Gorka Santamaría acude al rescate del Badajoz

Gorka Santamaría acudió al rescate de un Badajoz malherido en su orgullo por dos estocadas seguidas del Villarrobledo en la primera mitad. Nafti tiró con todo en el segundo acto para enmendar el entuerto y los blanquinegros obraron el milagro de la remontada en un combate cuerpo a cuerpo, heroico y con las pulsaciones a mil que deja al Badajoz colíder junto al Cartagena. Ante el Villarrobledo tenía que ser. El gol 1.000 del Badajoz (en sus dos versiones tras la refundación del club por la liquidación de la SAD) en Segunda B llegó de la cabeza de Gorka Santamaría en un tributo al legendario Abilio Rubio, primer goleador centenario del histórico club blanquinegro y que era precisamente natural de Villarrobledo. Y fue en una remontada memorable, épica del Badajoz ante un Villarrobledo que le puso contra las cuerdas.

Llegaba el Villarrobledo al Nuevo Vivero con piel de cordero por su condición de recién ascendido, en puesto de promoción por la permanencia y sin puntuar fuera de casa y amenazó seriamente las ilusiones del aspirante Badajoz. Pero las apariencias engañan.

El Badajoz tenía clara la idea de romper al Villarrobledo por velocidad y así se hizo patente en el dibujo inicial de Nafti. Apostó por la creatividad de Álex Corredera y Julio Gracia para mover al equipo y los arranques explosivos de Chris Ramos arriba. Pero sobre todo sorprendía dejando al hasta ahora intocable Candelas en el banquillo para darle la alternativa a Kike Pina en su estreno como blanquinegro. Y así salió de forma decidida a por los tres puntos. Salida rápida buscando siempre la velocidad de Chris. El Badajoz tenía el dominio y el poder. Se veía con más peso en el partido. Pero no era suficiente. Héber Pena percutía por la derecha incansable y el debutante Kike Pina protagonizó dos subidas consecutivas que animaron a la grada pero que se perdieron en sendos centros sin alcanzar el vuelo. El Badajoz ofrecía pero no cristalizaba. La claridad la puso Julio Gracia en una gran jugada personal que evitó Saucedo sacando una mano abajo. El Nuevo Vivero disfrutaba. El gol se intuía. Y llegaría poco después en las botas de Chris Ramos. El delantero gaditano es difícil de sujetar por su gran movilidad y caída a banda. Al Villarrobledo le dejó su carta de presentación como goleador blanquinegro. Chris Ramos, en un gran juego de espaldas, se llevó a su marcador, rompía en velocidad y cuando encaraba al portero visitante se la cruzó para poner al Badajoz por delante en el marcador. Por lo que corre, lucha y su perfecta colocación es de ese tipo de futbolista que atrapa al Nuevo Vivero. Y con su gol ya tiene a la grada en el bolsillo.

Se las prometían muy felices los pacenses. Por juego, control y acercamientos al área rival. En cambio, el Villarrobledo apenas había pisado las inmediaciones de Kike Royo. Pero en esta categoría tan igualada nada es lo que parece. Lo viene avisando Nafti desde pretemporada. Y el juego de piernas de Iñaki se encargó de corroborarlo. El jugador rojillo se marcó un repertorio de regates y recortes dentro del área hasta encontrar posición de tiro y batir raso a Kike Royo. El Badajoz no se lo creía. Nadie lo creía. Pero el Villarrobledo había neutralizado la ventaja blanquinegra y mientras el Badajoz se reponía de la sacudida golpeó de nuevo. Agus Alonso se aprovechó de la indecisión de la defensa pacense para sorprender al portero riojano. En apenas dos minutos el Villarrobledo había dejado grogui al Badajoz. Nadie se podía explicar cómo sin casi haber llegado a las proximidades de Kike Royo los de Castellanos le habían dado la vuelta al marcador. Una primera parte de lo más extraña en el Nuevo Vivero.

Para ganar había que llegar al gol mil de los blanquinegros en Segunda B.

El público empezó a tomarla con el árbitro por su permisividad en las faltas visitantes y especialmente por reclamar un posible penalti sobre Héber Pena al filo del descanso.

Tenía que reaccionar el Badajoz para no dejar escapar más puntos de su fortín. Pero el primer susto tras la reanudación fue del Villarrobledo en un centro largo que Nacho Huertas no supo rematar solo ante Kike Royo.

Nafti tiró de Gorka Santamaría en busca de la remontada en lugar de Héber Pena. Chris Ramos caía a banda, pero diez minutos después restableció el orden natural con la entrada de Carlos Portero por el gaditano. Carlos Portero dio una marcha más a su equipo. Su desborde en banda mantenía al Villarrobledo asfixiado en su propia área. De un centro suyo llegaría el cabezazo de Gorka que sacó Saucedo con una mano en el mismo larguero a córner. El Badajoz quería y el Nuevo Vivero creía. Fue el preludio de lo que estaba por venir. De una falta provocada por Carlos Portero llegaría el empate. De pìzarra. Álex Corredera botaba la falta y Gorka se adelantaba a los defensores para peinarla al ángulo imposible para Saucedo. Y el Badajoz se la devolvió al Villarrobledo. Noqueados los visitantes por el tanto, los blanquinegros remataron a su rival un minuto después con un cabezazo calcado de Gorka pero con un centro preciso de Kike Pina, esta vez sí con su guante en el pie, desde la izquierda. Gol milenario de los blanquinegros en Segunda B. El golazo de Gorka honra la memoria de Abilio Rubio, primer goleador centenario del histórico Badajoz y natural de Villarrobledo. Caprichos del destino. Desde su puerta del Nuevo Vivero seguro que habrá sonreído con un guiño.

Nafti no quería más sustos y recurrió a Cabellero para no perder el control. El Nuevo Vivero estaba en una nube, pero la angustia era inevitable en los últimos minutos.

El Badajoz supo sufrir y superar su momento de crisis al verse por detrás en el marcador. La lección del partido ante el San Fernando de hace dos semanas sirvió para manejarse en esa situación adversa. No perdió la paciencia ni tampoco se precipitó. Con fe y confianza, el Badajoz ya es líder.