Menos incendios, menos superficie quemada y más incidencia del fuego en la provincia de Badajoz que en la de Cáceres, que tiene mayor superficie forestal arbolada. A menos de un mes de que concluya el verano (aunque el riesgo alto se marca hasta el 15 de octubre) la realidad muestra un estío más benigno. Un dato resume cómo está transcurriendo la campaña de riesgo alto de incendios en Extremadura. A estas alturas (dato del pasado lunes), se cuentan unas 1.000 hectáreas quemadas frente a las 2.500 que es la media de la superficie calcinada en los últimos años. Es decir, un 60% menos de superficie.
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La estadística, avanzada a HOY por la Aeefor (Asociación Extremeña de Empresas Forestales y de Medio Ambiente), dibuja un panorama muy alejado de la negrura de otros años por estas fechas en los montes extremeños. En todo caso, indican los expertos y la propia Consejería de Medio Ambiente y Rural, queda todavía un periodo complicado, un mes más o menos, donde es el riesgo de un incendio importante sigue estando latente. La Junta hará su valoración y aportará datos definitivos a finales de octubre, cuando concluya el periodo de riesgo alto de incendios que arrancó el 1 de junio.
Desde el comienzo de la época de riesgo alto se han producido unos 250 incendios en Extremadura. En los dos últimos años fueron entre 300 y 350, mientras que en 2015 llegó a los 400 incendios.
Si se analiza desde el 1 de enero, son unos 400 incendios frente a una media de los tres últimos años de entre 550 y 600 incendios. Su número hasta ahora en la campaña de verano no es solo inferior al de los tres últimos años sino que también es más bajo que la media histórica.
La primera explicación, subraya Francisco Castañares, presidente de Aeefor, es una primavera con mucha lluvia y elevada humedad. La primera parte del verano ha conservado esa frescura.
La superficie quemada es mucho menor que la del año pasado a estas alturas. Tanto en el periodo concreto de riesgo alto como en el balance general de ocho meses. Solo destaca el incendio de San Vicente de Alcántara-Valencia de Alcántara-La Codosera, con 118 hectáreas realmente forestales dañadas por el fuego. Los demás han sido generalmente de pastos o en dehesas y con nula repercusión ambiental ni económica.
De esta forma, en esta campaña se han visto afectadas unas 1.500 hectáreas frente a las 2.500 como media de las superficies calcinadas en los últimos años, subraya Aeefor.
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Por su parte, en lo que va de año se supera por poco las 1.500 hectáreas quemadas frente a las 5.500 hectáreas que suele ser la media a estas alturas. En 2017, el dato de todo el año fue de 5.400 hectáreas calcinadas en la región. Los tres incendios más importantes fueron en julio: en Calzadilla de los Barros (606 hectáreas, la mayoría de pastizal); en Cañaveral (345 de pastizal y matorral) y en Calamonte y Arroyo de San Serván (458 hectáreas, sobre todo de matorral). En 2016 fue mayor el daño de los incendios en nuestro territorio: 6.041 hectáreas quemadas.
La mayor parte de los incendios que se han producido hasta ahora han quemado pasto y dehesa, sobre todo en la provincia de Badajoz, debido a cosechadoras y actividades agrícolas. Que se haya calcinado más superficie en la provincia pacense que en la cacereña es, a estas alturas del verano, otro hecho reseñable. Suele ser al revés. «La proporción es de un 60% quemado en Badajoz y 40% en Cáceres cuando esta última lidera siempre las superficies forestales quemadas», especifica Castañares.
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El Plan Infoex cuenta este año con 938 personas que están desde el 1 de junio pendientes del monte extremeño. El dispositivo de lucha contra incendios presenta algunas novedades en lo que se refiere a medios aéreos. En los últimos años la región venía contando con un hidroavión que el Estado enviaba a Talavera la Real y que puede cargar hasta 5.500 litros. Sigue disponible pero también lo están dos aparatos con capacidad para cargar 3.000 litros de agua, alquilados por la Junta y que operan desde el aeródromo de Royanejos, en Mérida. Además, en Manchita hay un helicóptero con capacidad para 1.000 litros.
Otra de las novedades del Infoex es que uno de los helicópteros incorpora una cámara de infrarrojos que ubica las zonas de llamas cuando la cortina de humo impide la visión directa. Al medir la temperatura del suelo hace posible localizar puntos calientes una vez que no hay frentes de llamas activos. También es el primer año en el que se cuenta con un retén nocturno. Está en Cáceres.
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