Entierro final del proyecto del macrovertedero en Salvatierra: la empresa renuncia a pleitear más

En Viernes de Dolores pero la alegría impera en Salvatierra de los Barros como si fuera Domingo de Resurrección. Se pone fin a año y medio de angustia y movilización ciudadana. Desde hace meses el proyecto de macrovertedero planteado en la localidad de la Sierra Suroeste (1.590 vecinos) estaba prácticamente muerto por los rechazos a su tramitación por parte de la Junta y el revés judicial del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura y hoy se ha oficializado definitivamente su entierro.

La Plataforma Salva Tu Tierra ha leído un escueto comunicado a las decenas de personas congregadas esta noche en la plaza del Atrio salvaterreña en la que ha indicado que la empresa promotora del macrovertedero desiste definitivamente de pleitear por esa infraestructura de residuos. En el complejo que ya no verá la luz, la empresa 3RS Gestión MA Extremadura pretendía gestionar al año 68.501 toneladas de residuos peligrosos y 221.195 no peligrosos. Se proyectaban 45 años de actividad en un terreno de 89 hectáreas, a unos 3 kilómetros del casco urbano.

Un miembro de esa plataforma, micrófono en mano, ha explicado que se ha llegado a un acuerdo con los promotores de este proyecto para «resolver todos los contratos de compra de los terrenos». La empresa, hace tres años, empezó a comprar diversas parcelas hasta sumar 89 hectáreas en Salvatierra. Terreno para el macrovertedero.

En las escritura de compraventa se especificaba que pasado un tiempo las tierras volverían a sus dueños primitivos si la empresa no lograba los permisos para poner en marcha el gran vertedero de residuos. Muchos de esos contratos habían ya expirado y, por tanto, revertido las parcelas a sus dueños pero otros, según fuentes de este colectivo vecinal, estaban aún en manos de la promotora. Ahora, aseveran, han resuelto esos últimos flecos y por fin el macrovertedero es enterrado definitivamente.

No por ser esperada ha dejado de celebrarse con júblio esta noticia en Salvatierra de los Barros y en pueblos de la comarca. Durante dos años el rechazo ciudadano y político al macrovertedero se ha generalizado no solo en la Sierra Suroeste y en comarcas vecinas sino en el conjunto de Extremadura.

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