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«Más que involucrarnos en política, creamos el clima para el cambio»

Pet Shop Boys | Entrevista

«Más que involucrarnos en política, creamos el clima para el cambio»

¿Quién no ha bailado You are always on my mind? Neil Tennant y Chris Lowe forman una de las bandas más influyentes de los últimos cuarenta años. A punto de lanzar su nuevo disco, los visitamos en Londres para hablar no solo de música: Sexo, guerra, sida, religión, dinero, narcisismo... en todo se mojan.

Viernes, 19 de Abril 2024

Tiempo de lectura: 9 min

En unos días, Pet Shop Boys lanza su nuevo álbum: Nonetheless, término que significa 'sin embargo', 'no obstante'. Sus canciones, escritas durante la pandemia, esconden unas letras reflexivas vestidas con la música bailable que es sello de la casa. Este año se cumple el cuadragésimo aniversario del lanzamiento del primer éxito de este dúo británico, West end girls. En este tiempo han vendido más de 50 millones de discos y siguen colgando el cartel de «entradas agotadas» allá donde tocan. Además, Neil –su cantante y rostro más reconocible– cumple 70 años en julio. Chris –teclista del dúo– cumplirá 65 en otoño. Un momento perfecto para echar la vista atrás y repasar su biografía. La pareja recibe a XLSemanal en la sede londinense de Warner Music, rodeados de guitarras Fender y Gibson, micrófonos, teclados…

XLSemanal. Creo que no les gusta mirar atrás.

Chris Lowe. ¡Pero toca hacerlo!

Neil Tennant. Y si lo crees apropiado, ¡adelante! [Ríen].

XL. Han pasado 40 años de West end girls, su primer éxito.

N.T. ¿Ya 40? ¡Impresionante! Escribimos canciones porque es lo que nos gusta hacer; mucho más que el resto de las cosas que ocurren cuando se publica el disco.

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Chris Lowe (siempre con gorra) y Neil Tennant en 1984, Más arriba, abriendo esta entrevista, el dúo en la actualidad.

XL. La promoción, la gira…

N.T. Los primeros años no íbamos de gira. Pasábamos la mayor parte del tiempo escribiendo y promocionando cada álbum. Siempre hemos dedicado mucho tiempo a escribir.

XL. Este disco surgió en el confinamiento.

N.T. ¡Una gran diferencia! Estábamos en habitaciones separadas, en ciudades distintas. Pero tiene un sonido muy fresco.

XL. Y feliz, pese a todo. Aunque con unas letras profundas.

C.L. Un ejemplo de eso es la canción Loneliness. La música es animada, casi eufórica. Pero la letra va en otra dirección, habla de la soledad.

N.T. Es esa cosa triste-alegre que hacemos los Pet Shop Boys.

XL. Gesundheit to Europa!, canta en otra canción: 'salud para Europa'.

N.T. Llevo dos años y medio aprendiendo alemán con Duolingo. ¡Y solo tengo claro que es imposible aprenderlo! [Ríe]. En esa canción nos fijamos en la música 'schlager', un estilo muy alegre que surgió en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, cuando nadie quería mirar atrás.

«Lo más difícil del pop es entretener a la gente, pero ahora con el 'streaming' o eres Beyoncé o el dinero se lo queda la discográfica»

XL. «Salud para Europa –sigue la letra–... y esperemos que dure».

N.T. ¡Que dure mucho!

C.L. Yo creo que Europa está amenazada. Rusia es una amenaza. Y se oyen voces en Francia, Holanda, Alemania... de gente que se quiere ir.

N.T. Creo que no valoramos suficientemente la unidad de Europa, precisamente en un momento en que tendríamos que estar reforzándola. Aunque no creo que Rusia sea una amenaza. ¿Tú sí?

C.L. ¡Desde luego! En algunas partes de Europa lo es.

N.T. Lo preocupante es que acabemos envueltos en una guerra mayor.

XL. ¿Lo ve cercano?

N.T. No hay ninguna razón para ello, ninguna.

C.L. Es una locura. Pero si tienes a un loco al frente de un país…

XL. Tocaron en la Plaza Roja de Moscú. ¿Sería posible ahora?

C.L. No, lamentablemente. Nos encanta Rusia.

N.T. Tocamos en 2005. Era parte de Live 8 (una serie de conciertos benéficos). Y Putin lo permitió. Es triste pensarlo ahora. Empezamos incluso alguna gira en San Petersburgo. Entonces, Rusia era parte de nuestra agenda de conciertos, algo hoy ya imposible.

