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Cinco años después | Episodio 3

La explosión de la música en vivo tras el encierro

Si hay una forma de ocio que ha salido beneficiada tras la pandemia esa es la de las giras y los macrofestivales, con cifras récord de facturación. Al otro lado se encuentran las salas de cine, incapaces por el momento de llegar a los números prepandémicos

Iker Cortés

Madrid

Viernes, 14 de marzo 2025, 00:26

En 2020 este diario publicó una serie documental que reflexionaba sobre las posibles consecuencias de la pandemia en la sociedad venidera. Cinco años después del covid, repasamos algunas de aquellas grandes cuestiones.

Hace cinco años el planeta se paralizaba. La covid-19, un coronavirus de procedencia asiática, se expandía por todos los rincones del mundo y para los ciudadanos españoles comenzaba un largo confinamiento lleno de incertidumbres, miedo y hastío. En esta tesitura surgían todo tipo de preguntas: ¿cómo iba a gestionar el ser humano su tiempo libre a partir de ahora? ¿Qué pasaría con los cines, los teatros, las discotecas, los conciertos? ¿Cambiaría el ocio para siempre?

«Fue un momento muy duro, de mucha incertidumbre, sobre todo porque no se sabía hasta cuándo iba a durar la situación de cierre», explica Luis Gil, director general de la Federación de Cines de España (Fece), que agrupa a más del 80% de empresarios del sector. Privados de girar, músicos como Mikel Izal se lanzaban a regrabar antiguas canciones en casa para regalárselas a sus fans a través de YouTube, otros como Amaral o Coque Maya participaban en festivales virtuales como el #YoMeQuedoEnCasaFestival.

Al mismo tiempo, plataformas de 'streaming' como Netflix, Disney+ o HBO Max hacían su agosto -tuvieron que reducir la calidad de sus emisiones para minimizar el estrés de los servidores y facilitar el teletrabajo-, las distribuidoras ponían en jaque a las salas de cine, y el videojuego vivió un consumo desaforado. Solo en España, la facturación en el sector creció un 18% entre 2019 y 2020 hasta los 1.747 millones de euros.

La música en vivo

Pero la alarma sanitaria pasó a mejor vida y el mundo acabó recuperando su vieja normalidad. Vaticinaba Mikel Izal que los primeros conciertos iban a ser «salvajes» y, a juzgar por los informes que año a año elabora la Asociación de Promotores Musicales, la mayoritaria del sector, así fue. Antes de la pandemia, la progresión ya era fantástica, con crecimientos en facturación por encima del 14% desde 2015, y picos de hasta el 24%, como ocurrió en 2018 cuando la música en vivo facturó más de 333 millones de euros gracias a los macrofestivales y las grandes giras. El año previo a la crisis sanitaria el montante ascendió por encima de los 382 millones, para caer casi un 64% hasta los 138 millones en plena pandemia. ¿La razón? Debido a las restricciones se había pasado de 91.106 conciertos en 2019 a 11.851 en 2020.

En 2020

El frenazo de la música en vivo fue demoledor. En 2019, había facturado 382 millones de euros. Era su récord histórico. En 2020, cayó un 64%, hasta los 138 millones de euros. De 91.106 conciertos en 2019 se había pasado a 11.851 recitales en 2020

Ahora

2022 confirmó la aplastante recuperación del sector al facturar más de 459 millones de euros, un 20% más que en 2019. «Fue una respuesta al confinamiento», explica Jordi Oliva Codina, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC

Tras un 2021 aún renqueante debido a las múltiples limitaciones, 2022 confirmó de forma aplastante la recuperación del sector, con una facturación de más de 459 millones de euros, esto es el 20% más que el año previo a la crisis sanitaria. «Hemos salido de la crisis y es nuestro año récord según el histórico que tenemos», apuntaba entonces con razón Albert Salmerón, presidente de la asociación, que aseguraba que las cifras simbolizaban «la recuperación de la sociedad».

Unos números que ascendieron en 2023 hasta los casi 579 millones de euros. «Sí, creo que fue una respuesta al hecho del confinamiento y de las restricciones, pero también seguía la tendencia de 2019. Es cierto que salimos de una situación compleja y entre los ciudadanos había esa conciencia de recuperar y de aprovechar el tiempo, pero creo que en estos momentos eso se habría matizado bastante porque la normalidad ya se ha establecido», explica Jordi Oliva Codina, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC.

Algo más cauta se muestra la antropóloga Mercedes Fernández-Martorell, que cree que los meses de confinamiento y restricciones «pudieron influir» en esta eclosión, pero «yo lo veo más como una especie de ritual de cooperación y de alianza entre la población. Estamos en sociedades que están modificándose en profundidad estructuralmente, la población lo sabe y practica estos encuentros muy felices y muy masivos de cohesión. Es una pasión y un ánimo por sentirse unido y decir: este es mi grupo», explica.

Las plataformas y las salas de cine

Mucho más difícil lo están teniendo las salas de cine, que cerraron un 2019 fantástico con 105,5 millones de espectadores y un total de 624,1 millones de euros de recaudación. Era su mejor cifra desde 2009. «Fue un frenazo en seco a una escena de crecimiento muy positiva que, de repente, se apagó», lamenta Luis Gil, director general de Fece.

