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Álvaro Rubio
Martes, 20 de septiembre 2016, 08:33
Joven, luchadora y con las ideas muy claras. Tanto es así, que sus fuertes convicciones incluso le han pasado factura a su salud. Desde fuera, puede parecer sencillo ser alcaldesa de Carcaboso, un pueblo de 1. 700 habitantes ubicado a escasos kilómetros de Plasencia. Pero la realidad es otra. Al menos, así lo cuenta Lorena Rodríguez Lucero (Extremeños), una joven de 31 años que está al frente de un Ayuntamiento con un pasado que ha cruzado la puerta de los juzgados. Jesús Alberto Cañedo (Prex-Crex) fue alcalde hasta que en 2014 dimitió. Lo hizo antes de ser condenado a nueve años de inhabilitación para el ejercicio de los cargos de alcalde y concejal, por un delito continuado de prevaricación. Esa condena era el resultado de una denuncia interpuesta en 2009 por el entonces concejal en la oposición Alfonso Bueno.
Y en ese tenso contexto accedió Lorena a la Alcaldía, que hasta ese momento era teniente de alcalde. Entonces afirmó que mantendría una política de continuidad con el fin de mantener y desarrollar los proyectos iniciados por Alberto Cañedo y su equipo de Gobierno, que «han colocado al municipio en un lugar privilegiado dentro del panorama nacional en cuanto apuesta por el desarrollo, la sostenibilidad, la convivencia, el cooperativismo, la economía social y el bien común».
Rodríguez Lucero lamentó llegar a la Alcaldía por una decisión judicial que calificó de «injusta» y mostró su completo apoyo al anterior alcalde, de cuya inocencia no duda.
Ahora, aunque ha pasado el tiempo, esa tensión aún se nota en los pasillos del Ayuntamiento. «La legislatura de 2011-2015 fue muy desagradable porque Alberto optó por políticas muy alternativas y el PSOE lo castigó bastante. Estamos viviendo una situación difícil porque se ha pasado de la política a lo personal», confiesa esta diplomada en Trabajo Social por la Universidad de Salamanca y militante de Extremeños desde 2008.
Fue en ese año cuando se metió decididamente en política. Ella ya conocía el mundo del asociacionismo y formó parte del Consejo de Juventud de la Extremadura. Yo no he tenido el sueño de ser alcaldesa desde pequeña, pero sí que es cierto que tenía ganas de quedarme en mi tierra. Empecé como dinamizadora sociocultural en el Ayuntamiento, luego con asociaciones en el municipio y vi que realmente me gustaba la vida diaria del pueblo. Y qué mejor manera que gestionar un Consistorio», explica antes de añadir que «la Alcaldía tiene que ser vocacional». Afirma que quien lo vea como un puesto de trabajo, se tiene que olvidar de esto. «Hay un componente personal muy grande y es muy fácil quemarse», se sincera esta joven.
Sin embargo, a ella le compensa poder ayudar a la gente de su pueblo. «No quiero estar en la vida de paso. Quiero pensar que todo el esfuerzo que estoy haciendo tendrá sus frutos». Está segura de ello pese a que no cobra nada de la Alcaldía, vive de la prestación por desempleo que se le acaba en octubre y está continuamente presentando nuevos proyectos. «Posiblemente emprenda para apoyar a las mujeres en el medio rural y demostrar así que se pueden quedar en sus pueblos haciendo lo que les gusta», añade.
Y es que si por algo se caracteriza Lorena es por su perseverancia. No se rinde fácilmente. «Me ha tocado ir a reuniones con políticos que me han tratado como una niñata. Me han puesto en duda por mi juventud. Por mi experiencia, ser mujer y joven en política es un hándicap, aunque también me he sentado en otros sitios donde me han escuchado y respetado», reconoce esta amante del cine español y apasionada de la literatura.
Una de sus autoras favoritas es Almudena Grandes. También el uruguayo Mario Benedetti. Con su literatura escapa por momentos de una realidad que en ocasiones es complicada. «Tengo miedo de que me pase lo mismo que al antiguo alcalde. Sé que lo que hago está dentro de la ley, pero cada día me lo recuerdan. En cada procedimiento que hago pido servicios jurídicos al secretario, a Diputación y a un servicio externo», detalla Lorena, que hace referencia a los favoritismos.
«La Junta nos castiga por no ser del PSOE, nos bloquean los proyectos», apunta enfadada, aunque no pierde la esperanza ante un posible cambio de modelo político. «No me veo en el modelo político actual. El mayor desencanto que me he llevado en este tiempo es que no se pueda trabajar en consenso. Ese ha sido mi mayor fracaso. No se han podido aprobar los proyectos en equipo porque priman las siglas», manifiesta antes de hacer alusión a la «fuerte doctrina de partido» que siguen las formaciones mayoritarias. «Al menos, en Extremeños siempre he tenido libertad para hacer lo que he querido. Cuando formé parte del Consejo de la Juventud de Extremadura me llevaba las manos a la cabeza cada vez que veía a los jóvenes hacer única y exclusivamente lo que decía su partido político. En la sección juvenil estaban muy encasillados y eso no puede ser. Las personas tienen que creerse el poder que tienen».
Sobre su futuro en política, dice que le gusta el ámbito local aunque no descarta el regional. «Lo que tengo claro es que no accederé a la política nacional. Me gusta mucho mi tierra y quiero vivir en ella».
Nombre. Lorena Rodríguez Lucero.
Edad. 31 años.
Formación académica. Diplomada en Trabajo Social.
Ocupación laboral. En paro.
Sueldo del ayuntamiento. No cobra.
Años en política. Militante de Extremeños desde el año 2008.
Aficiones. Leer y pasar tiempo con su sobrina.
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