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Cambio de escena. Chris Lowe y Neil Tennant han visto cambiar la industria de la música, como pocos, desde la primera línea. «Ahora tocamos en sitios más grandes, vendemos las entradas más rápido que nunca. ¿Jubilarnos? –dice Neil–. Creo que, cuando llegue ese día, simplemente nos alejaremos de un modo discreto». | Getty Images.

XL. ¿Cambiará la situación?

N.T. No sé cuál es el camino de vuelta, pero Rusia se está alejando del resto del mundo.

C.L. Y aliando con otros regímenes...

N.T. Corea del Norte, Irán y China.

C.L. Bueno, China ahora pide recuperar parte del territorio ruso.

N.T. La frontera entre la Unión Soviética y China ha sido zona de conflicto durante décadas.

XL. También actuaron en la plaza de Tiananmén.

C.L. Tiananmén, Tiananmén… Allí nunca hubo una masacre, ¿verdad?

N.T. No ocurrió nada, ¿a que no? Es lo bueno de ser un dictador, que puedes borrar algunas cosas.

XL. ¿Sienten que deben pronunciarse por ciertas causas?

N.T. Nadie lo hace ahora mismo. No a través de la música. Hay alguna canción política de éxito, pero son pocas. Lo que sí se nos da bien a las estrellas de pop es cambiar las opiniones de la gente, sus ideas, a través de nuestras propias vidas. Más que involucrarnos en política, creo que creamos el clima para el cambio. Como las películas, la moda o la publicidad. Tras el movimiento de #blacklivesmatter hubo mucha más gente de color –como se dice ahora– en la portada de Vogue.

XL. La cultura transforma.

N.T. Antes te hablaba de Duolingo. Allí aparecen muchas parejas gais o se habla del marido de un hombre. Y eso va calando en la mentalidad de la gente.

XL. ¿Creen que hay peligro de retroceder en este sentido?

N.T. Hay gente que quiere hacer retroceder las agujas del reloj. Vivimos unos tiempos potencialmente reaccionarios, pero no creo que tengan éxito. Que haya gobiernos reaccionarios levantándose contra la liberación gay o el #blacklivesmatter es señal del éxito de esos movimientos.

XL. En una canción del disco se mete en la mente de un guardaespaldas de Trump.

N.T. Leí que la CIA no estaba muy contenta con Trump. A menudo, para escribir, imagino lo que piensa otra persona. Y me imaginé a su guardaespaldas, que quizá lo odiaba, pero que se interpondría entre él y una bala si tuviera que hacerlo. Es su trabajo.

XL. Ha dicho que los laboristas británicos no son lo bastante de izquierdas.

N.T. Creo que ganarán las próximas elecciones. Aunque ya gobernaron y fue un desastre. Las próximas elecciones se decidirán por cosas como la solvencia o la confianza; no son cuestiones muy políticas, pero es lo que quiere la gente.

XL. ¿Son ustedes religiosos?

N.T. Crecí en un ambiente que lo era, pero creo que la religión es un problema para el mundo. Desde la perspectiva de una persona gay, su impacto es absolutamente negativo. La Iglesia de Inglaterra, en cierto sentido bastante liberal, se avergüenza del matrimonio homosexual. El Papa da un paso adelante y dos atrás. Y la relación entre el islam y la homosexualidad es muy complicada…

C.L. Alguna religión será buena, ¿no?

N.T. ¿Tú crees? Lo que sí me hace disfrutar es la música religiosa. La artista que más escuché el año pasado fue Hildegard von Bingen, una monja y mística del siglo XIV.

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| Getty Images.

XL. En el disco le dedican una canción a Nuréyev, el bailarín nacido en la Unión Soviética.

N.T. Chris tenía una canción que sonaba como la Madonna de los inicios. E instintivamente escribí el nombre 'Dancing star'. Había visto un documental sobre Nuréyev, que es un personaje interesantísimo. Nace en un tren en Siberia, llega a ser una gran estrella y muere de sida viviendo ya en la Costa Amalfitana, en Italia. ¡Un largo camino!

XL. Ustedes vivieron los años más duros del sida.

N.T. Ahora ha vuelto a hablarse del tema por una serie de televisión. Y, de algún modo, es como si la población heterosexual estuviese dándose cuenta de lo que significó todo aquello. Fue el periodo en que emergimos como los Pet Shop Boys, y esa es una realidad siempre estuvo muy presente.

