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europa press
Jueves, 18 de agosto 2022, 14:05
El Centro de Neurología Avanzada (CNA) ha alertado de que más del cinco por ciento de las lesiones medulares se producen por zambullidas imprudentes durante los meses del verano. El neurocirujano del CNA, Andrés Muñoz, ha asegurado que cada año, principalmente los meses de julio y agosto, los neurocirujanos se enfrentan a lesiones medulares secundarias por zambullidas, que se presentan «con terribles repercusiones para la salud, además de un alto coste social y familiar debido a la gravedad de las lesiones neurológicas en las que pueden derivar«.
Se trata de la tercera causa de lesión medular traumática cuya presentación clínica más frecuente es una lesión medular cervical completa y afecta principalmente a varones jóvenes, ha indicado el experto. Según Muñoz, se estima que en España la incidencia anual de traumatismos raquimedulares es de 30 casos por millón de habitantes. Las zambullidas imprudentes en agua poco profundas son la causa del 5 por ciento de lesiones medulares registradas. «Zambullidas en piscinas, en pantanos, en el mar o tirándose desde un acantilado siguen costando vidas y causando lesiones irreparables cada verano», ha dicho.
Tirarse desde zonas muy altas, calcular mal la profundidad o, simplemente no hacer caso de la prohibición de lanzarse, puede tener consecuencias graves. En el mar, la cercanía de las rocas y la poca profundidad en situaciones de marea baja multiplican el riesgo, sin embargo, la emoción del salto termina imponiéndose. «No debemos olvidar las lesiones que pueden sufrir los surfistas cuando se dejan caer de la tabla», ha subrayado el meurocirujano.
Igualmente, ha indicado Muñoz que entre el 80 por ciento y el 90 por ciento de los lesionados medulares por zambullidas tiene entre 15 y 25 años, y cuatro de cada cinco son varones. La gran mayoría de los pacientes que son trasladados con lesiones de este tipo a los servicios de urgencias hospitalarios ya se presentan con un daño neurológico irreversible. «La lesión suele ser grave», ha indicado el neurocirujano, «porque afecta a las vértebras cervicales, las situadas en la porción más alta de la columna vertebral».
El mecanismo lesional es generalmente la consecuencia de un fuerte impacto en lo que comúnmente conocemos como «la coronilla», provocándose una flexión forzada del cuello hacia delante que comprime la columna a la altura de la quinta o sexta vértebra cervical. La fractura o estallido de la vértebra puede provocar una compresión o sección del cordón medular que se aloja en el interior de la columna.
El daño neurológico derivado de este tipo de traumatismos, al afectarse la médula cervical, suele caracterizarse por un déficit de fuerza o sensibilidad en las cuatro extremidades. Si la lesión medular es completa, tipo de lesión más frecuente, puede conducir a un estado de tetraplejia que puede ir acompañada, en caso de lesiones medulares altas, de insuficiencia respiratoria por parálisis de la musculatura torácica implicada en los mecanismos fisiológicos de la respiración.
Es importante conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar, antes de lanzarse al agua y aconseja que el bañista ha de zambullirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, de forma que se protegen el cuello y la cabeza. En el caso de que el agua esté turbia y haya poca visibilidad es conveniente inspeccionar la zona para comprobar su profundidad y que no haya elementos sumergidos como rocas, árboles u otros objetos contra los que se puede impactar.
El nerurocirujano del CNA ha asegurado que es conviene recordar que «en caso de que se produzca un accidente y ante la necesidad de manipulación de la víctima, es primordial la inmovilización del cuello para evitar movimientos de la columna que pudieran agravar las lesiones neurológicas, así como avisar a un profesional para que efectúe el traslado». Importante también según Muñoz, el «no trasladar a los centros sanitarios a víctimas de zambullidas que pudieran tener lesionada la columna vertebral en un vehículo utilitario dado que igualmente se podría producir un agravamiento de las lesiones».
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