

Secciones
Servicios
Destacamos
La falta de datos sobre seguridad y criminalidad en el medio rural ha llevado a asumir una visión idealizada de él. Esta es una de ... las conclusiones a las que llegan los investigadores de la UEx que están analizando la percepción social sobre la seguridad en los pueblos de la región. «Se ha instaurado un mito en torno a estos lugares como espacios libres de delito y comunidades con una gran calidad de vida, una idea más cercana al romanticismo español del siglo XIX que a la realidad». Es lo que exponen Jordi Ortiz, profesor de Derecho Penal en la UEx, y Miguel Ángel Rufo, alumno del doble grado de Criminología y Derecho, en su artículo 'Seguridad y prevención del delito en las comunidades rurales de Extremadura: un estudio de caso desde la criminología'.
En él explican que hasta ahora, los estudios en este ámbito se han centrado en las áreas urbanas, y apenas hay datos sobre el mundo rural. «A día de hoy, el medio rural ofrece una postal con pueblos armoniosos y solidarios, una imagen reforzada por los medios de comunicación, operadores políticos y sociales», exponen Ortiz y Ricardo Rodríguez (graduado en Derecho y Criminología) en 'Estudio criminológico sobre la inseguridad en las áreas rurales a partir del uso de herramientas TIC'. «Una fotografía –siguen– que ha provocado una mercantilización del turismo en muchas zonas del país, que está generando una gentrificación rural parecida a la de las grandes ciudades en determinados periodos del año, lo que pudiera provocar nuevas oportunidades delictivas».
En este contexto, hay que tener presente también que el escenario actual de falta de agentes tiene diferentes consecuencias para quienes viven en el medio rural. «En el caso de una urgencia, la despoblación progresiva de las áreas rurales puede retrasar el tiempo de respuesta, ya que el periodo que se tarda en descubrir el hecho delictivo o la atención a una víctima puede aumentar no solo en horas, sino también en días». Esta es una de las conclusiones que exponen Jordi Ortiz y Miguel Ángel Rufo en su informe sobre seguridad y prevención del delito en las comunidades rurales extremeñas. Además, añaden, «el cierre de cuarteles los fines de semana o la falta de patrullas por estar prestando servicios en otros municipios, pueden incrementar el tiempo de respuesta».
Los investigadores apuntan estas consecuencias al analizar la situación de Las Hurdes, donde hay 40 pueblos y solo tres tienen presencia fija de la Guardia Civil. Y hay localidades como Ladrillar, Riomalo de Arriba o Cabezo tan distantes del cuartel de la Benemérita que una patrulla puede llegar a tardar más de veinte minutos, teniendo en cuenta también lo revirado de algunas de las carreteras que llevan hasta estas poblaciones. Están, consideran los autores, «en lugares demasiado alejados para una actuación policial rápida y eficiente ante un hecho delictivo o para la posible protección de una víctima».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.