Licenciada en Periodismo y máster en comunicación televisiva, Berta Collado, una habitual en distintos formatos televisivos desde hace casi dos décadas, se crio en Navalmoral ... de la Mata, donde siguen viviendo sus padres, con quienes, según explica, «comparte la custodia» de Alfredo, su perro.
–¿Qué animal o animales tiene como mascota?
–Ahora mismo, solo Alfredo.
–¿Ha tenido mascotas anteriormente? ¿Cuántas?
–En casa siempre hemos tenido mascotas. Rambo, King, Lula, Bimba, Rocco, Oso y ahora Alfredo son los perros que nos han acompañado a lo largo de los años. De pequeña tuve hámsteres, tortugas y algún periquito.
–¿Por qué se animó a tenerla?
–Porque soy una enamorada de los animales. Porque mejoran la vida, la estabilidad emocional y porque el vínculo que se crea con ellos es el más puro que existe.
–¿La compró o se la regalaron?
–Fue un regalo. El mejor regalo.
–¿Se la lleva de vacaciones o la deja al cuidado de alguien?
–Alfredo es uno más de la familia y siempre va con nosotros a todos los sitios. Si no conmigo, con mis padres, con los que comparto custodia. De hecho, hemos llegado a cancelar viajes si Alfredo no podía venir.
–¿Qué ventajas e inconvenientes le ve a tener mascota?
–La verdad es que no hay amor más puro y mayor fidelidad que la que te puede dar una mascota, así que, para mí, todo son ventajas. Lógicamente, hay que adaptarse a diferentes situaciones y horarios teniendo a Alfredo, pero no me supone ningún inconveniente. Lo que te da una mascota, en todos los sentidos, supera con creces cualquier otra cosa.
–¿Cuáles son los cuidados que necesita? ¿La cuida usted sola?
–Peluquería y limpieza exhaustiva de ojos, dos cosas que por su raza necesita más de lo normal, además de veterinario y alimentación. A Alfredo le diagnosticaron hace unos años el síndrome de Addison. Es una enfermedad muy difícil de diagnosticar, por tener síntomas muy parecidos a otras. Sus glándulas adrenales no producen lo esencial que necesita el animal para vivir. Afortunadamente, su veterinario dio con ello y ahora toma tres pastillas al día. Gracias a esto, Alfredo hace una vida normal, como la de cualquier perro. De sus cuidados nos encargamos tanto mis padres y hermano como yo.
–¿Qué es lo que más le gusta hacer con su mascota?
–Pasear, correr y jugar al fútbol. Es un perro portero. Le hicimos una portería de su tamaño, porque lo que más le gusta es parar la pelota. También me lo he llevado varias veces al trabajo, a grabaciones y rodajes, y es un perro que se adapta a todo y lo disfruta. Nos echamos siestas infinitas también juntos.
–¿Se le ha perdido en alguna ocasión?
–No. Y menos mal. Es muy dependiente de nosotros. No se separa jamás de nuestro lado. Siempre decimos que no le sacamos nosotros a pasear, sino al revés.
–¿Le une un fuerte vínculo?
–El mayor vínculo posible. No podría vivir sin él. Alfredo lo es todo en nuestra familia.
–¿Le lleva a menudo al veterinario? ¿En qué ocasiones?
–Sí. Por la enfermedad que tiene, mucho más. Aparte de sus vacunas semestrales y anuales, continuamente se le hacen revisiones para asegurarnos de que su síndrome está controlado.
–¿Sale caro mantenerlo?
–Obviamente son gastos extra con los que hay que contar. Él además es delicado. Pero su bienestar está por encima de todo.
–¿Dónde duerme el animal?
–Con nosotros, en la cama. O a los pies, según le dé, o en el medio, arriba... Es uno más. Cuando está conmigo en Madrid, me puede llegar a quitar hasta la almohada. Cuando está con mis padres en el campo en Navalmoral, es el primero que elige sitio en la cama de ellos. Nunca duerme solo. No le gusta.
–¿Cree positivo que los niños se críen con una mascota?
–Absolutamente positivo. Es más, diría que necesario. Una mascota contribuye a su desarrollo educativo y social. Aprenden valores, a respetar más a los demás, aumenta su autoestima, se fomenta la generosidad y la seguridad, y aprenden a asumir responsabilidades. Creo firmemente que una mascota ayuda a conseguir un correcto equilibrio emocional en los niños.
–¿Se lleva bien el animal con el resto de la familia?
–Muy bien. No puede vivir sin nosotros. Ni nosotros sin él. Tiene amor, alegría y agradecimiento para todos.
–¿Por dónde le suele pasear?
–Mis padres viven en el campo, en Navalmoral, y allí es el rey. Pasea por dehesas y caminos absolutamente bucólicos. Cuando lo tengo yo en Madrid, su sitio favorito es el parque del Oeste. Allí, socializa con otros perros y se lo pasa pipa. Aunque también se adapta muy bien al asfalto de la ciudad cuando es necesario.
–¿Cree que contribuye a que sea más feliz? ¿Le ayuda a socializar con el resto de la gente?
–Cada momento en el que esté Alfredo, que es siempre, es más feliz para nosotros. Solo suma y aporta. Su felicidad es la nuestra y no creo que haya un ejercicio de generosidad más grande que el que tu mascota te da a ti y con el que tú le correspondes. Es algo puro. Y por supuesto que te ayuda a socializar, compartiendo momentos 'mascoteros'.
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¿Cómo se llama?
Alfredo.
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¿Qué edad tiene?
Seis años.
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¿A qué raza pertenece?
Es un caniche toy pelirrojo.
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¿Cuánto tiempo hace que lo tiene?
Desde que tenía dos meses, o sea, seis años.
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