«La asociación de vecinos de nuestro barrio en Plasencia no nos deja apuntarnos a ella»

El objetivo que les mueve, afirma, es «volver a tener una asociación llena de vida, que acoja a cualquier persona del barrio, que plantee actividades y talleres para los residentes, que vuelva a organizar concursos de dibujo o películas los sábados por la tarde cuando hace frío, que ponga a disposición de los residentes la estupenda biblioteca que tenemos en el barrio, y que volvamos a tener una fiestas como las que eran referencia en Plasencia». «En definitiva –resume García en representación del grupo crítico con la actual presidencia–, que la asociación de vecinos vuelva a ser lo que debe ser, un punto de unión e integración en el barrio».

Con ese ánimo, explica, han intentado entrar en el colectivo, pero no les han dejado. «Casi un centenar de personas hemos intentado hacernos socios, hemos ido muchas veces a intentarlo, pero nos hemos encontrado con negativas por parte del presidente, o nos han dado largas o nos han echado del local a voces o nos han puesto excusas».

Ante estas dificultades, «elaboramos un listado con los datos personales de casi cien personas que querían ser socios y pidiendo una cita, y se lo enviamos por correo certificado y con acuse de recibo, pero la respuesta ha sido la misma, que no podemos apuntarnos», desgrana Irene García.

Cuestionada por las razones que podrían explicar esta negativa, ella y otras mujeres del barrio comentan que se debe a que de dejar entrar a este centenar de personas que quieren incorporarse, el presidente se vería obligado a renovar la junta directiva, y eso podría suponer que perdiera el cargo. Según la hemeroteca de HOY, Collado accedió a él hace más de veinte años. El señalado explica que la directiva se renovó hace en torno a un año, y que «nadie se presentó para presidente».

«Queremos denunciar esta situación y también otras de las que nos hemos enterado al intentar hacernos socias, y que son irregulares o directamente ilegales», sigue la portavoz. Entre ellas, «que la biblioteca del barrio está cerrada al público, con las escaleras de acceso cerradas por una reja, con el peligro que esto supone en caso de una emergencia como podría ser un incendio». También «que al ir a Liberbank a pagar la cuota, nos han informado de que la cuenta de la asociación está cerrada por impagos». Las cuotas, afirma, «se pagan en mano, y se recibe a cambio un papel, algo que es totalmente irregular».

Sobre este punto, Jaime Collado explica que les ha pasado «como a cualquier otro cliente de Liberbank, que tras la fusión con Unicaja hay que ir a la sucursal a arreglar lo del número de cuenta, un trámite que tenemos pendiente y que cumpliremos». Y sobre la biblioteca, niega que esté clausurada. «Lo que está cerrado es el servicio de préstamo, porque el Ayuntamiento no tiene personal para prestarlo, como pasa también con la de La Data», mantiene Jaime Collado, que también desmiente que en las últimas fiestas del barrio no se cumpliera el programa. «Lo único que ocurrió es que le dimos la gestión de la barra a unos jóvenes que no cumplieron», explica el presidente, a quien el grupo de críticos, mayoritariamente femenino, acusa de querer perpetuarse en el cargo.

Él defiende que la asociación «tramita el carné a todo el que viene a participar y aportar», y defiende que «a día de hoy, somos un ejemplo de asociación vecinal en la ciudad».