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La tromba de agua aún se deja notar en el barranco. :: DAVID PALMA
La tromba de agua en Jerte también arrastró al monitor

La tromba de agua en Jerte también arrastró al monitor

Especialistas de la Guardia Civil investigan lo ocurrido el 6 de julio | La localidad jerteña pone a punto sus demandadas piscinas naturales para acoger un verano más a cientos de turistas

Viernes, 14 de julio 2017, 23:43

Aunque cueste creerlo, podría haber sido peor. Porque solo el azar o la providencia evitaron que las seis personas que la mañana del 6 de julio practicaban barranquismo en la garganta de los Hoyos, en Jerte, fallecieran. Porque la tromba de agua que provocó la muerte de un matrimonio y dos de sus tres hijos también arrastró al pequeño de 6 años y al monitor que acompañaba a la familia. Las dos únicas personas que lograron sobrevivir a la tragedia.

La riada llegó cuando estaban a medio camino del recorrido. Y arrastró a los seis. Al pequeño le desplazó hacia la orilla y pudo agarrarse a unas ramas. El monitor quedó encajonado entre una roca y un árbol, un embudo natural formado en la garganta, que le salvó la vida, porque le permitió sujetarse y aguantar hasta que la tromba pasó. El resto, los padres y las dos niñas del matrimonio, no pudieron hacerlo. Por eso, como el monitor ha declarado ante la Guardia Civil de Cáceres, que se ocupa de la investigación, lo ocurrido la mañana del 6 de julio fue un accidente que no se podía prever.

Muchas escapatorias

Así también lo creen los vecinos de Jerte y el presidente de la Mancomunidad del Valle. «Estamos hablando de una garganta con un caudal más bien bajo, que se usa para iniciarse en el barranquismo, porque tiene un recorrido sencillo, asequible para los niños, para todos los que empiezan y que, además, tiene muchas escapatorias», declara Ernesto Agudíez.

Por eso, añade, «si los que están en el cauce ven que este empieza a subir, no hay problema alguno para salir del mismo». Sin embargo, el presidente de la mancomunidad mantiene que lo que ocurrió esa mañana en el Barranco de los Hoyos no fue una crecida del caudal. «Lo que se produjo fue una riada, una tromba de agua repentina que no era previsible y que les pilló en el cauce; lo que ocurrió fue un fatídico accidente que nos ha afectado a todos, lógicamente».

Especialmente a los familiares de José García-Margallo y Macarena Guisado, ambos de 43 años, y sus dos hijas, Lourdes y Macarena, de 9 y 11 años, que murieron en el Barranco de los Hoyos, y de Joaquín, el menor de 6 años que logró sobrevivir. Pero también al monitor que les acompañaba y a sus compañeros de la empresa Jerte Xtrem, «preparados en deportes de aventura con la cualificación y la experiencia precisas para desarrollar estas actividades», defiende el presidente de la Mancomunidad del Valle. Por eso también «todos lo están pasando muy mal; el impacto es muy grande». Porque el accidente se convirtió en una absoluta tragedia, explican, difícil de prever. Aunque el Centro de Urgencias y Emergencias de Extremadura había activado el aviso amarillo por lluvias y tormentas en diversas zonas de la región ese día, incluido el norte cacereño, donde se encuentra Jerte.

«La legislación no impide el desarrollo de actividades como el barranquismo porque haya alerta amarilla, cuando además hablamos de una garganta con un caudal bajo, con un recorrido sencillo y con un monitor cualificado». Por eso Agudíez reitera que «aunque la lluvia hubiera motivado una crecida del caudal, da tiempo suficiente a salir del mismo».

Fenómenos naturales

Por eso, como los vecinos de Jerte, cree que la crecida que provocó la tragedia puede tener relación con el incendio que durante el pasado abril hubo en la zona de montaña situada por encima del Barranco de los Hoyos. Considera que las lluvias posteriores han ido arrastrando los sedimentos y han podido crear un especie de balsa o pequeña presa que con las lluvias previas se rompió en la mañana del 6 de julio. «O una burbuja en el propio cauce, una especie de pozo que también puede reventar y explotar y generar una riada; en cualquier caso, estamos hablando de fenómenos naturales y no previsibles».

Será la Guardia Civil la que determine qué ocurrió aquella mañana en Jerte, qué desencadenó la tragedia, una vez ultime su investigación. Para ello especialistas de Montaña del cuerpo han recorrido durante tres días el cauce del barranco y sus alrededores. Al mismo tiempo que los vecinos de Jerte tratan de volver poco a poco a la normalidad.

Una turista toma una fotografía en una de las gargantas de la zona. :: DAVID PALMA

Empresarios de la localidad reconocen que en los días posteriores al suceso se cancelaron algunas reservas, pero confían, porque ya empiezan a notarlo también, que la situación cambie en la segunda quincena de este mes. Una vez ha terminado la limpieza de las piscinas naturales del Jerte, uno de los mayores reclamos turísticos del Valle, que este fin de semana están abiertas al público para uso y disfrute de oriundos y foráneos.

«Tras Jerte se ultima la limpieza de las zonas de baño de Cabezuela y Navaconcejo, que también se han visto afectadas, y la próxima semana todas las piscinas de la zona estarán abiertas», afirma Agudíez. Porque el binomio Valle y turismo sigue inalterable.

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