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Lourdes Pérez y Paula De las Heras
Madrid
Martes, 25 de febrero 2025, 15:20
La denuncia del machismo, en sus expresiones más cotidianas y también en las potencialmente punibles ante los tribunales, está proyectándose de lleno ya sobre el ... ejercicio de la política. La forzosa dimisión del cofundador de Podemos y portavoz entonces de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, por conductas de presunta violencia sexual hacia mujeres -una de las cuales, la actriz Elisa Mouliáa, lo ha llevado por ello al juzgado-, y las nuevas acusaciones vertidas contra otro impulsor y exdirigente del partido morado, Juan Carlos Monedero, por «manosear» a jóvenes sin su consentimiento han abierto una seria vía de agua en el discurso feminista de la izquierda. Pero la transversalidad del sexismo está empujando el debate público un paso más allá. O, al menos, ahí ha querido situarlo la vicepresidenta Yolanda Díaz, relatando un episodio personal que ha abierto una polémica en la que ha entrado el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a través de las redes sociales.
Preguntada este lunes por la noche en la Ser por las denuncias vertidas contra Errejón -obligado por Sumar a renunciar a su cargo, como él mismo describió ante el juez sin asomo de asumir la gravedad del comportamiento que se le atribuye- y contra Monedero -señalamiento del que Podemos trata de zafarse por la vía de comparar su respuesta con la de sus antiguos socios-, Díaz incidió en el argumento que ya empleó el día en que compareció para dar explicaciones sobre su ya exportavoz parlamentario. «No veo las agresiones sexuales por partidos«, reiteró en antena la vicepresidenta segunda, quien subrayó que »el patriarcado« vulnerador de los derechos de las mujeres opera como »un sistema que lo impregna todo«. »Las mujeres somos agredidas por el hecho de ser mujeres. Mi puesto sufre discriminaciones por el hecho de ser mujer», introdujo Díaz, quien, al igual que el resto de los representantes de Sumar, ha evitado entrar al trapo de las insinuaciones de Ione Belarra e Irene Montero, muy cuestionadas por el 'caso Monedero', sobre la supuesta tibieza del partido magenta en su reacción al destaparse la conducta de Errejón.
La ministra relató entonces, a modo de ejemplo de hasta qué punto el machismo alcanza también a las mujeres que tienen poder como ella, cómo en el patio del Congreso un periodista vino a orillar su trabajo en la Cámara para remarcarle que lo relevante era que «cada día estaba más guapa». Una alusión de la que Díaz se dolió en antena evaluándola como un agravio machista -«Me quedé pegada y pensé, ¿qué hago yo ante esto?- y que ha acabado teniendo eco hoy. En un inusual tuit, Feijóo se ha revuelto contra su rival: »Ni toda crítica ni todo halago es machismo«, ha rebatido en un mensaje en X. »Machismo es que el hombre pretenda prevalecer sobre la mujer solo por el hecho de serlo. Basta de frivolizar con conductas que a veces cuestan vidas«.
El jefe de filas de los populares, que han encontrado en las denuncias contra Errejón y Monedero una baza para zaherir a la izquierda por su «feminismo de pacotilla» (en dardo, el viernes, de Cuca Gamarra), no ha dejado pasar la ocasión de afear implícitamente a Díaz, cuya obsequiosidad en el trato personal es conocida, la reacción ante los casos que interpelan a Sumar y Podemos. «Combatir el machismo -ha rematado Feijóo- es denunciarlo si lo hay en tu partido, no usarlo de comodín». Las acusaciones de mujeres contra los citados ya expolíticos han saltado a la rueda de prensa del Consejo de Ministros, donde la titular de Igualdad, la socialista Ana Redondo, ha apelado a que los partidos activen con «transparencia para la militancia» sus protocolos internos a fin de que sean verdaderamente «efectivos» contra el sexismo. Y ha remarcado que, «en política», quienes la ejercen han de tener una ejecutoria «ejemplar, decente y coherente» con la ideología en la que se milita.
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