![Bomberos del Ayuntamiento de Badajoz rastreando el río durante la búsqueda de José María Silva.](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/03/21/foto-R2qRApZ7ov02E7u6JLuM4wN-758x531@Hoy.jpg)
![Bomberos del Ayuntamiento de Badajoz rastreando el río durante la búsqueda de José María Silva.](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/03/21/foto-R2qRApZ7ov02E7u6JLuM4wN-758x531@Hoy.jpg)
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Eran las cinco menos veinte de la tarde de este jueves cuando los componentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional que se habían desplazado desde Guadalajara localizaron un bulto en el agua que resultó ser el cuerpo sin vida de ... José María Silva.
Cuatro agentes de este grupo, buzos, rastreaban la zona cercana al muro en el que se produce el salto de agua del azud de La Pesquera ya que ahí fue donde se le vio por última vez. Fue a unos metros de este muro donde los GEO localizaron el cadáver, junto a una zona de matorrales dentro del agua, a unos metros de la orilla. En ese mismo instante cinco efectivos del equipo acuático de bomberos registraban esta zona unos metros más abajo. Entraron en el agua con pértigas para retirar lodos y vegetación en busca del menor. Mientras tanto, una zódiac del equipo de bomberos del Ayuntamiento surcaba el cauce del río.
Al encontrar ese bulto sospechoso, los GEO dieron la voz de alerta a los equipos de emergencia desplegados en la zona, que comenzaron con el dispositivo de rescate. Varios agentes de la policía informaron a los familiares del hallazgo de un cuerpo, lo que tensó el ambiente.
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Los GEO rodearon el cuerpo encontrado en el agua y muchos familiares y amigos de la familia se fueron congregando en la zona. Un amplio cordón policial acotó el área y los especialistas de la Policía Nacional mantuvieron el cuerpo dentro del agua cubierto con una tela hasta que el juez ordenó el levantamiento del cadáver, alrededor de las seis de la tarde, justo cuando el furgón de medicina forense llegó hasta el lugar de los hechos.
Se vivieron momentos de tensión durante la hora de espera que transcurrió desde que se localizó el cuerpo hasta que lo sacaron del agua. Un amplio dispositivo policial contuvo a más de cien personas que se acercaron ayer hasta el río.
José María desapareció el miércoles por la tarde cuando nadaba en el río con dos conocidos. Los jóvenes estaban en el muro del azud de La Granadilla, en el lado más cercano a Las Crispitas. Entraron en el agua y nadaron. Cuando ya iban a salir, el menor de 13 años se fue por otra zona y lo perdieron de vista. Le oyeron decir algo, pero no lo localizaron. En ese momento estaba cerca del muro.
Tras dar la voz de alarma, a la zona se desplazaron los bomberos de Badajoz, la Policía Nacional y Local, Cruz Roja y numerosos familiares del desaparecido. La búsqueda se alargó hasta las ocho y media de la noche, cuando la oscuridad impidió que se pudiese trabajar en el agua. Algunos parientes de José María se quedaron toda la noche rastreando las orillas con la luz de sus teléfonos móviles y llamando al niño por su nombre.
Este jueves a primera hora se retomó la búsqueda. La familia se congregó en La Pesquera desde las siete de la mañana, en el punto donde se vio por última vez al niño, junto con voluntarios de la asociación Adonay, especializada en desaparecidos. En principio iban a preparar una batida a pie por las orillas, pero se descartó para centrarse en la zona donde desapareció.
La búsqueda dentro del cauce arrancó a las nueve de la mañana. Siete efectivos del equipo acuático de Cruz Roja, voluntarios, entraron en el agua con pértigas para registrar los lodos y la vegetación de la zona donde se vio por última vez al menor. Recorrieron ambas orillas desde el azud hasta el final del Pico. El trabajo era complicado por la corriente. En algunas áreas les cubría por la cintura, pero en otros tramos el agua les llegaba al cuello o incluso debían nadar para avanzar.
Poco después se sumaron a esta búsqueda, también a pie y con pértigas, los cuatro especialistas de los GEO que finalmente encontraron el cuerpo. Lo primero que hicieron al llegar fue colocarse en el muro del azud, donde se hundió José María. Lanzaron palos para analizar la corriente y observaron la trayectoria de los mismos.
Sobre las dos y media de la tarde, además, un equipo de bomberos del Ayuntamiento introdujo una zódiac en el cauce para ampliar la búsqueda con este sistema.
Una vez en el agua, los GEO colocaron boyas en el agua para marcar sus zonas de búsqueda y fueron avanzando metro a metro en líneas rectas por el río. A mediodía pararon poco más de veinte minutos y volvieron al lugar que marcaban sus boyas. En esta batida localizaron el cuerpo del menor.
En el dispositivo también se usó un dron de la Policía Nacional que sobrevoló el azud en busca de indicios. Además, acudieron efectivos de Protección Civil y de la Policía Local. Cruz Roja habilitó una carpa para los familiares del menor, donde fueron atendidos por un psicólogo.
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