El desarrollo de la COP-29 (Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) de Azerbaiyán en Bakú ha sido decepcionante. En ella los ... gobiernos del mundo se reunieron para negociar y hacer frente a la crisis climática. Se ha sobrepasado por primera vez el límite del aumento de la temperatura global marcado según acuerdo de París en 1.5 ºC, alcanzando 1,59 ºC. Este acuerdo lo tomaron casi 200 países que se comprometieron a que esto no ocurriría, frenando así el calentamiento global.
Había tres acuerdos con sus decisiones a tomar que eran: crear planes concretos para el abandono de los combustibles fósiles, conseguir una financiación adecuada para países en vías de desarrollo y proteger la naturaleza y las personas de los riesgos que producen los mercados del carbón.
En cuanto al primer punto sobre el abandono de los combustibles fósiles, tocaba avanzar cómo se iba a llevar a cabo, pero no se consiguió nada ante la presión de las industrias fósiles, no obstante, no se dio marcha atrás a los acuerdos anteriores.
Respecto a la financiación, se fijó en 1,3 billones de dólares, que era la ayuda que reclamaban los países en vías de desarrollo para eliminar los combustibles fósiles de sus economías, pero no solo utilizando financiación pública, sino también privada y además, solicitando créditos que habrá que devolver, pero no se definió quienes eran los que pagan y cómo y quienes los que los reciben.
Por último, no existe voluntad política para tratar de mitigar las grandes catástrofes que azotan con dureza la vida de las personas y las regiones, incrementadas por el cambio climático
Los negacionistas como Donald Trump, que recientemente ha sacado a EE UU de los Acuerdos de París, están ganando terreno. Por ejemplo, admitamos que la tierra se calienta al actuar las emisiones de efecto invernadero como barrera que impide que una parte de la radiación solar cada vez mayor se escape de la tierra, contribuyendo al calentamiento.
¿En qué porcentaje? No se sabe, los climatólogos calculan que el ser humano contribuye en un 40%, lo que deja un 60% sin explicación. Si está comprobado que Europa emite un 20% de los gases de efecto invernadero, por tanto, contribuye con un 20% de ese 40%, por lo que nuestra política de transición se vuelve simbólica por muchos esfuerzos que hagamos evitando los combustibles fósiles.
Sin embargo, climatólogos y organizaciones del clima vinculan las catástrofes climáticas más importantes del mundo al cambio climático. En los informes de la organización Christian Aid, que establece una clasificación anual de catástrofes, se recogen estos desastres en función de las víctimas y los datos de varias compañías aseguradoras. Entre ellos y en los primeros lugares se encuentra el huracán Milton en EE UU o también el huracán Helene en Cuba y México. La dana (gota fría) de Valencia copa el décimo puesto y es la primera vez que un evento concreto en España está en el listado de los fenómenos climáticos peores y más costosos.
Los efectos del cambio climático sobre estas catástrofes ha hecho que sean más intensos o frecuentes los eventos meteorológicos que las desencadenan. Por ejemplo, estudios de WWA y y Climameter apuntan que las lluvias torrenciales de la gota fría de Valencia fueron entre un 12% a un 15%, más intensas de las que hubiesen sido sin el calentamiento provocado por el ser humano.
Pero ¿qué es una dana? Una dana es una Depresión Aislada en Niveles Altos. Según los meteorólogos, se refiere a una tormenta que se aísla de su localización normal y que se mueve a niveles altos de la atmósfera, a unos 3.000 metros de altitud. Su interior puede estar a 20 grados bajo cero o más. Se alimenta de aire caliente y humedad, que sube hacia las capas altas de la atmósfera por el fenómeno de la convección. Al chocar con la gran bolsa de aire frío de la dana, se condensa y comienzan las precipitaciones, que descargan en distintos frentes las lluvias torrenciales.
Al estar el mediterráneo más caliente de lo normal aumentan las danas, por lo que las tormentas serán más frecuentes y más intensas.
Casi tres millones de personas en España viven en zonas inundables o zonas de riesgos. Se deberían haber tomado medidas estructurales en el Plan de Gestión del Júcar, con lo que se pudiera haber evitado parte de la tragedia en zonas tales como el barranco del Poyo.
Todo ello se debe a la permisividad de nuestras autoridades hacia los años 60, que dejaban construir en cualquier lugar incluido las zonas inundables. Esto ocurrió hasta 2015, año en el que la Ley del Suelo obligó a tomar medidas.
Pero y en Extremadura, ¿está lejos de las gotas frías del Mediterráneo? Nos equivocamos, también en Extremadura es necesario prevenir. Según Inuncaex, el Plan Extremeño de Protección Civil ante posibles riadas, el riesgo de inundaciones es extremo en Badajoz y Coria y alto en doce municipios, y esto nos debe poner en guardia.
Ello se debe a que Extremadura tiene más de 12.000 kilómetros de cauces fluviales sin contar embalses. 6.400 en la cuenca del Guadiana y 5.700 en la del Tajo y hay 259 presas. Se han producido 86 fenómenos y avenidas de agua que han causado 35 víctimas en la región. 22 en Badajoz y 3 en Valverde de Leganés en la tragedia de los arroyos Rivillas y Calamón. Tampoco debemos olvidar lo que ocurría en Badajoz en Las Moreras, hasta que se hicieron las obras de canalización y las áreas inundables se convirtieron en parques.
Por ello merece tener muy en cuenta el cambio climático, o como borrascas tal como Herminia, que recientemente ha batido nuestras costas y regiones, pudieran alcanzar mayor intensidad si no se toman todas las medidas necesarias para descarbonizar lo más posible la economía.
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