El pabellón del barrio del Molinillo, de Navalmoral de la Mata, se convirtió en la madrugada del sábado en el segundo albergue para vecinos de la comarca del Campo Arañuelo evacuados de sus poblaciones como consecuencia del incendio que se inició en la tarde del jueves en el término municipal de Casas de Miravete.
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El recinto acoge a los habitantes de Romangordo e Higuera de Albalat, que llegaron de madrugada de manera precipitada, puesto que a media tarde el fuego se concentraba en las traseras del pico Miravete, a muchos kilómetros de distancia, y en fincas situadas en los márgenes del Parque Nacional de Monfragüe en dirección a Jaraicejo. Pero en pocas horas, al entrar la noche y cambiar el aire, se dirigió hacia sus poblaciones, hasta chocar en la cara norte con la autovía y saltar por encina en la sur, en las proximidades de los túneles de Miravete, provocando el cierre de la misma y la desviación por Castañar de Ibor o Guadalupe.
Por fortuna las llamas no llegaron al casco urbano de ninguno de los dos municipios, aunque dada la toxicidad del aire y por precaución, como ha insistido el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, se decretó su evacuación.
De inmediato se habilitó el pabellón del Molinillo para acogerles, personas mayores en buena parte de los casos, que fueron llegando en vehículos particulares, tras ser convocados por el Ayuntamiento, o en autobús. Allí pasaron lo que quedaba de madrugada «perfectamente atendidos», como decía a HOY una de las afectadas, Carmelita, no solo por ofrecerles un sitio donde descansar, dormir o desayunar, sino incluso proporcionar medicinas a quienes se las habían olvidado, por las prisas, en el pueblo.
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Pero tampoco podían ocultar su preocupación por lo que estuviera pasando en el pueblo, al que deseaban volver cuanto antes para ver el estado de sus viviendas o animales, ya que desde el jueves han muerto ovejas o caballos o se han quemado panales.
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Del operativo se encargaron voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja, agentes de la Policía Local y trabajadores municipales, encabezados por la propia alcaldesa, Raquel Medina, al frente del mismo.
A todos ellos agradecía su implicación el alcalde de Romangordo, Evaristo Blázquez, presente en el pabellón para acompañar a sus vecinos. «La gente está muy contenta, les tratan muy bien».
Y al igual que sus paisanos, tampoco entiende lo que ha ocurrido. «Ni yo ni nadie, afirma. Fue cosa de 20 minutos o así. El fuego estaba en Miravete y de allí se puso en la autovía. Hacía mucho aire y corría como las libres. Yo incluso estaba a autovía y tuve que salir corriendo porque en un momento se pasó a la zona de Romangordo».
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Las llamas, por fortuna, no han afectado al casco urbano, aunque sí cree en habrán sufrido daños las fincas próximas a la autovía o parte de la dehesa boyal.
Para terminar, el alcalde de Romangordo se muestra especialmente contento por cómo se desarrolló el desalojo de la residencia de mayores 'Pablo Naranjo', que hicieron posible una hilera de ambulancia que trasladaron a sus ocupantes a centros de Cáceres y Villanueva de la Serena.
«Pondría un diez a los trabajadores por cómo se han portado. También me gustaría agradecer el apoyo a la consejera Begoña García Bernal, que no se fue hasta que el último residente subió a la ambulancia».
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