Ocho trucos de interiorista para tener un salón de revista sin gastar una fortuna

«Lo primero que debemos preguntarnos antes de empezar a colocar muebles o elegir colores es qué vamos a hacer en el salón», propone la interiorista Cristina Larrumbe. Porque no es lo mismo que se utilice para comer y ver la tele, que como zona de teletrabajo o únicamente como lugar de descanso. «Una vez definido su uso, elegiremos el elemento en torno al que queremos que todo gire, ya sea la zona de sofá y la mesa de centro, la chimenea o la televisión, por ejemplo», aconseja la autora de '101 trucos para decorar' (Ed. Lunwerg). El siguiente paso es tener en cuenta el tamaño y forma del salón para aprovechar al máximo todo el espacio, pero sin sobrecargar la estancia ni que tampoco quede desangelada. «Lo ideal es que las zonas de paso cuenten con al menos un metro de ancho, mientras que la distancia entre los muebles debe ser de 40 centímetros entre el sofá y la mesa de centro y 15 entre el sofá y las mesitas auxiliares», añade.

«¡No deben pasar desapercibidas porque pueden cambiar por completo el aspecto del salón!», insiste la interiorista. Si queremos dar un toque moderno a las paredes, Larrumbe propone convertirlas en un lienzo en blanco y vaciarlas de toda decoración. «Para que no queden anodinas, se pueden colocar molduras y así se verán más sofisticadas. Además, si la idea es que las zonas de almacenamiento queden ocultas, se puede hacer que los armarios se camuflen con la pared. Ahora bien, si lo que buscamos es convertir la pared en el foco de atención, colocar un cuadro llamativo le dará al salón un aire mucho más contemporáneo».

Cuando entras a una estancia como el salón, «lo primero que percibes es el color del conjunto, así que nuestro principal objetivo será conseguir una armonía cromática entre todos los elementos», recuerda la experta. La recomendación de los interioristas suele ser pintar las paredes y techos en un tono neutro para unificar y dar continuidad a las estancia. «La insistencia con la neutralidad no es casual. Contar con un punto de partida algo más básico nos permite dar rienda suelta a nuestro estilo en otras partes de la decoración sin riesgo de caer en combinaciones extrañas. Por ejemplo, podemos añadir color en detalles como las pantallas de las lámparas o en piezas más grandes como un sillón o incluso un mueble. Eso sí, procura que el color de las paredes y el mobiliario no compita entre sí. El fallo más común es tomar decisiones sin tener en cuenta que el color del muestrario quedará diferente en nuestra pared. En concreto, más oscuro. Lo ideal es elegir un tono menos».

Es una de las claves para conseguir ese ambiente acogedor que tanto anhelamos. Además de la luz natural, que depende básicamente de la orientación y altura de la casa así como del tamaño de las ventanas, también se puede jugar con la artificial. «La idea es iluminar el salón con una luz general cálida, preferiblmente desde el techo, y complementarla con lámparas de apoyo tanto de pie como de mesa. Se pueden colocar donde consideremos que la luz cenital no es suficiente o deja puntos ciegos», propone Larrumbe.

Esta pieza resulta «clave para la organización y estilo» del salón. «El sofá se debe colocar de manera estratégica y nunca de espaldas a la entrada porque reduce visualmente el espacio. Y siempre será mejor tener uno grande que dos pequeños», recomienda la interiorista. El estilo de esta pieza tan importante también va a determinar «la percepción del tamaño de la sala. Un mueble de líneas rectas hará que el espacio se vea más sencillo y fluido, mientras que un sofá con una silueta más elaborada sobrecargará el salón si no es muy amplio».

Para Cristina Larrumbe, la televisión no debería condicionar la organización de la estancia, de ahí que su recomendación sea jugar con la orientación. «Que la pantalla gire en distintas direcciones es una buena manera de aprovechar el espacio. Otra opción es colocarla sin tener que esconderla, pero evitando que sea la protagonista». Un tip para que el salón parezca más amplio y proporcionado es que el mueble más grande ocupe la pared más extensa. «Como norma general, si lo que queremos es ahorrar espacio el mobiliario debería ir lo más arrimado posible a las paredes».

La autora de '101 trucos para decorar' es una gran defensora de la mesa de centro. «A menudo se deja para el final de la decoración cuando realmente puede marcar la diferencia. Además de su utilidad para dejar una taza de café o poner el mando de la tele, esta pieza también funciona muy bien como foco decorativo. Eso sí, siempre es mejor colocar dos piezas grandes que combinen que muchas pequeñas y aleatorias».

Cortinas, cojines y alfombras visten mucho, «dales la importancia que se merecen». Al ser elementos pequeños, «no es necesario que sean de colores tan neutros, ya que el riesgo de acaparen la atención o molesten a la vista es menor. En cualquier caso, es aconsejable que seleccionemos un tono y material predominante y otros secundarios para crear contraste», señala la interiorista. Un último truco: «Si quieres un sofá de película, pon un cojín más que el número de plazas. Y si el salón te resulta desangelado, una alfombra grande siempre lo arreglará y aportará estilo».