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Andrew McAfee Referente internacional en economía del MIT «La inteligencia artificial creará empleos para gente especialmente talentosa»

Este economista del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) analiza cómo las tecnologías están cambiando nuestro mundo. Es toda una referencia internacional. Con motivo del foro NextSpain Talento y Empleabilidad, que tendrá lugar el 28 de marzo en Toledo, hablamos con él.

Viernes, 24 de Marzo 2023

Tiempo de lectura: 5 min

Pregunta. ChatGPT es la aplicación con el crecimiento más rápido que haya visto jamás la humanidad.

Respuesta. Estas cosas pasan de ser magia a convertirse en lo más normal del mundo. Ahora estamos viviendo la fase de «oh, Dios mío», pero dentro de cinco años nos parecerá algo rutinario.

P. Pero ¿entiende la inquietud que genera la IA?

R. Si en vez de denominarla 'inteligencia artificial' se hubiese elegido algo más aburrido tipo 'análisis simbólico', término bastante apropiado, hoy esa gente no lo viviría con tanta preocupación. Una IA omnipotente está muy abajo en la lista de cosas que deberían preocuparnos.

«Perder el trabajo es terrible. ¿Pero sabe qué es peor? Una sociedad que no permita despidos, donde no sean posibles las adaptaciones»

P. ¿Y qué pasa con los puestos de trabajo que tradicionalmente ocupaba la clase media? La IA sí es una amenaza para ellos.

R. Yo hablaría de disrupción. ¿Que ChatGPT es una noticia malísima para Google y podrían peligrar muchos empleos? Ya veremos. Es posible. También es posible que la versión futura de ChatGPT ponga patas arriba sectores como el de los programadores o los redactores de contenidos. Pero hasta ahora la tecnología siempre ha creado más empleos de los que ha destruido.

P. ¿Dónde se crearán esos empleos?

R. Ni idea. Pero van a hacer falta montañas de ingenieros de prompts, que son las personas que alimentan a la IA con las instrucciones que necesita para devolver respuestas razonables.

P. ¿Y qué perfiles van a desaparecer?

R. La tecnología para transformar palabras en imágenes ya es muy buena. Seguramente les cueste el puesto a algunos ilustradores. Pero a lo mejor hace que surjan nuevos empleos para los especialmente talentosos...

P. ¿Así que no hay que impedir el previsible terremoto que se va a producir en el entorno laboral?

R. Antes había personas que se encargaban de realizar cálculos a mano para empresas de seguros. ¿Le aconsejaría a un Gobierno no sustituirlas por máquinas para proteger sus empleos? No, sería una locura económica. Igual de locura sería regular la IA para impedir perturbaciones en el mercado laboral.

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P. Se imaginará cómo les suena eso a los trabajadores de a pie…

R. La política tiene que permitir el cambio tecnológico, por doloroso que sea. No se puede detener el progreso. Mejor garanticemos que las familias no sufran por la destrucción de empleos, en vez de intentar salvar trabajos que se han quedado desfasados.

P. ¿Cree que los políticos pueden permitirse ese enfoque?

R. Le responderé con otra pregunta: ¿a los trabajadores europeos les va hoy mejor que hace 20, 30 o 40 años? Asumo que sí, aunque durante ese tiempo hemos visto enormes cambios estructurales.

P. En términos económicos, puede ser cierto. Pero desde una perspectiva individual…

R. Ahí quizá ya no lo sea. Perder el trabajo es algo terrible. ¿Pero sabe qué es peor? Una sociedad que no permita despidos, que ya no permita adaptaciones. Eso es un descenso lento a la pobreza.

P. Cuando dice «se perderán empleos, pero se crearán más», ¿no lo está pintando muy fácil?

R. Lógicamente, hay que tener en cuenta a quién afecta. Salta a la vista que en Estados Unidos hay zonas en las que el cambio estructural no ha tenido éxito. La prosperidad en conjunto crecerá y surgirán nuevas oportunidades, pero siempre que las personas estén dispuestas a aprovecharlas. Por ejemplo, yendo a otra ciudad.

«¿El ChatGPT será un sustituto de los programadores o solo su próxima herramienta? Lo segundo, diría yo. Siempre y cuando no dejen de aprender y de formarse»

P. Ya, pero la gente tiene una casa, un crédito, niños en el colegio... ¿La gente con estudios superiores y los trabajadores especializados deberán reciclarse como tuvieron que hacer los mineros del carbón?

R. Sí, sin duda. Podría ser por culpa de ChatGPT o de tecnologías que todavía no conocemos. Pero ¿el ChatGPT será un sustituto de los programadores o solo su próxima herramienta? Lo segundo, diría yo. Siempre y cuando no dejen de aprender y formarse.

P. ¿Es el momento del talento? ¿Ya no existe el derecho a la mediocridad?

R. Seguirán surgiendo trabajos que no consistan en dar vueltas todo el tiempo como un hámster. Pero los que reclamen su derecho a aburrirse tendrán que aceptar un sueldo más bajo, ese sería el trato. Conozco gente que trabaja en la banca de inversión o en grandes despachos de abogados y que se quejan de los horarios que tienen, de las exigencias irracionales a las que están sometidos. Obviamente, también tienen unos sueldos absurdamente altos. ¿Habría que intervenir ahí? Yo creo que no. Todos ellos son personas extraordinariamente bien formadas, pueden emplear sus habilidades en otro sitio si quieren… o si una inteligencia artificial les quita el puesto.

P. ¿Es la supervivencia del más apto, del más talentoso?

R. No sé qué hay de malo en decir: estas son las exigencias de este trabajo, si quieres lo haces y si no... pues nada. Debemos atender a los vulnerables. Pero abogados, banqueros o médicos no se encuentran en lo más alto de esa lista. En esta revolución a la que nos enfrentamos, estamos hablando de personas que saben ayudarse a sí mismas. Es una diferencia importante.

«Una revolución tan radical como la de la IA no se puede centralizar»

P. Refleja gran confianza en el mercado, pero este a menudo genera efectos indeseados.

R. En temas como la salud, la seguridad y el medioambiente, tenemos que evitar desviaciones negativas. En el resto, basta con responder con rapidez. Cuando salieron los móviles con cámara, algunos se dedicaban a hacerles fotos a las mujeres por debajo de la falda en el metro. Pero a nadie se le ocurrió prohibir las cámaras. Lo que se hizo fue convertir esa práctica en delito.

P. ¿Teme que China llegue a adelantar a Occidente?

R. Una revolución tan radical como la de la IA no se puede centralizar. Tiene lugar en pequeños laboratorios y garajes, en universidades o en empresas. Necesita estudiantes, inversores, talento. Si quisiera gestionar ese sistema, lo último que haría sería centralizarlo. Y eso es justo lo que está haciendo Pekín.

P. ¿Dónde queda Europa?

R. La competición es entre China y Estados Unidos. No entiendo por qué Europa no tiene un papel más relevante en esta carrera. Tiene la gente, el dinero, universidades punteras… pero no genera avances tecnológicos.

P. Muchos creen que falta capital riesgo para las start-ups.

R. Conozco a unos cuantos inversores. Y créame, no tienen nada contra Europa, pero van donde pueden ganar dinero. Y no parece que crean que Europa les vaya a ofrecer el mismo retorno de capital que California. Me temo que los europeos van a tener que seguir boxeando por debajo de su verdadero peso.


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