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«Vivo sola desde hace 20 años; lo peor es la noche porque le das más vueltas a la cabeza»
Petri García ·
Esta cacereña es una de las 123.000 personas que viven solas en Extremadura; ella tiene su propia 'receta' para combatir la soledadSecciones
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Petri García ·
Esta cacereña es una de las 123.000 personas que viven solas en Extremadura; ella tiene su propia 'receta' para combatir la soledadPetri García vive en Alagón del Río, un pueblo que roza los mil habitantes situado a unos 30 kilómetros de Plasencia. A sus 77 años, ... se podría decir que tiene casi más actividad que un joven de 20. Es de esas mujeres que derrochan energía. Su jornada empieza temprano. Reuniones con los mayores de la localidad y de otros pueblos, clases de informática, encuentros en el hogar del pensionista, las tareas de la casa… Una agenda bien apretada para una mujer que tiene la receta contra la soledad.
«Vivo sola, pero no me siento sola, no paro de hacer actividades y rodearme de gente», cuenta. Su marido falleció hace 30 años. «Luego viví con mi hijo, pero desde hace 20 vivo sola; lo peor es cuando llega la noche porque es cuando más vueltas le das a la cabeza. Empiezas a pensar que te puede pasar algo, pero bueno, pasa rápido porque duermo poco», comenta Petri que, aunque sus hijos no viven en Alagón, suele hablar con ellos casi todos los días.
Lo primero que hace nada más despertarse es leer un poco y, con el móvil, jugar a un juego con el que ejercita la mente. «Se trata de hacer palabras. Así me entretengo a primera hora, que en el pueblo tan temprano poco se puede hacer», cuenta Petri.
Luego, se dedica a algunas tareas del hogar, aunque una mujer le ayuda a hacer las labores. Seguidamente, una vuelta por el pueblo, la compra y alguna que otra actividad más. «El otro día, por ejemplo, estuvimos haciendo dulces en el hogar del pensionista», dice.
También, de vez en cuando, coge el coche para mantener encuentros con pensionistas de otros municipios. Es la presidenta de la Federación de Cáceres de la Unión Democrática de Pensionistas de España (UDP), que agrupa a unas 8.000 personas.
En ella hay muchos mayores que también viven solos y hasta antes de la pandemia desarrollaban un programa de acompañamiento para combatir la soledad. «Íbamos a verles una vez por semana, charlábamos con ellos y jugábamos a las cartas. Poca cosa, pero lo suficiente para que no se sintieran solos. Tras la pandemia esa programa solamente se sigue realizando en algunos municipios de la provincia cacereña como Galisteo. «Aquí, en Alagón del Río, estamos intentando recuperarlo con voluntarios», añade.
Ella siempre dice lo mismo. «Que procuren rodearse de gente, que salgan, que estén activos, que se reúnan con más personas aunque sea para hablar un poco e intercambiar impresiones. Lo más importante es no aislarse», concluye Petri.
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