriedad del uso de vestimenta tradicional islámica con niqab incluso las niñas; que las mujeres exijan ser atendidas solo por personal médico femenino; que se acepte la poligamia y el sometimiento de la mujer a la voluntad de su marido y familiares varones, y que no denuncien a los maridos ante ciertos abusos o maltrato.

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El líder de la comunidad musulmana de Talayuela poseía dos cuentas activas en Facebook, en las que difundía ideas de movimientos islamistas radicales como Hermanos Musulmanes, además de contenido de ideología salafista. Mostró su vinculación con Hermanos Musulmanes al pedir el apoyo para liberar a predicadores que están encarcelados por divulgar ideas extremistas, como un imán encarcelado en Arabia Saudí o un líder del movimiento Sahwa.

El Servicio de Inteligencia también señala que entre los años 2013 y 2016 organizó reuniones y charlas con un grupo muy reducido de musulmanes, «que hicieron –indica el informe– que algún joven se plantease viajar a combatir a Siria como consecuencia de sus continuas manifestaciones antioccidentales, del odio al infiel y de sus comentarios de justificación de la violencia en zonas de yihab, basadas en las pretendidas agresiones occidentales contra el mundo musulmán. Asimismo, inculcó la idea de que: 'la tierra nos pertenece, y es necesario recuperarla porque los musulmanes somos los dueños'». Insisten en que seguía el ideario salafista, siendo su propósito la instauración del califato regido por la ley islámica, cuyo ordenamiento jurídico-social entra en confrontación con la legislación española. Señalan que su mensaje se dirigía a los jóvenes, lo que podía derivar: «en procesos de radicalización de individuos que fruto del rechazo hacia la sociedad occidental puedan optar en un futuro próximo por luchar contra la sociedad que les acoge, incluso de forma violenta».

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Benaouda lo niega

Durante su procedimiento judicial en Españ,a y ya en Marruecos una vez expulsado, Yahya Benaouda ha señalado que no son ciertas las acusaciones de los agentes. Según él su manera de actuar había sido ejemplar en los más de 14 años que llevaba en España, añadiendo que tiene una mujer y cuatro hijos, y que siempre había incitado a los musulmanes a la apertura a otras religiones y culturas, fomentando los valores de convivencia, inserción y tolerancia.

Ha señalado que su mujer ha estudiado una carrera para ser profesora de árabe, y que no está sujeta a conductas discriminatorias. Niega que contratara al líder egipcio y que invitara a Talayuela a grupos saudíes para que difundieran corrientes radicales. También recalca que había ayudado a familias de Talayuela en riesgo social, y que participó en donaciones con fines sociales.

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Pese a su defensa, la Audiencia Nacional afirma en su sentencia que confirma la expulsión, que hay datos suficientes para pensar que el líder islámico de Talayuela ha sido promotor de doctrinas radicales que propician la no integración de los musulmanes en la sociedad de acogida, del rechazo a los valores democráticos occidentales, de la defensa de la aplicación de la sharia en lugar del ordenamiento legal español y de la discriminación y segregación social de la mujer.

Hablando del comportamiento de su mujer dice que cubre su cabello con un velo, que ha elegido a una mujer como ginecólogo, y que mientras él impartía clases de lengua árabe a jóvenes su esposa lo hacía solo a mujeres. Eso es lo que señalaba el informe policial, que él, además de hacer a veces funciones de imán, impartía habitualmente clases de Islam y de memorización del Corán a niños y jóvenes de Talayuela, función que realizaba su mujer con la niñas. «Al impartir esta formación –dice el informe– ambos difunden una interpretación rigorista y radical del Islam que no propicia la integración del musulmán en la sociedad occidental, y que favorece la segregación y la discriminación de la mujer, ejerciendo sobre jóvenes una influencia contraria a los principios constitucionales, entre otros, de igualdad de género y de oportunidades».

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