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El subinspector Miguel Ángel Paredes Porro. J. M. ROMERO
«Lo más duro fue decirle a la gente que no podían trabajar»

«Lo más duro fue decirle a la gente que no podían trabajar»

Miguel Ángel Paredes Porro ha escrito sesenta y cuatro guías de actuación para policías por el estado de alarma

A. GILGADO

MÉRIDA.

Sábado, 1 de mayo 2021, 09:16

El subinspector Miguel Ángel Paredes Porro es uno de los agentes más conocido de Mérida.

Treinta y cinco años vistiendo el uniforme de la la Policía Local. Recibe ahora la medalla al mérito policial por su prolífica actividad en la pandemia.

El mismo día en que se declaró el estado de alarma empezó a escribir guías de actuación que orientaran a sus compañeros. «Había que hacer nuestra labor de control, pero necesitaban el aval de unas instrucciones claras». Lectura diaria y con detalle del BOE, DOE y ruedas de prensa en directo antes de ponerse a escribir.

Las limitaciones, normativas sectoriales, horarios y aforos se fueron sucediendo, solapando, a veces contradiciendo y el subinspector fue actualizando sus conclusioens al minuto.

Ahora recapitula. En este año ha escrito sesenta y cuatro manuales.

Sus interpretaciones han servido de orientación para la Delegación del Gobierno, Policía Nacional, Guardia Civil y Fempex. «Había que darle también una interpretación policial a toda la vorágine normativa. Se podía sacar a pasear al perro, pero hasta dónde y por cuánto tiempo. ¿Era desobediencia comprar en un supermercado que no estuviera en su barrio?».

Por experiencia sabe que la causística que se encuentran los agentes en la calle no caben en las leyes. De ahí su esfuerzo.

Le llamaban para consultar. Hubo días en los que cargaba la batería del móvil tres o cuatro veces. «Cuando se te va la luz en casa y sacas una vela, pues te parece la mejor iluminación del mundo. Eso fue lo que traté de hacer, poner algo de luz para poder ayudar a los compañeros».

Su obsesión a la hora de redactar fue siempre la misma: que los derechos de unos ciudadanos no quedaran por encima de otros.

Que echar de comer a los animales en el campo no fuera excusa. Que cuidar a un mayor fuera realmente cuidar a un mayor. Que los dependientes no tuvieran miedo a quedarse solos. «Ha podido haber errores en las interpretaciones, pero me veía en la obligación moral de hacerlo».

Lesión dolosa

Escribió también una guía sobre el delito de lesión dolosa si un positivo de covid se saltaba la cuarentena. Recapituló jurisprudencia del Ébola y del VIH y lo relacionó con la crisis sanitaria actual.

Lo más duro, cuenta, fue decir a la gente que no podían trabajar. «Sabes que su familia vive de ese negocio y que no hay más recursos, pero le explicas que la norma es cerrar. Si no era una actividad esencial, no había alternativa». Convive con las movilidades, el uso de la mascarilla y la necesidad imperiosa de salir de casa de los confinados, pero vive como una tragedia decirle a la gente que no pueden trabajar. Este año han llevado muchas compras a casas particulares, han recogido medicamentos de las farmacias y han acompañado a familias en momentos íntimos. La imagen de la policía local saldrá reforzada de la pandemia, pronostica. Pero hace una advertencia. «Esto no ha acabado, al menos para nosotros».

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