Las plataformas y distribuidoras tampoco ayudaron. De un día para otro, Warner anunció de forma categórica que iba a simultanear los estrenos en cine y plataformas, mientras Disney optaba por sacar las películas de Pixar directamente en 'streaming', como si las ventanas de explotación, desde el cine hasta las televisiones en abierto, por las que hasta ahora se regía la industria del cine fueran cosa del pasado. «En una situación como la que vivimos, las miradas se volvieron cortoplacistas», reflexiona Gil, que cree que muchos de aquellos mensajes se lanzaron para dar tranquilidad a los inversores.

Lo cierto es que buena parte de las plataformas estaba dando sus primeros pasos y necesitaban atraer suscriptores, al tiempo que trataban de dar salida a las películas para que iniciaran su periodo de explotación cuanto antes. «La pandemia aceleró el aterrizaje de las plataformas y las distribuidoras nos usaron a los cines como un laboratorio en el que ver cuál podría ser el futuro de la explotación de las películas: si solo en plataforma, haciendo un estreno simultáneo, reduciendo las ventanas de explotación, continuar con el modelo tradicional...». Aquello, dice Gil, confundió al espectador y generó una desafección con la gran pantalla.

En 2020

Plataformas como Netflix, Prime Video o HBO hicieron su agosto y compañías como Warner anunciaron que las grandes producciones se estrenarían simultáneamente en ‘streaming’ y cines, mientras las salas de cine languidecían.

Ahora

«Las miradas se volvieron cortoplacistas. Las distribuidoras nos usaron a los cines como un laboratorio», asegura Luis Gil, director general de Fece. Pero el ‘streaming’ no es tan robusto como parece: Disney+ cerró 2024 con 700.000 usuarios menos.

Con el tiempo, esos «mantras» que vaticinaban el final de las salas se vieron falsos porque al final «las películas no pueden evitar su explotación en salas porque eso las enriquece, les da sentido y su razón de ser, también desde la parte económica, al sacarles más rendimiento». Es más, el periodo de tiempo posterior a la pandemia ha demostrado que los servicios de 'streaming' no eran negocios tan robustos. Los precios de las suscripciones no han dejado de subir y plataformas como Disney+ cerraron 2024 con 700.000 usuarios menos -la huelga de guionistas y actores tampoco ayudó-, al tiempo que otras como Max o Apple TV+ establecían alianzas con otros servicios como Movistar Plus+.

En el otro lado, tres años llevaba creciendo la asistencia a los cines desde la pandemia, pero en 2024 el número de espectadores bajó por vez primera hasta los 73 millones de espectadores. «En España el mercado es muy dependiente del norteamericano, así que cualquier situación de crisis allí, tiene un efecto cascada», comenta Gil.

Los videojuegos

Un caso muy singular es el de los videojuegos. Su consumo vivió una explosión durante el confinamiento, alcanzando en 2020 solo en España una facturación de un 18% más con respecto a 2019, hasta los 1.747 millones de euros. La desaparición de las restricciones, sin embargo, no ha hecho que el mercado se tambalee, pues ha seguido creciendo todos estos años, aunque sea a un ritmo menor, hasta alcanzar en 2023, los 2.239 millones de euros.

En 2020

El consumo de videojuegos vivió una explosión durante el confinamiento, alcanzando en 2020 solo en España una facturación de un 18% más con respecto a 2019, hasta los 1.747 millones de euros.

Ahora

La desaparición de las restricciones, sin embargo, no ha hecho que el mercado se tambalee, pues ha seguido creciendo todos estos años, aunque sea a un ritmo menor, hasta alcanzar en 2023, los 2.239 millones de euros.

Hubo quien pronosticó un retroceso tras el fin de la crisis sanitaria, pero las cifras lo desmienten. Sin ir más lejos, Steam, la plataforma online de videojuegos de Valve, la más popular entre los jugadores en PC, marcaba este pasado domingo su récord de jugadores simultáneos, con más de 40 millones de usuarios. «Ahora mismo estamos recogiendo lo que habíamos ido cosechando. Es decir, la brecha digital se reduce, se está ampliando el espectro de edades a las que llegan los videojuegos y cada vez forman más parte de nuestro ocio, y más teniéndolo tan fácil con el móvil. ¿Quién no quiere jugar? Y la tendencia es ir a más», apunta María García Pérez, doctora del Departamento de Teoría de la Educación y Pedagogía Social de la Facultad de Educación de la UNED.

En 2020

Así lo contamos hace cinco años:

Este fue el tercer episodio de la serie documental '¿Y después qué?' publicada por este diario en 2020 que reflexionaba sobre las posibles consecuencias de la pandemia en la sociedad venidera.

Entonces, la pandemia aceleró un modo de entretenimiento más individualizado que nunca. Nuevas propuestas de consumo para la soledad del hogar. Para el aislamiento. Una experiencia marcada por el distanciamiento que entonces parecía haber llegado para quedarse. Nos preguntábamos: ¿Cambiará el entretenimiento tal y como lo hemos conocido? ¿Influirán las nuevas tendencias en la gestión del ocio? ¿Nos recluiremos más?

Mañana, un nuevo episodio

Empleo. El trabajo era el escenario donde en apenas unos meses tras la pandemia se preveía que empezaran a representarse algunos de los grandes cambios sociales que entonces estaban por venir. ¿Se consolidará el teletrabajo? ¿Surgirán nuevos empleos? ¿Aumentará la precarización?

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