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«Por lo menos una vez al mes sueño con caminar. Me encantaría volver a montar en moto y sobre todo ver a la gente ... desde otro punto de vista. No es lo mismo tener los ojos a un metro y ochenta centímetros que a la altura de una silla de ruedas, pero ahora tengo esperanza».
Esto es lo que lleva sintiendo Jorge Chacón, un cacereño de 47 años, desde hace una semana. No para de recibir mensajes de amigos que le envían la noticia en la que se ve a tres parapléjicos andando después de que les hayan implantado un chip con un 'software' controlado con electrodos.
«Soy consciente de que es solo una investigación y será un proceso largo», comenta Jorge en referencia al estudio de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza). Han desarrollado un sistema que permite a pacientes con una lesión completa de la médula espinal ponerse en pie, andar y hasta montar en bici.
Precisamente eso es lo que no puede realizar Jorge desde que la carretera se lo arrebató. Tuvo un accidente de moto hace 17 años. «Iba a Portugal, al Gran Premio de Estoril, y en la curva que hay de incorporación a la autovía me resbalé y caí», recuerda.
Jorge Chacón
En silla de ruedas desde 2004
Desde entonces tiene una lesión medular completa a la altura de la vértebra D5. Fue operado en el Hospital Universitario de Badajoz y después le trasladaron al Nacional de Parapléjicos de Toledo. «Tenía que aprender a vivir de nuevo. Allí estuve 300 días e incluso me saqué el carnet de conducir con las adaptaciones. Quería seguir haciendo vida normal y tuve muchísima ayuda de familia y amigos. Gracias a ellos nunca he perdido la felicidad», comenta Jorge, que está casado y tiene mellizos de cuatro años.
No les ha podido sacar de la cuna nunca con sus propios brazos y ahora no puede enseñarles a montar en bici. «La vida te va recordando que hay cosas que no puedes hacer, pero ahora se abre un hilo de esperanza. Quizás el día de mañana pueda, aunque sé que esto llevará su tiempo. Eso sí, iré donde haga falta cuando vea que los resultados de estas implantaciones de microchips son una realidad en la población», dice convencido. «Me gustaría que llegara a todo el mundo que esté en mi situación. Esto no se puede convertir en algo que sea solo para gente con dinero», comenta.
Con más cautela aún ve esta investigación Alejandro Ramos, de 49 años. En su caso, sufrió un accidente hace nueve. «Estaba trabajando subido a una escalera, con tan mala suerte que la radial que tenía en las manos se quedó enganchada, me tiró hacia atrás y al caer me di con unos escombros. Pasé de hacer una vida normal a estar en una silla de ruedas y darle muchas vueltas a la cabeza», se sincera.
Hernando Igual
Lleva en silla de ruedas siete años
«La investigación está ahí, pero esto no es tan fácil como ponerte un chip, levantarte por la mañana y tu cuerpo anda. Yo, por ejemplo, tengo muchos dolores, solo con que me los quitaran me conformo. Y ya si pudiera ir por la calle andando sería maravilloso, aunque lo dudo porque la investigación en España está muy parada. No creo que con mi edad lo conozca. Cuando llegue aquí, quizás sea demasiado tarde», lamenta. «Si me dieran la oportunidad yo lo intentaría», añade.
Pese a la incredulidad, no puede evitar imaginar que es lo primero que haría si volviera a andar. «Iría a ver a mi padres. Ellos viven cerca de mí, pero ya están mayores y yo no puedo subir a su casa porque no está adaptada. Ellos bajan a la calle y los veo, pero me encantaría ir como hacía antes», cuenta con lágrimas en los ojos.
Alejandro Ramos
Tuvo un accidente laboral hace nueve años
También se emociona Hernando Igual. En su caso, otro accidente de moto cambió su vida. «Me di en la cabeza, se me estallaron dos dorsales y me quedé en silla de ruedas. Antes hacía mucho deporte y ahora tenemos el tenis y el pádel, pero no es lo mismo. Mi lesión es muy alta», explica Hernando. «Si esta investigación fuera adelante lo primero que haría sería ponerme de pie y dar un abrazo a la misma altura que lo dan los demás».
Pero lo ve complicado. «Tengo ilusión, pero mucha cautela. Es algo muy nuevo y a mí, que tengo 40 años, creo que no llegará», afirma. «Ya ha habido muchas noticias, aunque esta es la primera en la que se ve a personas caminando. Si me propusieran participar en un estudio lo haría, pero sé que es difícil. Por ahora lo veo como un sueño».
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