XL. Usted, Neil, 'salió del armario' en 1994.

N.T. Sí, en una entrevista para una revista gay. Pensé que era hora de hacerlo: me avergonzaba no decirlo. A la vez sigo pensando que definirte por tu sexualidad es un poco reduccionista. Somos mucho más que eso. Dinero, intereses, opiniones… Es una época extraña esta. La humanidad se define en términos de su sexualidad, y no por su personalidad o sus logros. Tampoco me gustan estos tiempos victimistas.

C.L. También podemos definirnos como británicos o españoles. O buenos o malos. Es algo muy binario.

N.T. Yo creo en algo más libre que este sistema binario. Ya sabes, buscamos una nueva bohemia. Podemos follar con ambos sexos.

XL. Una de sus nuevas canciones se titula así: A new bohemia. ¿Necesitamos una?

N.T. Siempre es buena idea.

C.L. ¡Me encantaría encontrar una! [Ríe]. ¿Sabes dónde hay una? Siempre se me escapa...

N.T. Nos iría bien relajarnos un poco, en cualquier caso.

XL. A menudo se pensaba que ustedes dos eran pareja.

C.L. ¿Sí? Bueno, un antiguo mánager lo creía.

N.T. Nuestro primer mánager quería echar a Chris del grupo. Pensaba que solo estaba ahí porque era mi novio [ríen].

XL. Les gusta ir al club Berghain, en Berlín, la catedral de la electrónica underground.

N.T. Bueno, eso decimos. Pero hace años que no vamos. No hemos vuelto desde la pandemia.

C.L. Acaban de declarar Patrimonio Cultural de la Humanidad a la escena tecno de Berlín. ¡Es patético! ¿Quién quiere ser reconocido por la ONU?

XL. El Berghain es conocido porque no permite el uso de teléfonos móviles. 

C.L. Me encanta. Nos estamos volviendo locos. El otro día vi en la calle a unas chicas que llevaban el maquillaje y demás como si tuviesen los filtros de una foto de Instagram.

XL. Vivimos una era muy narcisista.

C.L. Antes eso lo hacían las estrellas pop. Ahora lo hace todo el mundo. El otro día en el metro había una mujer editando una foto suya y era increíble. 

XL. En una vieja entrevista, Neil dijo: «Esto es música pop. No es algo muy importante, pero está aquí para entretenerte. Y eso sí que es importante».

N.T. Y lo sigo pensando. Es lo más difícil del pop: entretener a la gente. Cuando Kylie (Minogue) y sus compositores dan con algo como Padam Padam no se pueden creer la suerte que tienen.

XL. ¿Cómo saben que tienen un temazo entre manos?

N.T. A veces no lo sabes y te sorprende. Otras crees que va a ser un gran éxito y no ocurre. Pensábamos que nuestra canción Domino dancing era un número 1 evidente y se quedó en el 7. Pero hoy, en las giras, todo el mundo la canta.

C.L. Bueno ahora ha cambiado mucho lo de las listas de éxitos. Ya no se llega al número 1.

N.T. Claro que sí. Solo tienes que encontrar la lista adecuada [ríen].

«Vivimos una época extraña y victimista... la humanidad se define en términos de su sexualidad, y no por su personalidad o sus logros»

XL. ¿Cómo ha cambiado la digitalización de la música, que se escuche por plataformas?

N.T. En streaming se escuchan más canciones que discos. Pero no ha cambiado tanto.

C.L. A mí me gusta mucho el streaming.

N.T. Y a mí. Aunque como artista no me gusta que no nos paguen mucho. Antes podías ser un grupo de nicho, vender 100.000 CD y ganar una libra por cada uno. Ganabas mucho. Para ganar eso en streaming, tienes que ser Beyoncé.

XL. Ustedes no andarán tan lejos.

N.T. Uy, sí. Muy lejos.

C.L. Hay mucho dinero que se mueve por ahí que ya no llega al artista.

N.T. Ahora el dinero se queda en la casa discográfica. En los setenta y ochenta, incluso en los noventa, los artistas y el mánager ganaban más dinero.

XL. Han dicho también que la música ya no es edadista.

N.T. En los sesenta, The Who cantaban Espero morir antes de ser viejo. Y la realidad es que 66 años después siguen de gira.

XL. ¿Y hasta cuándo se ven sobre los escenarios?

N.T. No lo sé. ¡Pero no estamos aún ahí! Ahora tocamos en sitios más grandes, vendemos las entradas más rápido que nunca. En julio tocamos cinco días en la Royal Opera House de Londres y las entradas se vendieron en tres horas. ¡Impresionante! Creo que, cuando llegue el momento, simplemente nos alejaremos de un modo discreto.