
Nada sobra en sanidad
ANÁLISIS ·
El sistema ya iba con la lengua fuera antes de la pandemia, evaluemos bien cuántas manos y recursos pueden quedarseSecciones
Servicios
Destacamos
ANÁLISIS ·
El sistema ya iba con la lengua fuera antes de la pandemia, evaluemos bien cuántas manos y recursos pueden quedarseExtremadura comenzó 2021 con los peores datos de covid. Enero fue realmente un mes negro y no conviene olvidarlo para no repetir errores. Cuando más ... tarde se le preguntó al consejero de Sanidad por las razones de ese trágico liderazgo nacional que ejercimos, José María Vergeles citó como primera causa el 'black friday'. Luego se encadenó con el puente de diciembre y en las navidades el virus ya estaba desbocado, vino a decir.
Esta semana celebraremos el viernes negro, que ya forma parte de nuestro calendario cotidiano como tantas otras cosas que hemos ido imitando sin mucho sentido, por la fuerza machacona de la publicidad y, en estos tiempos, de los algoritmos que nos marcan el camino. Llegamos a él con la pandemia en pleno crecimiento otra vez. Sobre todo en otros países europeos que recuperan a marchas forzadas restricciones que ya creíamos del pasado. Es iluso pensar que en España, que de momento presenta mejores índices, no irá también a más en las próximas semanas la incidencia del virus, como ya están notando algunas regiones.
La gran diferencia con entonces es la vacuna, claro está. Se descarta que a iguales cifras de contagio se produzcan los mismos fallecimientos. Las consecuencias más graves del virus serán episodios excepcionales. Sin embargo, el crecimiento de casos tensiona igual al servicio sanitario, llena camas de UCI y de planta que a menudo requieren enfermos de otras patologías; consume recursos materiales y humanos; agota mental y físicamente a quienes se dedican a curarnos; somete, en fin, a un gran estrés al sistema sanitario hasta el punto de que se descuida la atención a otros enfermos.
La sanidad pública prepandémica ya iba con la lengua fuera para dar respuesta a las necesidades cotidianas que se le plantean, con los niveles de calidad que le exigimos precisamente quienes creemos en ella. La realidad es muy diversa según las comunidades autónomas que tienen sus competencias, pero la crisis del covid ha hecho saltar las costuras del sistema en general, también en Extremadura, que no ha sido la mejor ni la peor que ha respondido al desafío de la pandemia.
Llegará un momento en que conozcamos con más precisión cuántas personas no pudieron acceder a su tratamiento a tiempo, o ser operadas, o tener un diagnóstico prematuro por culpa de la tensión a la que la covid ha tenido sometido al sistema. Pero ya se empiezan a conocer algunos datos. Por ejemplo, que las listas de espera no han logrado recuperar las cifras de 2019, que tampoco nos hacían especialmente felices.
Extremadura es la quinta región en la que más días tenemos que esperar para operarnos. Somos incluso la primera según la tasa de población. Cuando se va tan al límite, cualquier traspiés te puede hacer caer y, si en lugar de eso es un zarandeo tan fuerte como la pandemia, cuesta hasta seguir en la carrera. Por el contrario, esta situación tan excepcional debería actuar como punto de inflexión para incorporar más recursos al sistema sanitario, más de los que ya estuvieran previstos con anterioridad, no solo para recuperar el tiempo perdido y ni siquiera para no volver a retroceder cuando se produzca otro episodio tan extraordinario, sino para funcionar en condiciones digamos normales con más holgura y menos estrés.
Hay que evaluar bien cuántas manos y cuántos recursos económicos que con el covid se han hecho llegar a los hospitales y centros de salud extremeños realmente no siguen siendo necesarios aunque no tengamos la amenaza de este virus. La Unión Europea ha reaccionado aportando fondos extraordinarios, y qué mejor uso pueden tener que la sanidad en cualquier circunstancia. Hay una expresión que la pandemia ha puesto de moda: tal cosa ha venido para quedarse. Bueno, pues hagamos que los aportes de médicos, cuidadores, enfermeras y dinero en general del que se ha ido disponiendo estos meses, también se queden. Nunca van a sobrar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.