

Secciones
Servicios
Destacamos
Los salarios extremeños no consiguen recuperar el poder adquisitivo que tenían antes de la crisis económica de 2007, pese a que en el último ... año sí recortaron ligeramente la brecha que los separa de la inflación.
Los trabajadores deberían cobrar 174 euros más al mes para mantener la capacidad de compra con la que contaban hace 16 años. Es decir, tendrían que alcanzar los 2.180 euros mensuales, porque al cierre de 2024 los empleados del sector privado percibían algo más de 2.005 euros mensuales, según la encuesta de costes salariales que elabora el INE (Instituto Nacional de Estadística).
Esa cuantía, la segunda más reducida de todas las comunidades autónomas y sólo por delante de la que presenta Canarias, significa un incremento en la media de los salarios del 22,7% en comparación con 2008. En el mismo periodo, y según la misma fuente, la inflación acumulada en Extremadura ha sido del 33,4%. Es decir, hay más de diez puntos de diferencia.
Las cifras medias oficiales que aporta el INE sirven para constatar una realidad. Aunque no hace falta recurrir a esa estadística para que los asalariados comprueben que cada vez les cuesta más esfuerzo llenar la nevera o para saber cómo han crecido los precios en el sector de la hostelería –lo que cuesta tomar una consumición en un bar y pasar una noche en un hotel– o de las clases extraescolares para los niños. «Los salarios aumentan, pero en las tendencias se observa que no permiten a los trabajadores hacer frente a los gastos que conlleva la inflación», explica Jesús Pérez Mayo, catedrático de Economía de la Universidad de Extremadura (UEx).
Noticia relacionada
La pérdida de poder adquisitivo de los asalariados se produce en los momentos de recesión económica. La brecha entre inflación y salarios se abrió con fuerza en 2012 al desplomarse los sueldos, cuando en la región se comenzaron a notar con mayor fuerza los efectos de la crisis. La distancia se fue acortando hasta que volvió a crecer con la pandemia y la inflación se encargó de ensanchar la distancia. «Las familias ahorraron durante los confinamientos y es lo que está ayudando al consumo de los hogares, pero ya se están agotando y están comenzado a recurrir al dinero prestado y, en otros casos, a recortar sus gastos», expone Pérez Mayo.
Mientras el salario mínimo (SMI) prácticamente se ha duplicado desde 2008, las rentas medias son las que han notado con más fuerza la pérdida de poder adquisitivo. «Se ha hecho un esfuerzo importante en subir el salario mínimo, que en Extremadura afecta a 71.600 trabajadores, pero también es el momento de que las empresas repartan con sus trabajadores los beneficios que están teniendo», considera Francisco Morcillo, secretario de Empleo de UGT en la región.
Jesús Pérez Mayo
Catedrático de Economía
Francisco Morcillo
Secretario de Empleo de UGT Extremadura
Desde el sindicato miran directamente a los datos del Observatorio de Márgenes Empresariales. «Siguen en máximos históricos, en el entorno del 13% a nivel nacional en el último año, mientras la subida salarial en los convenios firmados es del 2,78%», recuerda Morcillo.
Curiosamente esa misma referencia utiliza la patronal, que considera que fijar la revalorización salarial a la inflación no es la mejor manera de actuar en la negociación colectiva. «No se produce exactamente una pérdida de poder adquisitivo si los salarios se revalorizan por debajo de la inflación», defiende Javier Peinado, secretario general de la Creex (Confederación empresarial extremeña).
Javier Peinado
Secretario general de la Creex
Benito Román
Presidente de CSIF
Por eso, el representante de los empresarios ve más ajustado a la realidad que se analicen los beneficios de las empresas a la hora de negociar las subidas salariales. «Si los salarios no se moderan en épocas inflacionarias pueden provocar efectos inflacionistas de segunda ronda que suponen mayores pérdidas de poder adquisitivo», remarca Peinado.
En este sentido, el dirigente patronal sitúa los márgenes de las empresas extremeñas lejos de los datos de la media nacional del 13% y señala hacia el impacto que ha tenido el incremento del salario mínimo como uno de los motivos en las cuentas de resultados del sector privado. «El SMI tiene especial incidencia en Extremadura y una revalorización del 60% es una barbaridad», según el secretario general de la Creex.
Igualmente, lamenta el importante aumento de los costes laborales que están soportando las empresas. «Nos suben las aportaciones que debemos hacer por diferentes conceptos de los costes salariales, pero eso no se traduce en que el trabajador cobra más», apunta Peinado hacia los cambios normativos.
Tanto patronal como sindicatos tienen las esperanzas puestas en la industrialización del tejido productivo extremeño como la mejor forma de lograr un incremento de los salarios en la región. De hecho, en la comparativa con 2008, es en el sector servicios –el que más peso tiene en la economía regional– en el que se registra una menor revalorización de las nóminas de los trabajadores: apenas un 20%.
Por el contrario, en la industria se ha avanzando más de un 25%, tres puntos por encima de la media del empleo privado, y es el sector que mejor paga.
La mayor revalorización de los salarios se produce en la construcción, en más de un 31%, pero sus empleados continúan teniendo las nóminas más reducidas.
El sector público no es ajeno a la pérdida de poder adquisitivo. En las tablas salariales del Ministerio de Hacienda se comprueba que la revalorización de los salarios ha sido del 17% entre 2008 y 2024. Un incremento ligeramente inferior al que se ha producido en la empresa privada y en el que todavía se arrastran las consecuencias de las congelaciones salariales que sufrieron los funcionarios en los años más duros de la crisis económica. «Hemos perdido casi un 20% de poder adquisitivo desde el año 2010», confirma Benito Román, presidente de CSIF.
Tras el recorte de gasto público que se produjo a partir de 2011 y que los funcionarios sintieron en sus nóminas, Román pone el foco en los ejercicios más recientes: «Con los datos de la inflación de los tres primeros meses de este año, desde 2022 el poder adquisitivo se ha recortado un 8,3%»
Ante esta situación, desde el sindicato mayoritario en la administración pública extremeña reclaman subidas en sus nóminas que sirvan para compensar los años acumulados de pérdida de poder de compra de los sueldos de los trabajadores públicos. «No puede ser que estemos a finales de marzo y todavía no sepamos cuál va a ser la subida de los salarios en 2025; nosotros solo pedimos que se actualicen en la misma proporción que lo hacen el salario mínimo o las pensiones», indica Román.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.